Análisis

El favorito para ganar Eurovisión 2017 se encuentra entre los ‘Big Five’

Por Alberto Rodríguez

A menos de dos meses de la celebración de la 62º edición del Festival Europeo de la canción en Kiev (Ucrania), las casas de apuestas tienen un claro ganador: Italia. Francesco Gabbani –reciente ganador del Festival de San Remo- con su propuesta Occidentali’s Karma ha conseguido convencer no sólo a los expertos que le han colocado en lo alto del palmarés, sino que también ha sabido meterse en el bolsillo a las redes sociales.

En youtube, una de las redes que más se vuelca con el eurofestival, son unánimes las opiniones de los fans y foros especializados que afirman que el italiano merece llevarse este año el festival a su casa. Aunque en los últimos días ha recibido pequeñas críticas de estos mismos fans por el recorte que ha sufrido la canción para poder encajar dentro de los tres minutos de duración que impone la UER (Unidad Europea de Radiodifusión) a todos sus participantes.

Nueve puestos por debajo le sigue la francesa Alma con su Requiem, que al igual que su vecino itálico, ha sufrido una pequeña puesta a punto de cara al certamen, incluyendo partes en inglés. Recordemos que el año pasado el candidato francés Amir partía como favorito gracias a su éxito J’ai cherché, del cual hizo incluso una versión en castellano. Contra todo pronóstico, se tuvo que conformar finalmente con un sexto puesto.

Desafortunadamente, parece que pertenecer al mismo grupo no implica correr con la misma suerte. Casi llegando al ecuador de la lista, en el puesto 18 encontramos a un rezagado Reino Unido con la solista Lucie Jones defendiendo la balada Never give up on you. Lucie se alzó con la victoria gracias a los votos de sus compatriotas en el proceso de selección interna de su país por su potencia vocal y la calidez de su interpretación. Algo en lo que coinciden los eurofans, que condenan, precisamente, la falta de una canción más a la altura del elevado registro de la artista.

Y en la cola, Alemania en el puesto 32 y España en el 36. Ambas candidaturas, además, no exentas de polémica: la germana Levina ha tenido que hacer frente a las acusaciones de plagio que afirmaban que su tema Perfect life se parecía sospechosamente a Titanium, del dj francés David Guetta (en 2015 el ganador del festival, el sueco Mans Zemmerlöw, fue acusado de lo mismo: su tema ‘Heroes’ sonaba similar a Lover in the sun, también de Guetta). Y en el caso del español Manel Navarro, de sobra es conocida la polémica de su elección dentro de nuestras fronteras, la cual, se prolonga en la actualidad con una campaña a través de redes sociales que anima a boicotear su Do it for your lover por medio de dislikes y comentarios de movilización en contra de la participación española este año.

La amenaza lusa

Sin embargo todo puede cambiar en el último momento. Las casas de apuestas no son infalibles y podría haber sorpresas, como la protagonizada el año pasado por la ucraniana Jamala, que pasó del quinto puesto a proclamarse vencedora indiscutible de la edición gracias al televoto.

El sueco Robin Bengtsson, recién llegado del Melodifestivalen, le sigue de cerca al italiano. Su single I can’t go on y su atractiva performance en el escenario –acompañada de un elenco de bailarines con traje- moviéndose sobre cintas automáticas le hacen adjudicatario de uno de los números más atrayentes de la noche.

Aunque, sin duda, el que ha copado la atención de los medios en los últimos días ha sido el portugués Salvador Sobral y su conmovedora y tierna interpretación de su ‘Amar pelos dois’. Más allá del plano artístico, la noticia saltó cuando se supo que los anchos ropajes que vistió durante su actuación estaban pensados para esconder un marcapasos. Según informó la prensa de su país, el cantante luso está pendiente de una urgente intervención quirúrgica para trasplantarle un corazón nuevo. Mientras el donante llega, Salvador vive conectado a una máquina que mantiene estable los latidos de su corazón. Dicho condicionante le impedirá salir de promoción por Europa junto a sus compañeros, por lo que no lo veremos hasta la celebración del concurso en mayo.

Este hecho ha contribuido a alimentar la leyenda y el interés en torno al artista y su candidatura. Después de un año de ausencia en Eurovisión, Portugal regresa con fuerza a la competición. Y a juzgar por los antecedentes, un poco de expectación podría venirle bien. El mismo tipo de expectación que ayudó a encumbrar a Conchita Wurst en 2014 en Malmö (Suecia).