La cuarta temporada de CCN: Comedy Central News llega esta noche (22:05 horas) al canal temático de pago con importantes novedades. La principal, que Antonio Castelo cede las riendas del formato a Alberto Casado y Rober Bodegas. O lo que es lo mismo, a Pantomima Full, que se estrena con programa propio en televisión tras triunfar en internet con sus vídeos virales. Un proyecto que devolvió a sus dos integrantes a la primera línea tras su etapa en Sé lo que hicisteis y que ahora se ve reforzado con este nueva aventura, que no solo presentan, sino que también dirigen y escriben.
De todo ello hablamos precisamente con Bodegas, que en esta entrevista con Vertele no tiene problema alguno en recordar, y sobre todo valorar, la polémica que protagonizó hace unos meses con su monólogo sobre los gitanos. Un monólogo que se emitió precisamente en Comedy Central, a la que ahora vuelve con un formato que supone toda una gran oportunidad para él y para Casado. No para hacer humor en televisión, sino para hacer su humor. Ese que, controversias aparte, los ha colocado como dos de los cómicos más relevantes del panorama nacional.
'CCN' es vuestro primer proyecto en televisión como Pantomima Full. ¿Buscabais dar el salto a la televisión o ha sido algo que os habéis encontrado?
Bueno, no era una pretensión de a ver si nos daban un programa. Los dos estábamos contentos con lo que nos iba llegando y no somos muy de tener metas. Al final, teníamos lo de Pantomima, que nos va guay, la colaboración en La Resistencia, Alberto está en La 2 también, yo tengo mi show... Estábamos entretenidos con lo que teníamos y contentos, pero de repente nos ofrecieron esto, nos sonó guay y nos apetecía hacerlo. Además, no solo somos presentadores, también tenemos la oportunidad de dirigir. Podemos, aun ciñéndonos al formato, hacer nuestro programa con nuestro sello personal, y no hay muchas oportunidades para hacerlo. Siempre mola, para bien o para mal, hacerlo como a ti te gustaría que se hiciese.
El programa estrena hoy su cuarta temporada, habiendo sido las tres primeras presentadas por Antonio Castelo. Más allá del cambio de presentador, ¿cómo os vais a diferenciar de la anterior etapa?
Hay varias diferencias. El hecho de ser dos en vez de uno ya genera otro tono, porque cuando lo hacía Castelo, que estaba muy guay el programa, no dejaba de ser él informando y haciendo sus chistes. Al tener a dos personas que interactúan entre ellas y que dialogan lo hace distinto. Pero la diferencia es que, dentro de que cada emisión es monográfica, en otros años era más político y nosotros lo hemos llevado a nuestro terreno, que es más de actualidad social. Por ejemplo, en el primer programa hablamos de tribus urbanas y en el segundo sobre con qué se coloca la gente. Hemos llevado el programa a un territorio más Pantomima. Antes era más del Brexit, la crisis económica, Trump...Temas que a nosotros, a nivel personal, se nos escapan más. Creo que nuestro público de Pantomima se va a identificar más con estos temas de los que vamos a hablar. Aquí ya hay un cambio grande.
Sea social o sea política, el programa ha hecho o hará humor en ambas etapas a partir de la actualidad informativa. Como cómico, ¿esa actualidad informativa te da más 'material' para hacer humor en comparación a otras épocas? Al fin y al cabo, de un año a otro hay nuevos avances tecnológicos, las sociedades y sus mentalidades cambian...
En cuanto a la actualidad política, siempre parece que es el mejor momento para hacer comedia, pero si echas la vista atrás, desde el 2007, que empezó la crisis, no ha dejado de ser un momento de mierda político que ha permitido hacer chistes. Ya sea por la crisis, por repetir elecciones tres veces, todas las perlas de Rajoy... Es decir, que siempre ha habido material. Y en cuanto a lo otro, pues es verdad, como va todo tan rápido y todo el rato están apareciendo modas y tendencias pues también hay mucho material para hacer humor. De hecho, los propios vídeos de Pantomima son una prueba de ello, porque cuando los empezamos a hacer, pensábamos que esto nos iba a dar para hacer siete u ocho, y de repente llevamos más de cien y tenemos una lista de temas por tratar.
¿Cómo os planteáis precisamente el futuro de Pantomima?
No somos muy de pensar a largo plazo. Es un buen momento para los dos, cogemos las cosas según aparecen y siempre que nos molen. Es verdad que pensamos en hacer cosas nuevas, pero al final estamos tan 'petaos' en el día a día... Es que dos noches por semana estamos de gira, yo otra estoy con mi show, La Resistencia, grabar este programa... Al final parece que la semana solo te da para mantenerte al día.
En verano, que pararemos, además de tener vacaciones intentaremos plantear cosas nuevas, pero tampoco nos vamos agobiando pensando en una estrategia para Pantomima Full a tres años vista. No sé si es un error o no no hacerlo, pero como de momento las cosas van bien y estamos tan ocupados, tampoco le damos muchas vueltas. Además, para nosotros las cosas son un poco más espontáneas y no como si fuera una empresa que tiene que tener su plan de crecimiento.
Vuestro éxito se refleja en que, para muchos, ya no sois los que salían en 'Sé lo que hicisteis', ya sois 'los de Pantomima Full'. Y no es fácil quitarse la etiqueta que te da haber participado en un programa de tanto éxito. ¿Cómo fueron aquellos años entre el final del programa y la creación y posterior consolidación de Pantomima?
Es verdad lo que dices, en parte porque en Sé lo que hicisteis no teníamos no teníamos un peso específico tan importante. Alberto un poco más, pero ese estigma le puede pesar más, para bien, a Patricia Conde y a Ángel Martín, que eran los protagonistas absolutos. Nosotros éramos guionistas y aparecíamos ahí de vez en cuando. Y es verdad que, como ha pasado tanto tiempo, la gente que tiene 20 años ni siquiera llegó a ver Sé lo que hicisteis y nos ha descubierto directamente por Pantomima.
De los años que hubo en medio tampoco hubo queja. Es verdad que no tuvimos esa presencia mediática pero estuvimos currando de guionistas, escribimos programas, series y yo grabé monólogos en Comedy Central y aparecimos en algún programa, así que esos años tampoco fueron una travesía por el desierto. Simplemente estábamos en segunda fila, pero por suerte y con momentos mejores y peores, en estos 15 años de carrera no he tenido un momento malo.
Uno de esos monólogos que grabaste en Comedy Central generó una fuerte polémica hace unos meses por tus chistes sobre gitanos. Ahora que ha pasado más tiempo, ¿qué reflexión haces de lo que ocurrió entonces?
En su momento, igual que hubo muchas críticas hubo muchísimo apoyo, del cual me alegro y me valoro de todos aquellos compañeros que dieron la cara. Mi pensamiento sigue siendo el mismo, un chiste puede no gustarme y entiendo que a la gente no le guste, pero no me va a ofender. Es imposible que a mí me joda el día un chiste. Lo leeré y diré que no tiene gracia o es poco oportuno o lo que sea, pero me parece que una cosa como un chiste te llegue a amargar, pues yo que sé. Entiendo que a la gente le ofenda, pero a mí no y eso lo mantengo.
Entiendo que no te ha influido a la hora de hacer el humor que has hecho desde entonces, que no has tendido a pensar en tener más cuidado o a pensar en los demás.
No pongo en mi boca lo que has dicho de que no pienso en los demás. Eso es incorrecto. Uno siempre piensa en los demás porque los demás son su público. Otra cosa es que los demás sean 50 millones de personas y es imposible que tengas un 100% de coincidencia con 50 millones de personas. Yo pienso en lo que creo que le va a hacer gracia a mi público y en dónde va a estar cada broma, si va a estar en un teatro, en un canal abierto o en uno cerrado.
A veces, el problema de todo esto es que la gente que ve La Resistencia o que vea este nuevo programa nos conoce, lo consume y sabe lo que se va a encontrar, por lo que va a ser difícil que encuentre algo que crea totalmente inapropiado. Otra cosa es cuando las cosas llegan a un público que no sabe quién eres ni lo que haces y lo recibe con un titular que ya dirige su pensamiento a cómo tiene que interpretar lo que va a ver y lo ve y dice: “Pues mira, esta persona, que no sabía quién era, me indigna”. No digo que nadie se pueda ofender, solo digo que no es mi caso. Hay que intentar hacer lo que tú crees, porque al final la gente que no es tu público ya no lo era, y lo que no puedes hacer es perder al que ya tienes. No hay una reflexión de pensar en cambiarlo todo, me parece muy drástico.
Estamos en un momento en el que, cada poco tiempo, hay una polémica con algún cómico. La última ha sido la de David Suárez, que ha sido despedido de Yu por un tuit sobre las personas con Síndrome de Down. Suárez es colaborador de CCN, ¿se ha visto afectada su participación en el programa?
No, no va a afectar de ninguna forma. No soy yo el que toma la decisión, pero por lo que tengo entendido, David es colaborador y compañero.
¿A qué achacas esta notable frecuencia de polémicas en torno a un chiste o un tuit? Has apuntado a que muchos de estas bromas llegan a un público que, a priori, no es al que va dirigido, ¿pero hay algún motivo más?
Yo lo achaco a que somos muchos y pensamos de maneras muy diferentes, y tú puedes estar de acuerdo con una gente y con otra no porque todas las opiniones son legítimas. Pero es normal, porque la comunicación ahora es tan directa... A ti te ha ofendido un chiste de Iggy Rubin, de Broncano, de Dani Mateo o de David Suárez y simplemente tienes que poner @ y el nombre y transmitírselo, y eso propicia el alcance de esa disconformidad y facilita su difusión tanto para bien como para mal.
Hace 10 o 15 años si alguien decía algo que no era guay y querías verlo, tenías que conseguir que alguien te pasara la grabación del programa. Y si querías dirigirte a esa persona tenías que escribirle una carta por correo ordinario. A lo mejor, en medio de ese proceso, decías: “Pues tampoco me indigna tanto esto como para tomarme estas molestias”. Pero creo que, básicamente, somos muchos y es imposible, o muy difícil, molarle a todo el mundo. Y tienes que asumir que a unos les parecerás guay y a otros un gilipollas, y es lo normal. Lo absurdo sería ponerte la meta de caer bien a todo el mundo. No hay más que ver las encuestas de las elecciones, que si estás muy cerca de uno estás muy lejos de otro.
Volviendo al terreno más televisivo, tanto Casado como tú vais a colaborar también en 'Cuando ya no esté', el programa de Iñaki Gabilondo en #0
Bueno, no compartimos plató porque nosotros hacemos unas piezas de vídeo dentro del programa. Pero sí, a priori choca viendo cómo es un programa de Iñaki. Por lo que nos han contando, hasta ahora era un programa 100% divulgativo en el que Iñaki iba a Japón a entrevistar a una eminencia en robótica y a Finlandia a hablar con otra eminencia, y a partir de ahora será en plató, también divulgativo, pero con un tono más relajado.
Y dentro de esto, hacemos vídeos que resumen un poco lo que hemos aprendido en el programa de Iñaki. En un programa en plató con invitados sí tiene cabida un clip de un minuto de humor sobre el tema que se está tratando. Pero no, no vamos a ser sus contertulios (risas).
Quitando la participación de Alberto Casado en 'Ese programa del que usted me habla' (La 2), el resto de formatos en los que estáis presentes pertenecen a la televisión de pago. ¿Los espacios de humor han quedado limitados a esta televisión en detrimento de los canales en abierto?
A mí me gustaría que se recuperaran formatos en la televisión en abierto en late night o en la franja que fuese. No sé si va a suceder, pero cuantos más espacios haya para hacer humor, más posibilidades tienes de que a ti te toque el premio de participar en uno.
Hablábamos antes de la época entre Sé lo que hicisteis y Pantomima Full, pero si haces memoria no estuvimos en la tele ni nosotros ni muchos otros cómicos porque no había espacios para el humor. Más allá de algún programa fugaz en Cuatro como Hazte un selfi, en el que yo estuve, no podías decir que hubiera mil programas y tú no estuvieras en ninguno. Es que estaba el de Mota y poco más.
Estaría guay que hubiera humor en abierto, pero si miras los formatos que tienen éxito ahora en pago, realmente veo muy difícil la emisión de cualquiera de ellos en abierto por el contenido. Sin ser heavies ni nada, pero yo que he trabajado muchos años como guionista y sé las cosas que se pueden emitir en pago, parece que las cosas que se dicen en pago no se pueden decir en abierto. Y lo que haya será diferente, que no quiere decir que no vaya a ser guay, pero no sería posible una Resistencia o un Loco Mundo en abierto.
Estaríamos hablando de que la televisión en abierto exige un humor más tradicional o conservador.
No es que sea tradicional, pero cada cadena o grupo tiene su propia línea editorial. Además, también hay horarios protegidos y cosas de este tipo. Una cosa tan tonta como no poder decir “joder” en televisión hace que toda la comunicación sea mucho más artificial.
Uno de los éxitos de Sé lo que hicisteis, que parece que su mérito era desmontar las cosas feas que hacían otros programas, era ese punto de que éramos chavales, porque yo tenía 25 años y Patricia creo que 28, y hablábamos sin el tono televisivo tradicional. No decíamos “ahora os vamos a ofrecer un contenido que trata..”, sino que decíamos “ahora vamos a hablar de esta mierda”. Y eso generaba cercanía y la gente pensaba que hablábamos de nuestras movidas como ellos y nos reíamos de lo mismo que ellos, Entonces, hay pequeños detalles que hacen que a veces se desvirtúe la idea que tú tienes de programa sobre lo que luego llega a emisión.