Esther Aranda y Tania S. abren la caja de los truenos de OT 2008: “Telecinco buscaba carnaza”
La cuarentena ha traído de vuelta a Esther Aranda, una de las concursantes más recordadas de Operación Triunfo 2008. Tras reaparecer en redes sociales hace apenas unos días a través de un hilo viral y cargar contra el programa por el trato recibido, la extriunfita hizo un directo este domingo en Instagram para recordar su paso por el talent show que por aquel entonces emitía Telecinco.
Doce años después de su edición, la exconcursante ha cambiado la música por la hostelería y se dedica enteramente a sus dos restaurantes. “Estuve tres años viviendo de la música, pero al final vienen otras ediciones, te llaman menos de los bolos, el caché baja... necesitaba una estabilidad y no podía estar un mes viviendo de un concierto. Volví a trabajar en una tienda como antes de OT”, contó en directo.
Aranda rememoró sus momentos más complicados en el programa, propiciados en gran parte por las duras valoraciones de Risto Mejide, y aseguró que “no sabía a lo que me exponía, sino no hubiera entrado”: “Cobrábamos una m... en Operación Triunfo, no se cobra como en Gran Hermano. Cobraba más doblando pantalones”, aportó. Además, desveló que tenían una cláusula de penalización en su programa en caso de abandono voluntario.
Actualmente mantiene el contacto con algunos compañeros en un grupo de WhatsApp en el que no están ni Virginia ni Pablo López, pero sí otros como Anabel, Noelia y Tania S. Esta última, una de las triunfitas más carismáticas de su edición, se unió el directo para responder a otras preguntas sobre lo que vivieron en OT 2008.
“No tengo nada en contra de OT, el formato me encanta. Estoy en contra de lo que se hizo conmigo y con algunos de mis compañeros (...) Los culpables de todo fueron Gestmusic”, aseguró Esther Aranda. Además, recordó las reuniones que tenían “con los de arriba” detrás de las cámaras, donde les regalaban bombones: “Me decían que llorase delante de las cámaras, detrás no”, apuntó.
“Alguien me dijo que estaba tardando mucho en irme, que si no era esa semana sería la siguiente”, aportó Tania S, que opinó que “nuestra edición fue un Gran Hermano”. “Mi familia llamaba para salvarme y les saltaba una voz que decía que yo ya no era concursante. No se podía votar”, añadió Esther.
“El dinero estaba por encima de todo, no les importábamos”, añadió Tania. “Personalmente no está pagado el daño psicológico que me ha hecho con los años”, confesó. “Telecinco buscaba y busca carnaza”, opinó por su parte Esther en otro momento de la conexión, donde también se confesó seguidora del último GH VIP.
Su encuentro con Risto fuera de cámaras: “Me hice súper pequeñita”
Gran parte de su directo se centró en repasar su trayectoria en el programa, marcada por las valoraciones de Risto Mejide. “Yo creo que no hay sonido capaz de describir lo que has hecho esta noche. Y si lo hay, no sale de la boca”, llegó a decirle el juez tras su recordada interpretación de Las de la intuición.
“Un tiempo después caí en que era su papel y le pagaban por ello. Lo que yo critico es que nadie le paró los pies. Hoy en día no tienen coj... de hacerlo porque la gente se les echa encima”, opinó. Pese a ello, considera que “Risto me metió tantísima caña porque me quería hacer ganadora del programa”.
La extriunfita explicó que no se puso nadie en contacto con ella para saber cómo había llevado las críticas hasta la gala final, donde sí se encontró con Risto. “Iba con alguien de producción y me dijeron de ir a verle. Él se acercó a mí, me preguntó qué tal estaba y me puse a llorar. Me abrazó y me hice súper pequeñita. Me dijo que eso era televisión, le quitó hierro al asunto. Nunca más volví a hablar con él de nada”, confesó.
También habló de otros miembros de OT como Noemí Galera, que fue jurado de la edición y también formó parte, como cada año, del equipo de los castings: “Nunca nadie me pidió perdón por haber sido duros conmigo. A Noemí la recordaba en los castings, que yo le gustaba. Si era ella la que elegía los temas no tuvo muchas luces conmigo”. Y de Manu Guix: “Era un falso, pero no voy a hablar de él”.