Con Señoras del (h)AMPA, Mediaset apostó por retratar al grupo de madres más reales que hemos visto últimamente en televisión -y eso que entre medias tenían que esconder un cadáver-. Ahora, con Madres, que estrena este viernes 8 de mayo en Amazon Prime Video antes de su lanzamiento en Telecinco, camina en paralelo para reflejar el día a día de las que conviven en los pasillos de un hospital. Tanto las que conforman el personal sanitario, como las que cuidan de sus familiares hospitalizados al tiempo que lidian con sus vidas.
La idea de la ficción partió de la infancia de Aitor Gabilondo, su creador, que debido a los problemas renales que padeció, estuvo entrando y saliendo del hospital hasta que cumplió los 18. “Aquellos años me dieron una escala de valores concreta, una manera de ver y sentir las cosas, que es lo que he intentado transmitir”, explica a Vertele, “las pequeñas situaciones cotidianas que son las que alimentan la serie”. El productor y guionista comparte una anécdota que considera que resume lo que es y pretende ser Madres. Ese momento en el que el médico entra a dar un parte en una habitación, y al salir, de las tres personas que puede haber dentro, “cada una lo ha entendido y vivido de manera diferente”. Y es esa duda, esa forma en la que cada uno se enfrenta a este tipo de situaciones, reside “la fuerza” de la ficción.
“La conjunción entre los miedos más profundos del ser humano y la realidad”, concreta Gabilondo, “cómo uno oye la palabra cáncer y se queda paralizado, cómo otro tira para adelante y otro quizás no lo quiera escuchar”. Y es que el objetivo, según explica, era “hacer una serie de médicos, pero desde el punto de vista de los pacientes. Huyendo de la épica de la mayoría de las ficciones de este tipo, en las que se cuenta el reto de un médico para salvar una vida. Quería darle la vuelta contarlo desde el otro lado; con menos épica y más emoción”.
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“La anorexia es una enfermedad muy grave, un lastre”
Entre las diferentes enfermedades y temas abordados en la serie, como la gestación subrogada y el autismo, la anorexia es una de las grandes protagonistas. Se hace a través de una joven enferma, Elsa, que padece el trastorno alimenticio, y cómo este afecta no solo a ella, sino también a su familia y los propios médicos que la tratan. Carla Díaz (La Caza. Monteperdido, Amar es para siempre), es la encargada de darle vida. “Me daba miedo porque es una responsabilidad grandísima”, reconoce a Vertele sobre cómo se enamoró y encaró su personaje, por lo “muy importante que es visibilizar una enfermedad como la anorexia, que no se sabe mucho sobre ella y la padecen muchas más chicas de las que pensamos”. En concreto, defiende que es fundamental que “se sepa en qué consiste y cómo funciona, para que se entienda”.
La serie, para la intérprete, permite “comprender a todos los personajes, qué hacen y por qué. Elsa tiene una lucha continua con su madre (Belén Rueda) y su padre (Nacho Fresneda), una lucha con el mundo”. “Tiene una enfermedad que le hace querer dejar de comer”, añade, “y dejar de comer es un poco como dejar de vivir. Con su madre es con quien más muestra su enfado porque es con quién más confianza y tiene, y es la persona que está más encima de ella”.
La encargada de tratar su enfermedad es la doctora Olivia, a quien da vida Aida Folch (Sé quién eres, Los nuestros 2). “Para las personas que han padecido anorexia, la enfermedad va a estar siempre latente. Aunque te recuperes”, como el caso de su personaje, “siempre puedes tener una recaída”, de ahí al valor de hablar sobre ella y los motivos que llevan a 'caer' en la enfermedad, como “la necesidad de sentir control, no encontraros a gusto con nuestros cuerpos en esta sociedad que tanto nos aprieta con la imagen y la autodestrucción”. “Es muy grave, es un lastre”, subraya.
La escasez de representación de los TCA (Trastornos de la Conducta Alimentaria como la propia anorexia y la bulimia), fue uno de los motivos que llevó a Gabilondo a querer incluirlos. “Queríamos buscar los debates que están en la calle, como este, que todos conocemos porque hemos tenido una hermana, prima, vecina, amiga y amigos que lo han pasado o están pasando”, sostiene, “lo hemos recogido y mostrado a través de unos personajes reconocibles para que el público tenga esa cita con cosas de la vida”. Para su creador, “la grandeza de Madres es la modestia de la que parte. Contar historias al público donde se sientan reconocidos”.
“Es una serie muy humana, no somos heroínas”
Madres, que renovó por una segunda temporada antes del lanzamiento de la primera, además de contar con un plantel de protagonistas femeninas, la han dirigido cuatro mujeres: Juana Macías (Embarazados), Mar Olid (La otra mirada), Abigail Schaaff (El ministerio del tiempo) y Roser Aguilar (Lo mejor de mí). Sobre la circunstancia, y el hecho de que siga teniendo que ser un hecho reseñable que una ficción la dirijan varias mujeres, Folch apunta que “hemos tenido tanta represión, sin ni si quiera darnos cuenta, que ahora tiene que venir toda la ola contraria. Es un poco pesadilla. Espero que llegue el día en el que no hablemos de si es una historia de hombres o de mujeres”.
“Esta es una serie muy humana, porque además no somos heroínas”, manifiesta la actriz sobre los personajes. “Muestra cómo hablan dos amigas, cómo se ayudan, cómo se conocen, lo que comparten. Y todo con verdad y profundamente, también lo que sufrimos. Se ve este tipo de relación sin que haya en medio la figura de un hombre al que haya que seducir y haga que se mosqueen”, agradece la actriz.
Su contexto, una clínica materno filial, permite a su vez “abordar problemas de rabiosa actualidad, que tienen cabida en esta sociedad y aquí vemos cómo modifican a los pacientes, familiares y médicos”. Madres, para la intérprete, refleja, “esa otra realidad dentro del hospital en la que dejas de ser abogada, bibliotecaria o lo que sea, porque estás en un momento de supervivencia con las emociones a flor de piel”. Y de paso, rendir en cierto modo homenaje, en forma de retrato, a las madres, dado que “no hay nada más importante que ellas”.