Cuando Física o Química ya era un éxito absoluto hace una década en Antena 3, convertida en un fenómeno juvenil que marcó a toda una generación, una de sus actrices decidió apartarse temporalmente de la serie para no renunciar a estudiar la carrera de arquitectura.
La madurez adquirida hizo que Leonor Martín volviese luego a la ficción. Igual que ha vuelto ahora la fiebre por la serie gracias a El Reencuentro que Atresplayer Premium estrenó el pasado domingo y despide este próximo domingo 3 de enero. Han crecido, han madurado, hasta el punto que la actriz ha aprendido a compaginar su trabajo como arquitecta y su trabajo como actriz para volver a ser Cova, un personaje al que entre risas ella misma define como el “Pepito Grillo” de un grupo mucho más loco.
Entrevistamos a la actriz para conocer más ese interesante doble perfil entre lo técnico, proporcional y exacto de la arquitectura, y lo más libre y sentimental de la interpretación. Y por supuesto, le preguntamos cómo ha llevado volver a ser Cova, qué personajes le atraen más con el paso del tiempo, y qué tenemos que esperar del segundo y definitivo capítulo: “Si en el primero se siembra, el segundo tiene mucha más comedia, y no va a decepcionar”.
¿Resulta complicado volver a ser alguien que no se era desde hacía 10 años? ¿Te ha costado volver a ser Cova?
Al revés, ha sido bastante sencillo porque los personajes, cuando los interpretamos hace 10 años, y hablo en mi caso aunque creo que se puede extrapolar al de todos mis compañeros, eran personajes para los cuales buscaron a actores y actrices que se acercaran mucho a ellos, que pudieran entenderlos con facilidad. Porque éramos muy jovencitos, teníamos muy pocas herramientas como actores, y era prácticamente lo primero que hacíamos.
Y por eso la evolución del personaje de Cova durante todo este tiempo, que además creo que se ha escrito de una manera muy lógica, ha hecho que sea fácil para mí volver a recordar aquello, a la vez mirándome a mí misma para plasmar cómo he cambiado yo respecto a hace 10 años, y qué le aporto al personaje de mi madurez y mi experiencia ahora. Eso, sumado a tener de nuevo a todos mis compañeros alrededor, ha sido bastante fácil.
A Cova ya la conocíamos, y era una chica comprometida y con ideales. ¿Hasta tal punto no ha cambiado que en base a ellos ha construido su vida, optando por la política?
Cova ha evolucionado, pero ha seguido siendo muy fiel a lo que ella ya era. Lo que vimos en su día fue el sembrado de algo que, al final, ha llegado a un lugar que la hace estar implicada hasta el punto de meterse en política. Es una evolución muy lógica y muy interesante para el personaje, el ver que ha llegado a ese lugar desde el que poder seguir luchando estando muy apegada a la realidad.
En este primer capítulo se la ve además en una posición importante, con aspiraciones en su partido. ¿Cómo te imaginas que ha sido su carrera?
Como Cova se fue a Alicante, yo me la imaginaba militando desde bien jovencita, desde la universidad. Pensaba en esa Cova estudiando y metiéndose en grupos de acción política. Entiendo que ella habría estudiado algo como ciencias políticas, o sociología... algo muy apegado a lo social de manera directa. Es verdad que eso no se ve en la trama, pero creo que con ese componente tan feminista que tiene Cova desde lo que vimos en la serie original hasta dónde está ahora situada, me la imagino militando desde muy joven, entrando en el partido, y aspirando efectivamente a llegar a algo más representativo, a no estar solamente en la sombra sino más de cara al público, que es lo que a ella le gusta.
Entre los demás, a unos les ha ido mejor que a otros, y algunos han cambiado más. Viendo el capítulo, ¿cuáles son los personajes que más te gustan ahora, una década después?
A mí me ha gustado mucho la evolución del personaje de Angy fernández, Paula. Creo que representa a muchos actores y actrices que luchan por mantenerse activos en una profesión tan complicada, y que no siempre está a favor por mucho que tú te esfuerces y te formes. Y más siendo madre, que también es importante, porque las actrices al final tenemos que luchar siempre porque nos den papeles interesantes, y si ya es complicado, si eres madre lo es más aún. Tienes que tener mucha suerte para que estando embarazada te den papeles, y luego la conciliación es más complicada. Por eso me gusta que se muestre en el personaje de Paula, que se vea la complicación de conciliar la vida laboral con la familiar, y más estando sola.
Y también me ha parecido muy interesante Gorka [Adam Jezierski], que en contra del resto de personajes que hemos tenido una evolución, hemos madurado y hemos crecido; él parece haberse quedado estancado. Creo que es bonito contar eso, porque es algo que ocurre. Hay mucha gente que se queda en un lugar, y que por distintas razones le cuesta salir de ahí. Contar eso, y sobre todo el conflicto que se genera entre los dos, para mí es una de las tramas más interesantes por lo reales que son. Eso tiene mucho que ver con Física o Química, porque siempre se trataba de contar historias que conseguían llegar y empatizar con mucha gente.
This browser does not support the video element.
Lo que no cambia son los líos de unos y otros. ¿Te sorprendió esa relación Yoli-Cabano? ¿Y además de la mala entre Paula y Gorka como comentabas, ese arranque de Alma y Gorka?
Por un lado, es parte de la esencia de Física o Química, las relaciones personales que había entre los personajes. Si no hubiera habido eso, estaríamos haciendo otra serie completamente distinta. Y por otro lado, no me sorprende, y de hecho me gusta que ocurra. Porque creo que es un poco el motor que nos mueve a los humanos: las relaciones personales, el amor, las inseguridades... Yo en mi entorno me lo sigo encontrando, a pesar de tener 31 años, compruebo que es lo que nos sigue afectando más en el día a día. Independientemente de tener trabajo, salud, etc., todas esas preocupaciones son las que nos mantienen activos y alerta.
A mí me ha gustado ver cómo hay distintos tipos de conflictos personales: un matrimonio muy joven con un hijo que se rompe; Yoli que se va a casar y tiene dudas de saber si está haciendo o no lo correcto; Alma que parece que tiene la vida resuelta, es una madre modelo e influencer que lleva la maternidad y el modelo de familia tradicional a gala, y luego vemos que no es todo tan blanco; y también Cova que tiene esas dudas con el matrimonio y por qué es necesario casarse. Creo que se ha mantenido la esencia de la serie, pero lo que es más interesante es que se ha sabido adaptar a otra edad. Hemos crecido, han pasado 10 años, y ahora los conflictos son otros. Nos siguen moviendo las mismas cosas, pero afortunadamente desde otro lugar más maduro.
Cova sigue destacando por su personalidad y responsabilidad. ¿La ves un poco como el 'Pepito Grillo' del resto?
[Ríe] Sí, desde luego. Cova era la que marcaba un poco la cordura, la que siempre daba el consejo de turno a la amiga o el amigo que tenía el conflicto. “Pepito Grillo” la define muy bien, porque representa un poco como la voz de la sabiduría, la que mantiene la calma en el grupo. Y me parece bonito que eso siga siendo así, que el personaje siga manteniendo ese rol, porque si no estaríamos todos muy alterados [ríe].
En rodaje también ocurría lo mismo, sobre todo cuando éramos más jovencitos. Las secuencias que hacíamos en el aula, que eran siempre un follón, yo siempre estaba ahí como: venga, chicos, calma... Había algo como que traspasaba la pantalla. Y es por lo que decía, que todos somos muy parejos al personaje de alguna manera, y yo siempre estaba como más centrada y responsable mientras el resto gritaba. Ahora nos hemos reído mucho, con el tiempo, porque estamos todos más calmados. Pero entonces tanto Cova como Leonor destacábamos por eso, por ser las tranquilas [ríe].
El avance del segundo capítulo es muy jugoso. ¿Qué nos puedes contar? ¿Esa teoría aparentemente loca de Gorka se va a cumplir?
Ya el avance avanza bastante [ríe]. Es complicado, pero lo único que puedo decir es que el segundo capítulo tiene un ritmo vertiginoso, que va a tener a la gente muy enganchada. Así como en el primero se siembra un poco este Reencuentro, el segundo capítulo tiene mucha más comedia, y creo que no va a decepcionar lo que va a ocurrir. Prefiero no decir nada, porque está muy bonito y es muy divertido. También se va a resolver la trama de Oriol e Irene, vamos a entender por qué se conocen de antaño, y vamos a poder conocer al verdadero Oriol.
A Cova la conocemos, de hecho mucho más que a Leonor. Hablamos con una arquitecta que ejerce de ello. ¿La carrera provocó tu adiós a la serie, y por eso se te ha visto actuar menos? ¿Es compaginable con la interpretación?
Cuando arrancamos las grabaciones de la serie yo tenía 18 años, y estuve un año y medio trabajando en ella. Yo quería estudiar arquitectura, no quería renunciar a ello, y decidí dejarla un tiempo para poder centrarme en el primer año de la carrera, que es de los más duros por la adaptación. Luego, como todo, le coges el aire y es más fácil. Decidí alejarme de la serie pero siempre dejando la puerta abierta a volver, y de hecho volví en la sexta temporada.
No abandoné nunca la interpretación, y de hecho estuve un año y pico trabajando en El secreto de Puente Viejo, una serie que al ser diaria realmente fue complicado porque requiere mucha dedicación, tiempo y estudio. Pero ya era capaz de organizarme mejor, de cogerme menos asignaturas, ya conocía más la carrera, y pude compaginar ambas cosas. Con mucho trabajo, pero lo saqué adelante.
Y luego, lo cierto es que no es que yo me haya distanciado. Como decía antes, la carrera de un actor o una actriz no siempre es como a uno le gustaría. Cuando más tiempo, ganas y disponibilidad tienes, menos veces te llaman. Y al revés, a veces te llaman cuando no puedes porque se te junta con todo. Yo he seguido siempre en contacto con la profesión, participando en películas, en obras de teatro, y lo bonito de este año es que he podido hacer lo que quería siempre: compaginar. He estado con Física o Química al mismo tiempo que estaba haciendo una obra, a principios de año también estuve haciendo otra obra, ahora estoy en otro proyecto...
Entre un mundo tan técnico, proporcional y exacto como el de la arquitectura, y otro más libre y sentimental como el de la interpretación, ¿encuentras puntos en común?
Para mí lo bonito es que estoy encontrando esos lugares comunes en los que se unen un poco la interpretación con la arquitectura. Por ejemplo ahora estoy haciendo un proyecto audiovisual que he fomentado yo junto con otros dos compañeros arquitectos, que es un documental ficcionado sobre parques acuáticos abandonados en la Península Ibérica. Yo aporto mi visión como arquitecta, junto con mis compañeros, y también hago el personaje que recorre esos parque y narra toda la reflexión que hay detrás del abandono de los parques acuáticos, de la gestión del agua, de los modelos de ocio...
De alguna manera, estoy encontrando ese lugar en el que puedo desarrollar mis dos carreras sin tener que renunciar a ninguna de las dos. Y ese es mi objetivo, porque me gustaría no tener que decir “no” a ninguna.
¿Para lo que sí puede servir este regreso de 'Física o Química' es para que se abran más puertas en interpretación y puedas seguir compaginando?
Eso espero. Siempre se dice que el trabajo llama al trabajo. Yo no termino de creérmelo del todo hasta que no ocurre, porque luego son muchas variantes las que se ponen en juego, y más en estos momentos tan raros en los que la incertidumbre lo marca todo. Pero espero que si gusta el proyecto y gusta el trabajo que hago, surjan nuevos proyectos. Esa es mi ilusión, y sigo poniendo toda la energía en ello.