Ni una velada sin sorpresa

'Furor' volvió con Caparrós en 'La última cena', que sirvió 'Pollo a la Pantoja' con mocos y moscas

Redacción

Este viernes 19 de junio, en la quinta entrega de La última cena, hubo varias visitas al baño. Y no porque apretara la vejiga, sino porque algunos de los comensales se encontraron en sus platos sorpresas bastante asquerosas. A los fogones, Alonso Caparrós y Anabel Pantoja, que cocinaron lentejas y Pollo a la Pantoja, la especialidad de su tía.

La primera 'arcada' de la noche la dio Kiko Matamoros que, después de pasar por quirófano (sí, por quirófano) para resolver la obstrucción del conducto biliar que le provocó el steak tartar de Kiko Hernández, no quería volver jugar con su estómago.

El colaborador de Sálvame Sálvamedescubrió que su cuchara estaba sucia, y al mostrársela a Nuria Martín (copresentadora desde el baño) llegaron a la conclusión de que aquello era un moco. Las culpas recayeron en Chelo García Cortés, convertida en sirvienta por decisión de la audiencia. Ambos ofrecieron un nuevo episodio de su tradicional 'pique'.

El segundo incidente desagradable de la noche lo protagonizó Rafa Mora, que al probar el Pollo a la Pantoja descubrió en la comida lo que parecía una mosca. Un insecto volador en el mejor de los casos. Ni un segundo tardó en correr al baño, donde después fue visitado por Caparrós, que estaba muy indignado porque le pareció una jugada sucia: dudaba si la mosca había llegado al plato por su propia ala, o porque alguien la había colocado allí cuidadosamente. El bicho no dio pistas al respecto.

El pollo gustó (más que las lentejas), y más a los comensales que a los chefs profesionales, Begoña Rodrigo y Sergi Arola, que valoraron la cena en su conjunto con un sobresaliente: dos nueves. Antonio Montero les concedió un 8, Lydia Lozano un 6, Kiko Hernández un 1, Rafa Mora, Kiko Matamoros y Marta López coincidieron en el 5, y Belén Esteban se quedó más que a gusto con un 9.

Aparte de las bromas y los malos ratos, entre plato y plato La última cena quiso homenajear al formato que hizo de Alonso Caparrós una estrella nacional: Furor. Cambiándole el nombre por “Sabor”, los bailarines del programa, y también los comensales, entonaron algunos clásicos españoles que le dieron un toque musical a la velada. Además, Nando Escribano fue recibido a última hora y fue despedido por su compañera Nuria Martín, con la que presentó Cazamariposas.