'Por H o por B', producida por HBO España que contará con diez episodios de media hora, aunque aún no cuenta con fecha de lanzamiento.
Con el madrileño barrio de Malasaña como epicentro, 'Por H o por B' es una comedia protagonizada por Hache y Belén, dos amigas de Parla que, tras años sin hablarse, se reencuentran en su nueva vida en el centro de la capital. Una comedia en la que se dan la mano la amistad sin fisuras y el postureo más descarado.
Para ello, Vertele acudió al rodaje de la serie en Madrid. Allí tuvimos la oportunidad de hablar con sus protagonistas, Marta Martín y Saida Benzal para conocer todos los detalles sobre esta producción que retratará las luces y las sombras de uno de los barrios más populares de la capital.
Manuela empezó a escribir este proyecto en 2015 ¿Cómo ha sido este proceso? ¿Habéis estado en contacto con ella para el desarrollo de los personajes?
Saida: Hemos estado en contacto, estábamos al tanto del proceso y de todo lo que pasaba con la serie. Un proceso de escritura es un proceso largo, y luego encima hay vender la serie... Es el tiempo que llevan estas cosas. Estábamos como que no queríamos preguntar del todo.
Marta: Nos faltaban los pequeños detallitos de los personajes y de lo que les pasaba.
¿Cómo son vuestros personajes en 'Por H o por B'?
S: Son dos chonis. La serie empieza con el reencuentro de las dos que a raíz de unas pipas, el corto que se hizo tan viral, se han reencontrado, les pasan muchísimas cosas y retoman la unión que había antes.
M: Sí, esa unión de amistad, desde pequeñitas...
S: Digamos que son dos personas, bueno, personajes muy muy auténticos. Y reales. No se hace una caricatura de alguien de barrio, sino basado también en el corto y con conversaciones de mucha naturalidad. La propia comedia está en las situaciones que vamos viviendo. Ellas son muy reales, muy auténticas, muy puras, inocentes. Les gusta mucho cómo son y esa autenticidad que tienen. Y sí, sobre todo es una relación de amistad lo que tienen, férrea ante todo.
Para interpretar los personajes, ¿os habéis basado en algún referente de la cultura popular?
M: Dependiendo de cada caso, yo por ejemplo soy de barrio, el mundo choni, los canis, todo lo que se ve en la serie... lo he observado prácticamente desde chiquitita. Desde que empiezas a bajar al parque con tus amigos, comes pipas en un banco... como lo he vivido, pues tampoco hacía falta porque era retroceder en el tiempo con lo que yo vivía. A la estética, a la forma de hablar, la manera de comportarse... Yo por lo menos ahí lo tenía un poco más fácil.
S: Yo de pequeña sí que lo recuerdo porque mis padres vivían en un barrio de Elche, y además toda esa zona de Elche, Valencia... todo eso lo he visto, lo he vivido, pero sí que es verdad que luego soy todo lo opuesto a al personaje. Me diría: “Es que no te reconozco”. Soy completamente lo contrario, lo cual es maravilloso para un actor.
Entonces, se han basado más los que nos han construido, que nosotras mismas. Ya con todo lo que me ponen, ya lo voy construyendo yo. Pues eso, con la cultura visual inconsciente que tengo, pero no porque me haya basado en nadie en concreto. Pero bueno, sí sé lo que se lleva ahora y sé que mucha gente va así. Pero digamos que no me he basado en ningún personaje, aunque partes como el vestuario, maquillaje, peluquería, sí que se han basado en personajes.
¿Y cómo ha sido el choque de mundos entre Parla y Malasaña?
S: Pues digamos al principio, sobre todo yo, porque ella ya vive en Malasaña, me quedo muy fascinada por todo lo que veo. Vengo de un barrio en el que no he visto ese “cultureo”, aunque no me entienda bien con ellos. Entonces es más el asombro que ella siente, incluso a veces desde la inocencia, que se sorprende de cómo se comporten y muchas veces no lo entiende. Es tan naif y tan pura, alucina con todo Malasaña, con todo lo que pasa.
¿Pero ella juega a independizarse como alguien de Malasaña para buscar esa identidad?
S: Ellas ya tienen esa identidad, no la buscan. Lo que pasa es que se ven inmersas en situaciones que ellas no saben que eso son hipsters. Entonces de ahí da lugar también a la comedia. Pero ellas realmente no lo saben. Y no cambian y no quieren ser hipsters. No intentan cambiar. Ellas han llegado a ese barrio por casualidad y se encuentran todo ese circo que es más que ellas.
Te queríamos preguntar por el tatuaje, que nos ha llamado la atención.
S: Sí claro, que ya ha salido en fotos, y en todo. Yo me quería tatuar una letra japonesa aquí.
¿Y eso se va a explicar?
S: No hay ninguna secuencia en la que se explique.
¿Y hay alguna en la que se refiera a ese momento del corto? ¿O han tirado hacia adelante?
S: Hay cosas de flashbacks, pero no del tatuaje.
M: Quien ha visto el corto, entiende ese tatuaje. Y quien no, pues es un tatuaje normal como cualquier otro.
(Saida hace referencia al tatuaje del número Pi que lleva en el cuello que guarda relación con la trama del cortometraje 'Pipas' del que nació la serie).
¿Cuánto tiempo ha pasado entre lo que vimos en la ficción del corto?
S: Pues como cinco años o así. Llevábamos como cinco años sin vernos.
¿Se va a ver en la serie lo que ha pasado en ese tiempo?
S: Bueno, un poquito. No es lo que importa, como para estar contándolo desde otro lugar. Sí en determinados flashbacks. Pero es más la relación, que no ha cambiado.
M: Aunque pase el tiempo, siguen siendo H y B, y siguen siendo su mundo aparte. No se dice mucho de lo que ha pasado en ese tiempo. Se dicen pinceladitas, cositas pequeñas, pero no lo que ha pasado.
S: También es un poco la separación entre dos amigas, y el reencuentro. Como una exaltación de la amistad desde la infancia, de esas amistades que sabes que tienes para siempre.
¿Se siente vértigo? ¿Se estrenará a nivel internacional? ¿Cómo os sentís?
S: Como estamos todos los días trabajando tanto, a mí no me da tiempo a pensar.
M: Yo creo que cuando se vaya a estrenar, ahí nos dará el vértigo.
S: Claro, ahí te darás cuenta y serás consciente del trabajo. Pero ahora, como tenemos tanto que hacer, a mí no me da tiempo. Pero sí, supuestamente, eso esperamos, que sea a nivel internacional.
¿Por qué creéis que esta serie puede enganchar?
S: Yo creo que es algo muy diferente a todo. Es una serie muy auténtica. Manuela es una autora. Es muy difícil hacer una comedia que sea de autor, que tenga un sello personal. Es muy complicado. Ella hace una comedia costumbrista, desde la naturalidad, desde la verdad pura de sus personajes.
Y luego, el mundo que aborda visualmente es muy potente también, que yo por lo menos es algo que no lo había visto. Son dos tipas muy peculiares y tienen unas conclusiones muy graciosas. Yo no he visto nada igual, desde conjunto, de estas características.
M: Muy natural, la gracia que tiene es como del día a día. Es lo que le puede pasar a dos amigas, lo que te puede pasar a ti con un amigo o a ti con una amiga en un parque, es el día a día. Hay pocas series, o ninguna que te lo dicen así. Yo creo que es eso lo que va a enganchar.
¿Os ha pasado una situación simular? ¿Algún tipo de reencuentro?
M: Reencuentro como tal no, pero una de las cosas que le pasan a las dos, sí. Cuando me pasó los guiones Manuela fue una de: “¿Dónde está la cámara oculta?”. Muchas de las cosas que van pasando, a mí me han pasado en la vida real. Yo soy de barrio y suelen pasar esas cosas. Y a mí sí me han pasado esas cosas.
Por ejemplo, tal y como empieza la serie, con un desamor, y cuando Manuela me dijo que la serie iba a empezar con eso, fue al día siguiente que a mí me dejaran. A mí me dejaron y al día siguiente me llamó Manuela: “Voy a desarrollar la serie y tal”. Partiendo de ahí, muchas de las cosas que pasan en la serie me han pasado.
S: Yo no sé si he tenido alguna en concreto, es que el personaje es un poco fantasía. Yo creo que no me ha pasado nada, pero sí es cierto que me he encontrado con gente, con la que mi amistad es exactamente la misma y no siento absolutamente ese paso. Y luego, la situaciones que ella vive, pues yo no las he vivido. Es muy extrema. Mi personaje sí, es un poco más fantasioso. Todo es desde la verdad, pero me refiero a que sí, ella tiene un poco de tara en la cabeza.
¿Cómo es Manuela en el rodaje?
S: ¿Manuela en el rodaje? Pues muy intensa, como la habréis visto. Muy exigente. Tiene muy claro lo que quiere, en todo. En los matices de los diálogos, en cada pausa, y allí es donde ella tiene su manera de trabajar, y donde creo que consigue lo que pasó en el corto.
Hay mucha gente que le preguntaba en el corto: “Joe, les has dejado improvisar”. Pues no, lo tienes que decir todo, así de natural. No da pie absolutamente a nada de eso. Es su manera de trabajar y lo que hace, lo que le da ese valor. Luego hace que todo el conjunto quede de esa manera tan natural, pero acercando todas las premisas y directrices que ella te da. Es muy exigente en ese sentido, pero es algo muy bueno por el resultado final.
¿Y cómo valoráis que haya apostado por vosotras de nuevo desde el primer momento? Ella tenía muy claro que ibais a ser vosotras en Por H o por B
M: También lo ha dicho ella, y lo habrá dicho y no se cansa de repetirlo: “Si fueran otras actrices no sería el mismo proyecto, sería otro diferente”. Esta serie es el germen de un corto en el que lo protagonizábamos nosotras dos, conocidas o desconocidas, y es que la serie sería totalmente diferente. No sería por Por H o por B.
S: Aparte, es una cosa que en este caso no da lugar por eso, porque viene de un corto. Pero eso, productoras como HBO ha apostado por el talento de personas sin ser ningunas conocidas, son cuatro mujeres todo el tiempo. Y además que ella es la directora, la escritora, y la actriz. Las grandes productoras son las que apuestan por el talento dándoles exactamente igual. “Queremos esto, queremos el talento, queremos el relato de Manuela y queremos estas actrices”.
Por una parte se junta la posibilidad del estreno global, y luego siempre decís que son dos personajes muy peculiares ¿Qué creéis que pensarán de estos personajes desde Conneticut, Estocolmo o Moscú?
S: Creo que se van a divertir.
M: Sí.
S: Porque creo que es algo muy característico, también define una España de la gente que se avergüenza, y no lo decimos por nuestra parte, pero nos vemos inmersas en un mundo en el que todo son apariencias. Y esto es una cosa muy española, las apariencias, el hacerse notar... digamos que es una de las cosas a resaltar de la serie.
Se ven inmersas en un barrio y al principio se quedan fascinadas, pero luego se preguntan: “¿De qué va esta gente que no es realmente auténtica?”. No quiero generalizar, pero sí quiero decir que los españoles tenemos un poco eso. Creo que es algo que define mucho nuestra sociedad y que se va a ver rodeado de todo para hacer una vida, la que llevan los personajes, pues muy divertida.
La serie también abraza mucho el cliché, pero ¿cómo rompe con ellos?
S: Es que yo creo que ellas son tan reales que es esta contraposición. A priori dices: “¿Cómo vas con este mono puesto y tantas cadenas?”. Pero luego, todas las conversaciones son desde la naturalidad y entonces eso rompe. Y se hace todo desde la verdad.
¿Y qué tal el rodaje con Brays Efe e Itziar Castro?
S: Divertido. Yo al menos con Itziar, porque con Brays tan solo he tenido dos secuencias, me lo he pasado en grande. Es un montón de locura. Y ellos son muy divertidos, todo el mundo que pasa por la serie es muy peculiar, no tiene desperdicio. Y sí, la verdad, rodamos mucho pero lo pasamos muy bien.
¿Y alguna anécdota graciosa que os haya pasado con ellos en algún rodaje, o con algún otro personaje secundario?
M: Que pasen así cosas, no hay tiempo físico. Es un no parar entre las escenas. Una cosa muy graciosa con Javier Bódalo, es que es encantador y yo me he enamorado de ese muchacho. Con él son todo risas.
S: Hay una secuencia con él, que nunca se llegó a rodar junto con Itziar, que era como una secuencia imposible. Cada vez que dábamos un paso, entre el pelo que llevaba con las extensiones, Itziar con una chaqueta y él con la moto... Y eso, era como una escena muy complicada que no se pudo rodar. Se tuvo que posponer, pero era una de las secuencias más divertidas, como cuando fuimos con Itziar en la camilla. Nos hemos recorrido Madrid, en eso estamos y en eso seguimos.