Halloween y el Día de Todos los Santos ha quedado ya atrás, pero eso no ha sido óbice para que Espejo Público aborde un tema cuando menos inusual en las mañanas: los exorcismos.
Diego Revuelta ha realizado un reportaje para el magacín centrado en las supuestas posesiones demoníacas, y ha avanzado de la invitación por parte del Vaticano para profundizar en ello. Por supuesto, con una versión de cuerdas de Tubular Bells, el tema de Mike Olfield que sirvió de banda sonora para El exorcista de William Friedkin, como fondo atmosférico.
“¿Tú crees en el diablo?”, le preguntó el periodista a Susanna Griso, un tanto alterada por la música: “Yo creo en el mal, no sé si en el diablo”.
La percha que usaba el programa era un caso concreto, el de una joven llamada Laura, que grabó su propio exorcismo. Esto servía como avance de un trabajo en dos partes que se verá “en los próximos días”, tal y como indicaba. El programa dejaba ver unos instantes de la conversación que Revuelta mantuvo con la joven, en un lugar público y con un dispositivo móvil reproduciendo las imágenes de su exorcismo, eso sí, convenientemente difumadas.
La mujer explicaba que en el origen de sus males empezó a “ver a un hombre con un sombrero negro vestido de traje” y a escuchar “voces”. “Me decían que me cortase, que me mate, que me haga daño”. Pasó tiempo en un psiquiátrico, y allí su madre advirtió a una psiquiatra las marcas que tenía su hija en la espalda: “Eran como garras, que era imposible que me las hiciera yo”. Tras esta práctica, afirma, que recuperado una vida normal. “Cuando acaba te conviertes en una persona perfectamente normal, como la que hablamos ahora mismo”, apuntaba Revuelta durante la pieza.
“Me tengo que ir a Roma”
De vuelta a plató, el colaborador de Griso explicaba la “controversia” alrededor del tema: “Estamos hablando de una cuestión de fe y que choca con la propia ciencia, la psicología y la psiquiatría”. De hecho, también se mostraban clips de la consulta de Revuelta a un psiquiatra, al que le enseñaba esas mismas imágenes.
Sin embargo, el interés estaba no ya en lo que el magacín había elaborado durante los últimos días, sino en lo que estaba por delante: en palabras de Revuelta, en “un viaje que debo iniciar”. Durante este segmento de Espejo Público, el reportero tenía a su lado una simbólica maleta. “Me quedan muchas preguntas que hacer y muchas respuestas. Y dentro de ese camino, quiero conocer una pata que aquí nos falta, que es la de los propios exorcistas”.
En una gestión que consideraba “imposible”, Revuelta adelanta haber contactado con el Instituto Sacerdos, vinculado al Vaticano, y donde se ofrece formación continuada a sacerdotes católicos. Donde también, recalcan desde el programa, se hacen formaciones sobre exorcismos. “Me tengo que ir a Roma. Ahí es donde vamos a saberlo todo”.
Llegados a este punto, conviene recordar que el recientemente fallecido William Friedkin, director de El exorcista, recibió una invitación para grabar un exorcismo real (o al menos considerado real por la Iglesia Católica) que recogió en su integridad en The Devil and Father Amorth. El protagonista del filme no era otro que Gabriele Amorth, sacerdote que ejerció como exorcista de la diócesis de Roma y que tuvo un gran calado en la cultura popular, tanto en vida, gracias a sus libros e intervenciones públicas sobre la materia, como a posteriori: este mismo año, se estrenaba en cines El exorcista del Papa, donde Russell Crowe encarna a una versión fantástica del personaje.