El conflicto de Israel y Palestina acabó, como era de esperar, teniendo protagonismo en Eurovisión. Tras meses en los que muchas personalidades y colectivos han pedido el boicot al festival, en la final hubo hasta dos momentos muy comentados.
El primero, por ser uno de los momentos más esperados y “protagonizado” por una estrella como Madonna, fue cuando dos de los bailarines de la cantante lucieron una bandera de Israel y otra de Palestina mientras aparecían abrazados, como ya hemos contado.
Pero hubo otro que ha generado mucha más controversia, y ante el que la realización de la televisión pública israelí reaccionó de la misma forma dejando de mostrarlo. Fue durante las votaciones finales, cuando se daba la suma del televoto.
Al llegar al turno de Islandia, los dos presentadores anunciaron los puntos que sumaban. Y cuando la cámara enfocó a los representantes islandeses, estos lucían varias banderas de Palestina y el nombre del país.
El público reaccionó con un sonoro abucheo, mientras la realización mantuvo poco el plano, pasando de nuevo a los presentadores que se quedaron unos segundos un tanto desconcertados, para después seguir adelante anunciando los votos.
La organización “estudiará las consecuencias”
Aunque en el caso de Madonna ha habido un silencio absoluto, sin ningún tipo de reacción por parte de la organización, la UER (Unión Europea de Radiodifusión) sí ha anunciado que “estudiará las consecuencias” que ese gesto puede tener para Islandia.
En un breve comunicado, la UER recuerda que “Eurovisión es un evento no político y y esa actitud contradice directamente las reglas del concurso”. Por ello, explica que “las banderas fueron rápidamente requisadas”, y advierte: “Las consecuencias de esta acción serán estudiadas por los directivos del grupo después del festival”.
Efectivamente, fuera de las cámaras, hay un vídeo grabado por uno de los propios representantes de Hatari que muestra cómo un vigilante de seguridad del festival irrumpió en el set de Islandia para quitarles las banderas de Palestina, asegurándose de que no quedaba ninguna más.