Especial Vertele

¡A golpes contra el coronavirus! 6 películas de artes marciales con las que hacerte fuerte en casa

Encerrados en casa ante la emergencia sanitaria mundial del coronavirus, sin contacto social ni alicientes, entregarse a la vida sedentaria es una tentación demasiado convicente, demasiado fuerte. Pero eso, cadetes míos, es lo que la pandemia quiere: que estemos perezosos, relajados, que nuestro sistema inmunológico se reblandezca y se abra a las bacterias de nuestro alrededor, que cuando volvamos al exterior seamos sombras esmirriadas de lo que una vez fuimos.

Hay que mantener la tensión, apretar los dientes y los puños, respirar hondo y fortalecer el espíritu. El enclaustramiento no es excusa: debemos ejercitarnos, mover el cuerpo antes de que nuestras formas se atrofien de tanto aplastar la espalda contra el cheslong. Si queremos vencer al virus, debemos hacernos fuertes en casa, convertirla en nuestro dojo. A veces, claro, la apatía es tan pesada como la mayor de las mancuernas; pero por ello, hemos de concienciarnos y despertar, cargarnos de energía y comenzar el entrenamiento.

Es preciso seguir una progresión en el entrenamiento, aumentar el estrés sobre nuestro organismo para sobrecompensarse y que nuestro cuerpo responda y mejore. Para ello, hacen falta estímulos claros, objetivos concretos. Para potenciarlo, a modo de complemento vitamínico a base de sudor y sangre, este programa de seis películas de producción reciente, disponibles en los principales servicios de streaming y vídeo bajo demanda, cuyos protagonistas pueden servirnos como inclementes instructores. Sentémonos ante ellos durante dos horas, para levantarnos con más energía. Pongámonos en guardia para librar la batalla. Osu!

'Avengement'

El tándem profesional formado por el director y otrora coordinador de especialistas Jesse V. Johnson y el actor y artista marcial Scott Adkins, el heredero natural de Jean-Claude Van Damme, se ha dedicado durante el último quinquenio surtiendo de títulos cuya fuerte pegada resuena más allá del mercado de streaming. Perro salvaje, Accident Man, La deuda y Triple amenaza demuestran una progresión de entrenamiento envidiable, pero sin duda Avengement sea, hasta la fecha, la que les permite alcanzar un estado de forma perfecto.

Su argumento es hasta cierto punto premonitorio de lo que muchas personas pueden sentir en estos momentos: Cain Burgess, un luchador de clase obrera, se ve involucrado en un crimen que lo lleva directo a prisión, donde las amenazas continuadas y la paranoia por encontrarse encerrado lo llevarán a transformarse en un animal desfigurado y sediento de venganza. Tras un aislamiento interminable e incuantificable, un permiso le pondrá en bandeja la oportunidad de desquitarse... Casi como un Peter Mullan hipertrofiado, Adkins reparte estopa entre pinta y pinta con su interpretación más intensa hasta la fecha, mientras Johnson nos permite disfrutar de un espectáculo con su habitual sobriedad, dejando tiempo para que su actor paladee unos inspirados diálogos y espacio para que canalice su fuerza bruta. Una cara B para otra demoledora historia carcelaria como Brawl in Cell Block 99.

Cuadrilátero: Netflix.

'Lady Bloodfight'

Si antes establecíamos una genealogía entre “los músculos de Bruselas” y “las power kicks de Sutton” (término, cabe decir, engendrado para la ocasión), no podemos más que establecer otro vínculo entre Amy Johnston y la icónica Cynthia Rothrock, estrella occidental en clásicos del cine hongkonés de los ochenta como Ultraforce o Yes, Madam. Hija y pupilo del quíntuple campeón del mundo del kickboxing David Johnston (ya fallecido), Johnston combina el trabajo como doble de acción de actrices como Jessica Chastain y Scarlett Johansson con papeles en producciones independientes y trabajos de motion capture para videojuegos del nivel de Shadow of the Tomb Raider, a la espera de su gran oportunidad.

Aunque la antes citada Accident Man le otorgó el que hasta la fecha es su papel de mayor lucimiento, conviene llamar la atención sobre Lady Bloodfight, su primer protagonista cinematográfico: una suerte de remake encubierto en clave femenina de Contacto sangriento que sin duda se esfuerza sin necesidad por enrevesar la trama más allá de la simple épica del tátami, pero que permite conocer las habilidades de la kickboxer, especialmente en su lucha final contra la poderosa Mayling Ng.

Cuadrilátero: Filmin.

'Master Z: Ip Man Legacy'

Mientras esperamos a que el capítulo definitivo de la saga Ip Man llegue a estas latitudes, podemos apaciguar nuestras ansias con este primer spin-off dirigido con maestría por Yuen Woo-ping. Jin Zhang retoma el papel de Cheung Tin Chi, visto en la tercera entrega (torpemente titulada Dragon Master en España), ahora en busca de redención.

Los parámetros de la franquicia se mantienen, con el protagonista habiendo de hacer frente, wing chun mediante, tanto a los sindicatos del crimen que esparcen la droga por las calles como al poder policial corrupto por la influencia extranjera. Después del malogrado Darren Shahlavi (Ip Man 2) y del cameo de Mike Tyson (en Dragon Master), la némesis occidental toma la corpulencia de Dave Bautista. Mención aparte para la presencia siempre grácil de Michelle Yeoh, en su enésima colaboración con el director; y de la aparición especial de Tony Jaa.

Cuadrilátero: Netflix.

'Promesa sangrienta'

Nunca suficiente ponderado, Michael Jai White puede ser uno de nuestros grandes aliados en el aislamiento. Instruido en artes marciales desde los siete años, poseedor de ocho cinturones negros con varios grados en diferentes disciplinas y ganador de cerca de una treintena de títulos, este polivalente actor y director dispone de un canal de YouTube repleto no solo de sus mejores escenas en cine y televisión, sino de consejos sobre alimentación y entrenamiento físico y deportivo muy aprovechables, y de un surtido con reflexiones sobre convivencia en pareja, paternidad y responsabilidad social que a más de una persona le harán bien en una tesitura como esta.

Pero si tenemos que centrarnos en una película que ejemplifique sus capacidades, hemos de destacar Promesa sangrienta. Dirigido por Ben Ramsey, este actioner urbano con remembranzas al spaghetti western no solo no se avergüenza de su textura de directo-a-vídeo, sino que asume esa modestia formal como una extensión de su filosofía marcial: coreografías técnicamente impecables pero sin florituras ni recursos embellecedores tan comunes como el slow motion, que se mueven con destreza entre el kárate y el jiu jitsu. El combate (casi) definitivo del filme, entre White contra Matt Mullins es, simplemente, excelente.

Cuadrilátero: Play Station Store / YouTube.

'The Night Comes for Us'

Basculando entre el horror y la acción, el indonesio Timo Tjahjanto ha destacado en su carrera hasta la fecha por su énfasis en dilatar los tiempos y con ello el aguante de los cuerpos en liza ante las fuerzas (físicas o sobrenaturales) a las que se enfrentan. Algo aplicable a dos de las producciones que firmó para Netflix en 2018, The Night Comes For Us y Que el diablo te lleve.

Nos enfocamos en este caso en la primera, donde los enfrentamientos se alargan hasta el paroxismo mientras las secuelas en las fisionomías de su personajes se multiplican hasta perder toda forma o definición. Thriller de redención en torno a Ito (Joe Taslim), un despiadado asesino de los bajos fondos que decide romper con su organización criminal tras salvar a una niña huérfana, ofrece algunas de las coreografías más salvajes y extenuantes que hayamos podido presenciar en la última década, con salpicones de gore que pringan como los del primer Sam Raimi. Aguantar las tundas que se reparten Julie Estelle y Hannah Al Rashid, primero, y Taslim y el portentoso Iko Uwais (tan desaprovechado hasta ahora en el cine occidental) nos dejarán con agujetas psicológicas.

Cuadrilátero: Netflix.

'Plan de escape'

Empezábamos nuestro recorrido con una historia de reclusos y terminamos con otra que nos permite dar espacio a dos ejemplos de compromiso físico y motor más allá de cualquier edad. Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger se alían por primera vez en cine (tengamos en cuenta que la primera entrega de Los mercenarios los presentaría como rivales, que no enemigos, antes de unirlos en las siguientes entregas) en una película de acción ciertamente anacrónica: sus toques hi-tech remiten al futurismo ligero de Cara a cara (Face Off) o incluso Double Team, reforzando el espíritu de filme de “gran concepto” noventero.

Aun siendo sexagenarios, Arnie y Sly abrazan una vez más la filosofía colosalista de su cine: cuerpos hechos para el martirio, con capacidad sobrehumana para soportar toda clase de torturas a fin de cumplir con su misión heroica. El sacrificio lo es todo, como prueban sus musculaturas pétreas y su epidermis curtida. Si ellos, aun soportando indecibles achaques, pueden salir de su prisión con la cabeza alta, nosotros también, cueste lo que cueste, sea cuando sea.

Cuadrilátero: Amazon.