First Dates celebró este lunes sus 2.000 programas en Cuatro con un récord de audiencia y varios momentos a destacar. Por ejemplo, el tonteo entre dos de los camareros del dating: Matías y Laura Boedo.
El momento se produjo después de que el bartender preguntara a la recepcionista si tendría una cita con alguien en First Dates. “Mira, te soy sincera. Desde mi casa yo lo veía y decía: 'Pff, no sé'. Pero ahora que estoy aquí te digo que sí, porque pasan cosas tan bonitas que no tengo ninguna duda”, respondió Laura. “Pues yo, después de tantos años trabajando aquí y ver tanta gente enamorarse, tendría dos, no una”, añadió Matías.
“Bueno, pues cuando necesites una cita o te apetezca, me llamas... y te organizo una”, dijo la ex de La isla de las tentaciones con un tono que sonaba a insinuación. De hecho, Matías le preguntó si quería una cita con él. “Bueno, eso ya se verá. Quedan muchos programas. De hecho, hasta 2.000 programa más”, concluyó la gallega guiñándole un ojo a su compañero.
El programa especial de First Dates no podía ser un programa especial sin sus correspondientes pedidas de matrimonio. Muy emotiva fue la de Roberto y Javier, cuya relación amoroso comenzó hace dos años en el restaurante de Cuatro, aunque para entonces, ambos llevaban ya diez siendo amigos y algo más, pues Roberto estaba enamorado de su entonces amigo de trabajo. Sin embargo, Javier le dijo 'no' porque no quería interferir en la relación que Roberto tenía por aquel entonces con otra persona.
Pero aquella cita en First Dates lo cambió todo. Ahí “surgió el amor” entre ambos, según contaron este lunes, y empezaron una relación que ahora da un paso más. “Estoy aquí para esto, para pedirte matrimonio. Te quiero muchísimo. Llevamos dos años preciosos y estoy para esto”, le dijo Roberto a un emocionado Javier, que apenas podía articular palabra. Después, los dos se juraron amor eterno. “Si existe una segunda vida, también me gustaría seguir estando con él y viviendo con él toda mi vida. Es mi amor eterno”, aseguró Javier sobre su futuro esposo.
La segunda pedida de mano fue la de Sonia y Eduardo, aunque la suya tuvo truco. Ambos se conocieron hace unos meses en el programa de Cuatro, y dado que apenas vivían a 400 metros de distancia, lo tuvieron fácil para estrechar rápidamente lazos fuera del restaurante. Tanto, que Eduardo le pidió matrimonio a Sonia, según contó ella misma: “Una noche me llevó a cenar a un sitio muy bonito y me pidió que me casara con él. Le dije que sí. Primero, nos dio un ataque de risa que suele pasarnos a los dos y, por supuesto, le dije que sí”.
Este lunes, Sonia quiso devolverle el gesto , y algo más, representando su propia pedida de mano. “Quiero devolverte, aquí donde nos conocimos, el símbolo de nuestro compromiso. No eres mi primer amor, no eres el padre de mis hijos, pero sí quiero que seas el amor de mi vida”, declaró a su prometido antes de ponerle el anillo en el dedo. “Me he quedado un poco en shock. No me lo esperaba para nada. Se me han saltado hasta las lágrimas”, reconoció después un emocionado Eduardo, que ahora espera vivir con Sonia felizmente el resto de su vida. Y ella con él, claro.