Isabel Coixet es la mujer que más Premios Goya ha ganado en la historia de los galardones, con un total de ocho. La cineasta, que este año ha estrenado también la película Elisa y Marcela, ha decidido dar el salto a la pequeña pantalla con Foodie Love, una historia en la que el amor, y el amor por la comida son los grandes protagonistas.
Antes de la ficción que estará disponible en HBO a partir del 4 de diciembre, la realizadora recibió la oferta de dirigir episodios de Narcos, Homeland o True Blood. Sin embargo, la idea de entrar en un proyecto con todas las decisiones ya tomadas, sobre tramas, elenco y guiones, no le cautivaba. Caso diferente es el de su primera serie, que protagonizan Laia Acosta y Guillermo Pfening. “Desde el principio pensé que lo que quería contar tenía estructura de serie”, y así fue.
Su propuesta es una invitación a la evasión y al placer, pero la creadora no deja de estar conectada y pronunciarse sobre el momento presente. “Siempre me he impuesto decir lo que quiera cuando me pregunten”, asegura, de ahí a que no titubee a la hora de opinar sobre el auge de la extrema derecha en España o la situación de Catalunya. “Es lo mínimo que puedo hacer”, defiende.
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El título de la serie hace referencia a la aplicación de citas para gente foodie,
Hay toda una generación que ya ha crecido con estas Apps que hacen un poco más fácil el primer encuentro, pero no por ello facilitan el desarrollo de una relación, que vaya bien, crezca y sea bonita. Te permite franquear una primera barrera, pero nada más.
También quería hablar de las cosas que supone que todos teníamos que haber aprendido sobre las relaciones y que, por mucha edad y experiencia que tengas, no. Ese miedo al compromiso, a quedarte con una persona. Incluso hasta da miedo darte tiempo a conocerla y engancharte de ella. Esto es algo que no ocurre solo en la generación que enseña la serie, está en muchas. Hay gente de cincuenta que ves que tienen la edad mental y emocional de un niño de siete.
La comida es la gran protagonista de la ficción. En tiempos de rechazo a las calorías, dietas para adelgazar y consejos para perder peso, ¿es Foodie Love
Estoy a favor de disfrutar. La teoría de que hay que tener una dieta equilibrada ya me la sé. Olvidamos que hay un componente emocional en la comida, de disfrute, placentero, lúdico, divertido. Eso también influye en nuestro humor y en nuestras ganas de comer y vivir. Estoy en contra de las dietas, sobre todo las restrictivas. Amargan a la gente.
Más allá del componente alimentario y de los diferentes restaurantes y locales que visitan los protagonistas, también hay un componente social, como la historia del rider que sufre un accidente mientras está trabajando.
Sí. Esta es una historia que pasa en el primer mundo y con dos personas de un cierto estatus, pero como autora soy muy consciente de la precariedad de las personas que nos llevan la comida a casa. Es muy cómodo y bonito, pero siempre pienso en ellos. Me siento muy culpable y quería reflejarlo. Tenemos acceso a una serie de cosas porque hay gente a la que se le paga muy poco para que nos hagan la vida más fácil.
'Foodie Love' es una serie que invita a la evasión. ¿Estamos más necesitamos de ella que nunca?
Lo siento así. Cuanto más evidente es que hay una confusión total en el mundo que nos rodea, más necesita uno hacer un entreacto y evadirse, divertirse. En la serie hay un punto de Carpe Diem, del que yo misma siento muy cerca. Este mundo es tan complejo y confuso que es imposible sacar algo en claro y tener una idea de cómo comportarse. Mientras estemos confusos, al menos pasémoslo bien.
Es el proyecto que como espectadora necesito ver en este momento. He pasado mucho tiempo hablando de gente que lo pasa mal, y ahora tengo la necesidad de ver algo que me saque un poco de este mundo gris, confuso y nebuloso en el que vivimos.
Llevamos más de un año sin gobierno, la izquierda parece que quiere empezar a ponerse de acuerdo, mientras que ha habido una gran subida de la extrema derecha en las últimas elecciones. ¿Cómo valora lo que está ocurriendo?
No podemos evitar que vivimos en un continente en el que hay miedo. Europa es un continente privilegiado, y la gente que tiene más privilegios tiene más miedo a que se los quiten. Un miedo cerval que lleva a este aumento de la extrema derecha. Aunque creo que en España ha sido por el tema de Catalunya. Ha sido provocado también desde aquí. Me hubiera gustado que Unidas Podemos y PSOE se hubieran hecho el acuerdo antes, sobre todo para ahorrarnos unos cuantos euros en las elecciones. Pero vamos a intentar ser positivos. Esto es lo que tenemos, espero que haya gobierno pronto y que algo puedan hacer.
¿Considera que la situación en Catalunya se ha inflado para provocar una reacción?
El otro día vi algo que me heló la sangre. Estaba en un hotel y en la recepción tenían puesto Al Jazeera, que no es un canal que normalmente siga, pero me quedé a verlo. Una periodista le preguntaba a Quim Torra que había mucha gente que atribuía la subida de Vox en España con los problemas de Catalunya. La cámara enfocaba y él ponía una sonrisa que se te helaba la sangre. Está feliz. Para mí esa sonrisa lo explica todo. Si alguien se alegra realmente de eso, es que hay algo que está podrido y que no funciona.
Siendo una figura pública, ¿teme opinar sobre cuestiones que le atañen como ciudadana por las consecuencias que pueda tener?
Me he impuesto decir siempre lo que quiera cuando me pregunten. No tengo vocación de Juana de Arco y he sufrido por las consecuencias de decir lo que pienso, pero creo que es lo mínimo que puedo hacer, seguir. Hay gente que piensa lo mismo que yo y se lo calla. No es mi papel criticarles, cada uno hace lo que puede, quiere y siente que tiene que hacer. En mi caso, siempre sido clara en que pienso que España es un país al que le va a ir mucho mejor unido que desunido.
¿Sería este intento de unión lo próximo que debería ocurrir para revertir la situación en la que estamos?
Todo el mundo habla de dialogo, pero yo también me pregunto si igual lo que todos necesitamos es una tregua. Dado que hay muchos problemas sociales muy importantes como la educación, la sanidad, el control de los plásticos, el medioambiente, las medidas que hay que tomar contra la violencia doméstica... ¿por qué no hacemos una tregua, aparcamos un tiempo, por ejemplo, el tema de la independencia de Catalunya y nos dedicamos a arreglar las cosas? Luego ya si en unos años se ha hecho bien, ya se vería. De todas estas cosas prácticas, así como de receta de la abuela, el mundo político está en otra onda.
Volviendo a Foodie Love
Me parece un falso debate. Es cierto que mi experiencia con ambas es muy diferente. En Elisa y Marcela Netflix entró con la película ya montada, en el de HBO ha sido un desde el principio del desarrollo del proyecto; pero en ambos casos la libertad ha sido total. No sé cuál es la polémica, para mí no la hay. Yo cuento historias.
Evidentemente, he nacido el mundo de la liturgia de la sala de cine, pero ha cambiado. No podemos pretender que las cosas sean como cuando mi abuela era taquillera en un cine. Para mí las plataformas tienen un potencial increíble para los creadores. Los hay, como Spielberg seguramente, que no necesitará HBO, yo sí. Lo defiendo a muerte.
Es como lo de las películas de superhéroes, que Scorsese dice que no son películas. A mi películas me parecen, aunque no me gustan. La gente que vuela no me va, pero tampoco la que hace masacres. Quitarle la categoría de película a algo solo porque la gente vuela, no me parece. Las posibilidades de la narración son infinitas, igual de repente alguien hace una película de superhéroes de autor con otro giro, y quitarle la carta de existencia a algo simplemente por que no te gusta, pues no.