Desde que diera sus primeros pasos en la segunda edición del Conecta FICTION en 2018, los comentarios que generaba Malaka insistían en su tono fuera de lo habitual. Dentro de una programación en peligro de quedar saturada por thrillers, la nueva apuesta de TVE hacía hincapié no tanto en el misterio a resolver sino en la manera en que este se iba a desenvolver. Algo que resalta su protagonista femenina, Maggie Civantos. La actriz, recién salida de Las chicas del cable y mientras espera la puesta en marcha del spin-off de Vis a vis, solo puede expresar entusiasmo ante el personaje que le ha tocado defender en esta ocasión.
Así ocurre en las dos ocasiones en las que VERTELE tiene la oportunidad de hablar con ella, en un lapso de dos meses, y en las que no solo mantiene sino que refuerza su confianza en que una serie de este calibre “lo pete y tenga largo recorrido”. Primero, nos la encontramos en la recta final del rodaje en Málaga, a la que pertenecen las primeras preguntas, más centradas en la composición que desarrollaba del personaje; y después, confirmamos sensaciones durante la presentación del primer episodio en el FesTVal, a la que pertenecen las repuestas restantes, en las que reflexiona sobre la capacidad de respuesta de la audiencia ante propuestas fuera de la norma en la televisión generalista.
“El espectador está preparado para acoger este tipo de ficción que ofrece algo distinto al plano contraplano, al hablar de amor”, destaca sobre esta creación de Daniel Corpas y Samuel Pinazo producida por Globomedia (The Mediapro Studio). “La trama principal no me parece original, lo son los personajes que la llevan”, insiste sobre esta manera diferente de contar la trama que asume esta ficción, en la que la propia cámara “es un personaje más, como un voyeur”.
Civantos espera que los televidentes de esta nueva producción nacional se sientan exactamente así y acompañen a los policías encarnados por Salva Reina, Vicente Romero y ella misma en su periplo, enganchándose más y más, igual que le ocurrió a ella mientras grababa: “En cada capítulo me lo he ido pasando mejor, porque todo se va destapando”.
¿Qué tiene de especial 'Malaka'?
Hay dos ingredientes principales. Por un lado, la ciudad con sus barrios más conflictivos; y por otro lado, esa mezcla de lo más particular a lo más universal con los temas que se tocan. Hay tres personajes que van llevando la trama principal. Lo que les une es la miseria que llevan encima en sus vidas. Contar esas tramas de cada uno de ellos nos lleva también a mundos más oscuros.
Malaka va a enganchar, aparte de por su parte de thriller que irá siguiendo el espectador. Es una serie muy atrevida. Aunque la trama sea un poco más convencional (el caso de la desaparición de una niña) la forma de contarlo es lo que lo hace distinto. Ese punto canalla la hace diferente.
¿Qué es lo que te convenció para sumarte a este proyecto?
El guión, que estaba muy bien escrito. Había unos diálogos muy fluidos y personajes descritos con profundidad. Es cierto que Blanca, a quién interpreto, rompe con los estereotipos pero luego cae en otros. Me pareció interesante y me hizo preguntarme el porqué de estos. Hay algo muy bonito en ello, en cómo ella va rompiendo con estos y se va haciendo más auténtica, porque lo que tiene es mucho miedo.
Si algo caracteriza a tus personajes es que no tienen nada que ver unos con otros. En el caso de Blanca, ¿en qué punto se encuentra?
Con este quizá lo que he trabajado es algo muy mínimalista. No es como en otros proyectos donde construyes personajes a un nivel más estético o físico, con Blanca es algo más psicológico.
Es algo complicado sin tener ningún referente anterior en el mundo del thrillers...
La trama principal no me parece original, lo son los personajes que la llevan. Me parece original ver personajes políticamente incorrectos incluso dentro de un círculo que debía ser correcto. Eso suma ya desde el punto de partida de la desaparición de Noelia. Es una serie que tienes que ver, no vale con que te la cuenten. Lo que te atrapa es la narrativa, lo canalla que es. El público también es mucho más exigente, eso hace que también haya una apuesta mayor y se hagan cosas diferentes.
El tono es ciertamente arriesgado, con mucha cámara al hombro y un estilo pretendidamente naturalista. ¿Cómo fue enfrentarse a esa manera de trabajar?
Aunque nos habían dado muchas referencias y teníamos cierta noción de lo que íbamos a hacer, cuando terminé el primer día de rodaje llamé a mi representante para decirle que esto iba a molar muchísimo. Precisamente por esa cámara al hombro, por ese tono hiperrealista que no solo estaba en lo que habíamos ensayado como actor, sino que se transmitía en la cámara nos iba a acompañar. Tener esa facilidad al rodar para moverte en los espacios naturales ha ayudado mucho a contar la historia con esa visión tan documental. Efectivamente al final la cámara es el 80% de la serie, es otro personaje más, como un vouyeur. Espero que el espectador se sienta así.
Dentro de esa otra Málaga que se quiere mostrar, todos los actores y actrices sois andaluces. ¿Cómo de importante es el acento en la historia?
Eso lo tendría que responder el director de casting. Al margen de los acentos, lo que es importante es que uno conozca de lo que se está hablando al trabajar de una forma tan naturalista, casi rozando una estética de documental. Era lo que buscaban, gente que supiera cuál es la realidad de estos barrios y este conflicto. El acento es una cuestión de entrenamiento, pero el director de casting decidió tirar de la tierra y me parece muy bien, porque hay mucho talento en Andalucía.
¿Qué sensación tienes de cara al estreno?
Tengo muy buen feeling con este proyecto. No tengo ni idea de la acogida, pero creo que va a dar que hablar. Ojalá tenga largo recorrido, porque no solamente lo pete en TVE, sino que sea una serie duradera. Mi sensación es que cada capítulo me lo he ido pasando mejor, porque todo se va destapando. Mis capítulos favoritos son los últimos.
Se tiende a decir cuando se estrena en televisión generalista alguna serie que rompe con lo habitual, que tal vez el espectador no esté preparado. ¿Subestimamos a la audiencia?
Tengo la sensación de que el espectador está preparado y agradece cuando una serie ofrece algo nuevo, ya sea por la acción o la violencia extrema. En este caso, la narrativa que ofrece Malaka puede ser algo innovador en la televisión generalista, y creo que es un arma a favor. Es una apuesta que te puede salir muy bien o muy mal, pero el espectador está preparado para acoger este tipo de ficción que ofrece algo distinto al plano contraplano, al hablar de amor... Aquí no se habla de amor, sino de miserias y de cosas muy profundas. Se muestra una parte muy oscura de la ciudad, lo que se ofrece y se está contando es sobre los barrios más conflictivos y de las miserias de tres personajes que van contando la historia y que son de todo menos lo que esperamos. Los personajes nos van a sorprender porque son políticamente incorrectos.
Empieza 'Malaka' semanas después de que llegará la cuarta temporada de 'Las chicas del cable', que supone tu salida de la ficción. ¿Cómo has vivido el lanzamiento y sobre todo el final que le han dado? ¿Por qué decidiste marcharte de la ficción en este momento?
No escribí el final, pero sí es cierto que iba a hacer cuatro temporadas y cuando entré en la serie estaba acordado. Cuando llegó el momento, pensé que después de todo el recorrido era más que suficiente porque empezó siendo un angelito, una mujer muy vulnerable y acabó siendo una pantera bastante fuerte. Me ha fascinado interpretarla porque me ha dado muchas cosas, y pensé que ya estaba. Hay cosas que hay que dejarlas. Hay que saber decir adiós y abrir la puerta a otros proyectos. Es importante para mí hacer eso.
Lo siento por todos los seguidores, porque me han llegado muchos mensajes de cariño y otros de gente enfadada con el asunto, pero las cosas tienen que acabar. Es verdad que el final es un poco drástico, pero a la vez muy bonito, porque Ángeles está ahora en paz. Dejar a medias tintas un personaje es mejor así. Le han dado un final épico y estoy muy agradecida.