La isla de las tentaciones cerró este miércoles su tercera edición con la celebración de su último debate en Telecinco. El reality presentado por Sandra Barneda puso el punto final a su edición más vista hasta la fecha, con 10 de sus 12 galas por encima los tres millones de espectadores y con una media superior al 26% de share.
Sin duda, un balance espectacular para una edición que no lo tuvo fácil desde el principio. Para empezar, porque fue programada tan cerca del final de la segunda edición -menos de tres meses de diferencia- que resultó inevitable pensar en un posible desgaste de audiencias. Sin embargo, La isla de las tentaciones despejó las dudas de forma inmejorable: marcando el estreno más potente de sus tres ediciones (25.2% y 3.012.000 seguidores).
Una edición marcada por las polémicas fuera de la isla
Superado el primer escollo, el reality apenas tuvo tiempo para afrontar el segundo. Un día después de su debut, La isla de las tentaciones 3 se enfrentó a la filtración de un vídeo de alto contenido sexual protagonizado por Marina e Isaac. Un imprevisto que tuvo un doble impacto en términos estrictamente televisivos.
Por un lado, la audiencia descubrió antes de tiempo que Marina caería en la tentación de Isaac. Por el otro, los tertulianos de El debate de las tentaciones tuvieron que actuar como si nada hubiese ocurrido al tratarse de una filtración tal delicada. Este contratiempo dejó al programa atado de pies y manos, sin margen para evitar escenas tan surrealistas como la de Suso, que dijo en plató que “a lo mejor Marina frena y no llega a más” cuando los fans del programa ya sabían que no iba a ser así.
Para desgracia de los responsables del formatos, los problemas no acabaron aquí. Ya en la recta final, tanto Mediaset como Cuarzo decidieron eliminar la presencia de Carlos Algora de las últimas galas de la edición. El motivo, la detención del soltero por un presunto delito de abuso sexual.
Poco después fue puesto en libertad con cargos, pero su detención y el posterior 'borrado' del sevillano trastocaron sobremanera una de las tramas más potentes de la edición, pues Carlos estaba siendo en esos momentos la gran tentación de Lola, con la que había llegado incluso a tener relaciones sexuales.
Sin su presencia, los espectadores de Telecinco se perdieron momentos tan esperados como su encuentro con Diego, y se quedaron desconcertados con discusiones como la protagonizada por Lola y Marina, que no terminó de entenderse por la falta de metraje al estar Carlos involucrado en ella. Aun así, estos momentos sí pudieron verse a través de Mitele Plus, que emitió la gala con la edición original un día antes de la detención del sevillano.
Las novedades de la mecánica, un acierto general
Aun con estos obstáculos, la tercera temporada de La isla de las tentaciones ha sido un éxito innegable. En parte, por las novedades introducidas en su mecánica. La llamada Luz de la tentación -una alarma que se encendía cada vez que uno de los miembros de la pareja cruzaba los límites establecidos por la otra parte- dio juego y desconcertó a los concursantes en cada fiesta.
Al menos hasta que la alarma dejó de importar a los inquilinos de cada villa a mitad de programa, pues o bien estaban a otras cosas o bien empezaban a ser conscientes del futuro de su relación. Un desinterés que el reality detectó a tiempo, planteando a chicos y chicas la opción de quitarla -ellos aceptaron, pero ellas no llegaron a un acuerdo y tuvieron que mantenerla-.
Siguiendo con las novedades, también cabe destacar esa que permitió a Diego ver diez minutos “en directo” de la villa de las chicas. Momento en el que casualmente pudo ver a Lola llorar arrepentida, lo que acabó derivando varias entregas después a la consiguiente hoguera de confrontación entre ambos.
Dejamos para el final la novedad más jugosa y la que, sin lugar a dudas, ha venido para quedarse en próximas ediciones de La isla de las tentaciones. Hablamos, claro está, del encuentro en las hogueras entre solteros/as y las tentaciones de sus respectivas parejas. Enfrentamientos cara a cara que propiciaron momentos de alta tensión, de vacile -ese “alegrad esas caras, que ya está aquí papá” de Isaac- e, incluso, mentiras como la de Susan, que quiso dinamitar la relación entre Lara y Hugo al decir que el gallego ya no estaba enamorado de su pareja, cuando era justo al revés.
El casting fue a jugar desde el primer minuto
De nada hubieran servido estas novedades sin un casting que remara a favor de obra. Y el de la tercera edición ha remado, y mucho. Primero, siguiendo la estela de sus predecesores al colar algunas frases en el imaginario popular del programa.
“Esencia leonesa” (Lola), “Yo antes comía chopped y ahora como jamón ibérico” (Diego), “Ella me dijo 'voy a lavarme los dientes' y yo le dije 'pues te voy a dar la pasta'” (Manuel) y, sobre todo, “Manué, la manita relajá” (Lucía) y “Esta noche, carricoche” (Manuel), las dos que han trascendido más allá del reality, son ya historia de las Tentaciones. Igual que las caras de reacción de Sandra Barneda, que han vuelto a oscilar entre la emoción y la estupefacción por los comentarios y comportamientos de los concursantes.
Frases y gestos aparte, lo mejor que se puede decir de los participantes de esta tercera edición es que han ido a jugar desde el primer minuto. Algunos, como Lola, Manuel y Jesús, incluso a dos bandas según el momento. Otros, como Marina, Diego y la ahora tentadora Fiama, tampoco perdieron el tiempo y se emparejaron a las primeras de cambio. Y los que no lo hicieron, o bien lloraban (Hugo) o bien sufrían (Raúl) por su relación, sufriendo la audiencia con ellos -esa hoguera final entre Raúl y Claudia...-.
Por el camino ha habido traiciones, infidelidades, rifirrafes, sexo, emociones a flor de piel, amores perrunos y, por supuesto, momentos de humor. Vamos, los ingredientes que hacen de La isla de las tentaciones uno de los programas más exitosos de nuestra televisión.
Una recta final con poco margen para la sorpresa
El trepidante inicio de edición acabó teniendo un efecto colateral sobre La isla de las tentaciones 3: llegar a su recta final con casi todo el pescado vendido. Con una pareja ya fuera de la isla (Lucía y Manuel), otra que ya se había reencontrado (Lola y Diego) y una tercera que llevaba muerta desde el principio (Jesús y Marina), poco espacio hubo para la sorpresa en las hogueras finales más allá de las respectivas explicaciones entre los miembros de cada pareja.
Así las cosas, las hogueras finales de esta edición fueron las menos vistas de la historia del reality. Igual que los reencuentros seis meses después, aunque en estos últimos hubo más momentos inesperados. Entre ellos, una pedida de mano.
Esta paulatina previsibilidad, unida a la emisión de una única gala por semana y su consiguiente alargamiento en el tiempo, puede que contribuyeran a reducir el interés por el programa y a impedir que La isla de las tentaciones 3 terminara su recta final con récord de audiencia, como había ocurrido en las dos ediciones anteriores.
Aun así, tiene el honor de ser la edición más vista de las tres emitidas. Al menos hasta que Sandra Barneda vuelva a decir aquello de “hay más imágenes para ti”.
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