Aunque dice que “nunca” se vio con posibilidades reales de ganar, Jesús Gabriel ya apuntaba alto tras su primera actuación en Prodigios. Nada más entonar las primeras notas de O sole mio, este joven venezolano de 11 años logró llamar la atención de Ainhoa Arteta, que acabó por convertirse en su principal valedora en el programa de TVE.
Ella vio en Jesús Gabriel un don para el canto. Un talento especial que el sábado le llevó a ganar la segunda edición del talent infantil. Algo que pilló por sorpresa a este pequeño gran aspirante a ser el próximo Luciano Pavarotti, tal y como cuenta en esta entrevista con Vertele. “Nunca me vi con posibilidades de ser el Prodigio del año porque todos mis compañeros eran increíbles en su terreno”, asegura un par de días después de proclamarse campeón. Sin duda alguna, la guinda a una experiencia muy enriquecedora para él. Tanto a nivel musical como personal. “Me quedo con la familia que hemos formado. Las amistades son algo que no voy a cambiar por nada en el mundo”, cuenta Jesús Gabriel, que con apenas 11 años ya tiene claro cuál es su objetivo: “Ser uno de los mejores cantantes del mundo.”
Fuiste el primer sorprendido cuando te nombraron 'Prodigio del año'. ¿En ningún momento creíste que podías ganar?
Nunca me vi con posibilidades de ser el Prodigio del año porque todos mis compañeros eran increíbles en su terreno. Todos eran maravillosamente increíbles. Eran algo de otro mundo. Por eso empecé a llorar cuando dijeron mi nombre como Prodigio del año, porque estaba superemocionado.
Cuando te proclamaron ganador, tus compañeras finalistas te abrazaron de inmediato y celebraron contigo la victoria. Parecía como que habíais formado una pequeña familia dentro del programa.
Eso es verdad. Nunca me voy a cansar de repetir que nosotros formamos una familia prodigiosa y creamos amistades muy bonitas.
Prodigios 2 - Jesús Gabriel se luce en su actuación final
Los jueces no pararon elogiarte en cada programa. ¿Con qué consejo te quedas de todos los que te han dado?
Con los de Ainhoa [Arteta]. Ella me dijo que no tenía que vibrarme el cuerpo cuando estuviera cantando y que atacara directamente a la nota.
Precisamente Ainhoa Arteta te dio una de las mayores sorpresas de tu paso por el programa cuando te regaló un pañuelo de Luciano Pavarotti. ¿Cómo viviste ese momento?
Ese momento fue bastante bonito. El pañuelo de Pavarotti me gustó mucho porque él es uno de mis referentes. Tiene carisma y tiene humildad, que es lo que cualquier artista tiene que tener. Fue muy bonito por parte de Ainhoa.
Más allá de este momento o de tu propia victoria, ¿con qué te quedas de tu paso por 'Prodigios'?
Me quedo con la familia que hemos formado. Las amistades son algo que no voy a cambiar por nada en el mundo.
¿Cómo llegaste al programa? ¿Probaste suerte en la primera edición o te apuntaste directamente a esta segunda?
Yo me apunté al casting de Prodigios porque vi una oportunidad de demostrar mi talento a todo el mundo. Como ya había visto la primera temporada, me dije a mí mismo que iba a dar el 100% para ir a la segunda edición.
¿Qué te gustó de esa primera edición?
Lo que más me gustó fue la final. Ese dúo entre la danza, la orquesta y el canto me fascinó. Cuando vi a Said [Ramos, ganador de la primera edición] bailar, a Raúl [Parejo] y a Lucía [Rodrigo] cantar junto a Ainhoa Artes fue maravilloso.
¿Qué te decían tus profesores, amigos y familia a medida que ibas pasando fases en el programa?
Estaban felices. Los profesores decían “este es mi alumno, este es mi alumno”. Y mis amigos, qué decir de ellos, decían “este es un buen amigo”.
En tu vídeo de presentación contaste que empezaste a cantar y a dar tus primeros conciertos en Venezuela, pero ¿cómo descubriste que tenías un don especial para el canto?
Yo me di cuenta cuando era muy pequeñito, porque nací rodeado de una orquesta. Siempre veía violines, violonchelos y los coros, y como mi madre trabajaba en los coros en cuanto lo vi dije: “Eso es lo que quiero hacer. Quiero ser un músico”. Mi madre, como es cantante lírico, siempre me ha dado clases. Y a día de hoy me sigue dando clases.
¿Y cuál es el mayor consejo que te da?
Que cante con el alma y que ponga siempre el corazón.
¿Cómo animarías a otros niños que, como tú, tienen un talento especial para la música a que se presenten a la tercera edición de 'Prodigios'?
Yo les animaría a que sigan sus sueños. Que ellos piensen que pueden y que son capaces. Que ya solo con decidir que se van a presentar al casting se van a sentir felices, porque para demostrar que tienen un talento tienen que mostrarlo al mundo. Yo siempre digo que un niño materialmente pobre se convierte en un niño intelectualmente rico a través de la música y a través de cualquier arte.
¿Cómo has seguido trabajando en el canto después de ganar 'Prodigios'?
Ahora me estoy formando en casa por lo del coronavirus. Estoy trabajando con mi madre en el piano y me tengo que seguir formando para cumplir uno de mis sueños, que es ser uno de los mejores cantantes del mundo.