Eurovisión 2024 rechaza la canción de Israel por “demasiado política” y la TV pública se opone a cambiarla
La participación de Israel en Eurovisión 2024 en plena guerra en Palestina sigue en tela de juicio, esta vez a causa de la canción elegida por el país. La Unión Europea de Radiodifusión (UER) no ha aceptado la letra del tema propuesto para la candidatura, al considerarla demasiado política, mientras la televisión pública israelí, KAN, se muestra reacia a alterarla.
De ello informan medios estatales como Ynet, los mismos que días atrás ya señalaron que los organizadores de Eurovisión habían solicitado revisar la canción para asegurarse de que respetaba sus normas. La propia corporación pública del estado había aclarado que no era “una petición inusual”, si bien ya se advertía el retraso en el calendario previsto, pues se esperaba que hubieran dado a conocer la canción en la segunda semana de febrero.
El cariz político de la canción, 'October Rain'
Mientras el tema aún está a la espera de ser publicado, sí han trascendido en medios israelíes algunos detalles de su contenido, que contravienen ese cariz apolítico que defiende la UER. No en vano, el título del tema que se ha elegido para la cantante Eden Golan es October Rain (es decir, lluvia de octubre) y se especula con que referencie el ataque sorpresa de Hamás del 7 de octubre en el sur de Israel, que dejó al menos 1.000 víctimas mortales y un millar de heridos, y dio pie a la ofensiva de Israel en Gaza.
Hay que recordar que durante las últimas semanas, y en plena polémica, Israel ya había avanzado su intención de “contar su historia y narrativa” sobre el escenario del Malmö Arena el próximo mes de mayo. “Tenemos que elegir una canción que refleje nuestra situación y muestre al mundo que estamos aquí para permanecer”, afirmó Hanson, jurado profesional de la preselección de la radiotelevisión pública israelí.
Ahora, Ynet llega a afirmar que la UER ha amenazado con descalificar al país si no modifica la canción, mientras la cadena KAN se niega a tal cosa. Por su lado, The Times of Israel recoge declaraciones de una portavoz del canal, que se limita a indicar que están “dialogando con la UER sobre la canción que representará a Israel”.
La posición de UER, cuestionada durante meses
Así las cosas, la presencia de Israel se ve más incierta que nunca de cara a esta 68ª edición del festival internacional de la canción, después de meses de acerada polémica al respecto. La UER ha pasado meses argumentando que Eurovisión es “un evento apolítico” donde “compiten artistas y cadenas de difusión, no gobiernos” para explicar por qué no habían excluido a Israel.
Esta es una postura muy diferente a la que se siguió hace dos años cuando se expulsó a Rusia de Eurovisión a causa de la invasión a Ucrania. La UER, que hace escasos días se reafirmaba en su postura, señalaba la diferencia entre casos. “Los operadores rusos habían sido suspendidos de la UER debido a las violaciones persistentes de sus obligaciones como miembros de la organización y la violación de los valores del servicio público”, explicaban, destacando que “la relación entre KAN y el gobierno israelí son drásticamente diferentes”.
Grupos políticos y culturales a nivel internacional han cuestionado la decisión durante meses: un grupo de eurodiputados de diferentes partidos, entre ellos Podemos, se unió en una iniciativa dirigida al Parlamento Europeo para pedir la expulsión de Israel, al estimar que “blanquea a un régimen que está ejecutando una limpieza étnica en Palestina”. Entre tanto, la televisión pública finesa, YLE, reconoció estar “estudiando la situación” tras una petición masiva de parte de músicos fineses contrarios a la continuidad de Israel en estas circunstancias.
Más recientemente, una larga lista de 400 personalidades, entre las que se contaban estrellas de Hollywood como Helen Mirren, Mayim Bialik y Liev Schreiber, firmaron una carta en apoyo de mantener a Israel dentro de la terna de Eurovisión. Según se lee en el texto redactado por la organización Creative Community For Peace, creen que sancionar al estado sería “una inversión de la justicia” porque “la actual no es una guerra que Israel quisiese o empezase”.