Lorenzo Caprile, el “ogro” de la sastrería: “La moda en TV siempre se tocaba desde el cotilleo”
Tan solo una entrega de “Maestros de la costura” ha servido para situar al juez Lorenzo Caprile como una de las grandes estrellas del formato.
El modista y diseñador se erigió en superstar en el estreno del nuevo talent de costura y moda de La 1 de TVE, con comentarios directos y sinceros junto con una notable cercanía y preocupación por los participantes.
Hablamos con él para saber si los roles de los tres miembros del jurado (él, María Escoté y Palomo Spain) estaban preasignados, y nos asegura que siempre han actuado según lo que ellos les gustaba sin querer ser “poli bueno y poli malo” en ningún momento.
Caprile nos reconoce que el formato ha sido importante para él a nivel personal, puesto que tanto los concursantes como sus dos compañeros le han aportado una nueva dosis de ilusión “que necesitaba”.
A nivel televisivo, explica que ha aprendido que es un mundo de mucho trabajo y horas, y afirma que ahora entiende por qué se crea ese “sentimiento de familia” del que siempre se habla. También destaca que un programa como este puede ayudar a la moda, que en TV siempre ha estado más enfocada al corazón o a ver qué modelos se ha puesto tal o cual famosa.
¿Los jueces se repartieron distintos roles para Maestros de la costura?
No, no teníamos ningún papel adjudicado. A lo largo del programa hemos sido nosotros mismos. Cuando tocaba nos hemos emocionado, o hemos sido exigentes, a unos nos gustaba más alguna cosa, a otros menos... lo que es la vida en un taller. En ese sentido, hemos sido bastante fieles a lo que sucede todos los días. No hemos hecho de poli bueno y poli malo en ningún momento. Y si a veces nos ha salido, no era algo intencionado en absoluto.
¿En qué se fija más del trabajo de los aspirantes?
Yo sobre todo en la parte técnica. Mi abuelo nos repetía una frase a todos los nietos: “Talento e ideas tenemos todos, lo importante es trabajar”. Se puede ser muy creativo y tener ideas muy locas, pero luego eso lo tienes que saber llevar a cabo y saber interpretar, porque las prendas de vestir no son ideas, no son conceptos, son cosas que uno se pone en el cuerpo, tienen que funcionar, y tienes que ir por la calle y que no se te vayan deshaciendo.
Por eso me fijo en el aspecto técnico, y he aprendido incluso algunas cosas, soluciones geniales que han tenido muchos de ellos. En este momento de mi carrera profesional, que he visto ya mucho, lo que más me interesa y apasiona es la parte técnica.
Y televisivamente, ¿qué ha aprendido con Maestros de la costura?
Que es muy dura, mucho trabajo, muchas horas. Pero también mucho compañerismo, mucha ayuda entre nosotros. Raquel ha sido maravillosa con María, con Palomo y conmigo, que somos tres novatillos. Metíamos la pata cada dos por tres y nos ha salvado en varias ocasiones. Ahora entiendo por qué la gente de la tele se considera una gran familia, porque se pasan muchas horas juntos todos los días, se viven muchas cosas muy intensas, y al final efectivamente acaba siendo una gran familia.
¿Echaba en falta un formato en TV que se dedicase al mundo de la moda?
Sí. Primero, porque hay muy poquitos programas de moda en televisión. Está el histórico “Flash Moda” de Jesús Mari, magnífico profesional, gran amigo y gran compañero; pero siempre se toca desde un punto de vista más del corazón, del cotilleo, de quién ha vestido esto, fulana o mengana van a tal desfile... Pero programas de moda desde un punto de vista de la industria, de cómo se construye, cómo se elabora una colección, con una parte más técnica y más profesional, pues no existen.
Aquí está todo enfocado al entretenimiento, porque al final es un talent show, un concurso; pero si gracias a este formato empieza a despertarse un interés a todo eso que no se ve de nuestro oficio y nuestra profesión, pues bienvenido sea.
¿Qué le han aportado los concursantes?
Sobre todo su ilusión, sus ganas de aprender. Me han vuelto a contagiar porque, como todo, llevo muchos años en esto y hay días que tienes que reanimarte y reiniciar un poco tu cerebro para volver a empezar con la misma ilusión de siempre. Y reconozco que eso me lo han contagiado, me han dado energía para rato. Ha sido muy estimulante.
¿Y qué destaca de sus compañeros, María Escoté y Palomo Spain?
Sobre todo su juventud, su frescura. Yo en mi taller llevo ya muchos años, en el fondo estoy muy solito porque estoy yo con mi equipo y mis clientas, y ha sido para mí como unas vacaciones, un soplo de aire fresco compartir ideas e inquietudes con dos compañeros maravillosos, bastante más jóvenes que yo, que me han dado su visión de cómo está la industria en este momento, cómo están enfrentándose ellos al negocio de la moda... A parte de que nos lo hemos pasado fenomenal y ha sido una maravilla desde un punto de vista personal, me han dado ese soplo de energía y de aire fresco que necesitaba, porque llevo muchos años en esto. Demasiados [ríe].
Ahora que ya se ha grabado y que el estreno ha sido un éxito, ¿qué balance hace?
Muy positivo. Cuando me metí no pensaba nada, dije: bueno, pues mira, Macarena es Macarena [por Macarena Rey, CEO de Shine Iberia], le di mi palabra, y a por ello. No tenía ninguna idea preconcebida ni buena ni mala, y ahora que ha terminado, el balance es más que positivo y podríamos empezar ya mañana mismo otra vez.