Dos elementos definen la segunda temporada de Capítulo 0, recién llegada a Movistar+: por un lado, la mayor ambición del dúo creativo formado por Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes (acompañados por el guionista Miguel Esteban) a la hora de pergeñar el nuevo catálogo de ocho historias autoconclusivas; el otro, el paso adelante en lo que al concepto de parodia que venían trabajando.
La presentación en sociedad en el exclusivo y clandestino Bar Hemingway de la ficción, casi en paralelo a la disponibilidad del primero de los episodios (desde este martes 5 de noviembre), vino a demostrarlo. Con Sevilla aposentado tras las cámaras, Reyes comparte el protagonismo con Miren Ibarguren en Silly Gardens, una tronchante reformulación absurda de El crepúsculo de los dioses, aderezada con un toque de giallo italiano, con la forma de un vídeo de inmobiliaria.
La venta de la mansión de una antigua estrella del teatro y su frustrada hija, acostumbrada a vivir bajo su sombra, da pie a gags que van más allá de la cita previsible y en los que se evidencia no solo un dominio del timing cómico sino una evolución continuada en la puesta en escena, a años luz de lo que veríamos en Museo Coconut, primer experimento con la ficción pura del grupo chanante. La estética a priori más desbastada del falso documental o del metraje encontrado, con lo que juega por momentos, no esconde una una depuración estética evidente, hasta alcanzar el culmen de la ironía con el plano aéreo final, perfectamente cuadrado con la estética de los vídeos de venta de casas y a la vez casi una burla a estos tiempos de sobreutilización de drones como recurso grandilocuente.
“En algunos capítulos hemos abandonado la parodia totalmente”
“Ernesto es el mejor director de comedia que hay en España”, proclamaba un exultante Esteban tras la proyección. “Es como Scorsese, pero con más cabeza”, agregaba el cocreador de El fin de la comedia, que firma la realización de El pez dorado, una desquiciada fabulación de la vida de Nicolas Cage. La conversación derivaría en una suerte de comparativa sobre las densidad capilar de las cejas del realizador de El irlandés y el manchego, una espiral de comentarios que casi parecerían descartes de uno de estos Capítulos 0 que, además, cuentan con un potencial autobiográfico.
“En la primera temporada quizás estábamos más pendientes del formato que habíamos pensado, en que funcionaran como pilotos de serie que nunca existirían. Pensábamos más en formatos televisivos, pero aquí directamente son 8 pequeñas películas. A veces se reconocen la parodia de una película y otras veces no es tan evidente”, reflexiona Reyes sobre la progresión del proyecto en esta segunda tanda. “Hemos sido más ambiciosos”, apostilla su compañero de travesuras. “En algunos capítulos hemos abandonado la parodia totalmente. Es adonde nos dirigimos”, subraya.
Es el caso de Mi padre, la entrega que servirá de cierre a la temporada, con estreno previsto para fechas navideñas, y construido a partir de historias y anécdotas reales del padre de Ernesto Sevilla. “Con este hemos intentado emocionar al público. Habíamos conseguido otras reacciones anteriormente: miedo, asco, estupor, negación... Y nos ha quedado un capítulo muy especial”, adelanta orgulloso el actor, que se pondrá en la piel morena y el frondoso pelo canoso del progenitor de su colega. “Intentamos hacer un episodio navideño que no fuese anti-navideño, porque nos parecía muy manido, y queríamos que nos quedara bonito. Hemos intentado que quedara emocionante de verdad”, repite el director. “No es broma. No hay ni una sola ironía”, insistiendo sobre este camino hacia adelante que han tomado con convencimiento.
Siguiente paso, una película: “Estamos dispuestos y preparados”
“Hemos disfrutado mucho de todo esto porque hemos tenido un compromiso total”, recalca Reyes. “Es un proyecto personal del que hemos estado pendientes en todo el proceso y sin compaginarlo con ninguna otra cosa. La primera temporada la compaginamos con los Goya y una cosa salió mejor que la otra”, ironizó, recordando las malas críticas que el dúo recibió por la ceremonia de 2018. “Ha sido una evolución y nos ha permitido trabajar con gente que nos apetecía mucho”, añade, citando algunos de los invitados con los que han contado: además de una descacharrante Ibarguren, se dejarán ver Verónica Forqué, Hugo Silva, Ingrid García Jonsson o un Pablo Motos que hasta figuraba entre bambalinas, como productor del invento a través de 7yacción.
Repartos más amplios, producciones más elaboradas (“hay un capítulo con 200 planos, no le daba tiempo ni a meterse conmigo”, destacaba Reyes de Sevilla) y una refinación en el desarrollo de los guiones y la escritura de comedia. El crecimiento de Capítulo 0 se hace evidente y delata el próximo objetivo de la pareja: “Vamos a hacer una película”, adelanta Ernesto.
“A medida que íbamos escribiendo, cogíamos músculo. Nos iban saliendo mejor los guiones. Después de estos ocho episodios, que son historias de media hora y en cuanto a producción son una locura, habrá cosas que nos resultarán más sencillas”, adelanta Ernesto, acomodado en el papel de director. “Estamos dispuestos y preparados”.
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