La octava gala de Gran Hermano 2024 tuvo como protagonistas absolutos a Vanessa y Javier. La gallega que fuera expulsada el pasado jueves y su pareja que abandonó a petición de ella se sentaron frente a Ion Aramendi para explicar una decisión que poca gente entendió.
Durante la noche, el reality también permitió a Jorge hablar con su madre, como le habían prometido; mostraron cómo Óscar se declaró a Ruvens y el amor de Maica por Tomaso, el italiano que conoció en el intercambio.
Además, la lista de nominados que esta semana contenía los nombres de Maica, Óscar, Luis, Lucía, Ruvens y Juan, se quedó con uno menos tras su salvación. Fue Manu - el nuevo “big bro”- el que decidió salvar a Ruvens.
Vanessa, sobre Javier: “No me arrepiento de pedirle que abandonara ”
La primera en entrar a plató fue Vanessa para sentarse en mitad de un plató que la abucheó en numerosas ocasiones. La primera que le hizo el presentador fue que si se arrentía de haber pedido a su marido que abandonara: “No me arrepiento de pedirle que abandonara porque lo necesitaba. No pido que se me entienda pero sí que se me respete”, respondió la gallega.
Varios colaboradores criticaron que no pudiera “vivir sin él fuera de Guadalix” pero que la primera semana que entró al programa sí pudo hacerlo: “Él no se iba a presentar al casting y yo le animé. Nos dijeron que entrábamos los dos pero él siempre me dijo que quería que entrara yo porque era mi sueño”, argumentó.
Para añadir que no consideraba que había sido “egoísta” porque lo que pasó es que ella había estado “mal durante toda la asemana y nos íbamos a ir los dos ya antes de la expulsión. Si me quedaba en la casa sin él abandonaba y me iba. Para mí los 300.000 euros no están por encima de mi relación”.
También le pidieron explicaciones sobre los celos que sintió por Violeta, pero ella los negó. Así como su petición de que entrara un italiano y sus ganas de divorciarse, que explicó con el siguiente argumento: “Tenía ciertas dudas de mi relación, nunca me había separado de él. Son situaciones nuevas para mí”.
Para concluir que su paso por el programa había beneficiado a la pareja: “He aprendido a ver otras cosas de mi matrioinio y creo que hemos salido reforzados como matrionio”.
La desesperación de Ion frente a Javier: “Tenías que defender tu sueño”
Tras Vanessa, llegó Javier a plató entre aplausos del público y el pesar de Aramendi: “Siento que estés aquí porque has sido un gran concursante”, le confesó. Para preguntarle también si se arrepentía de abandonar: “No me arrepiento, no hay mal que por bien no venga”, respondió.
Seguidamente, el gallego explicó su salida: “La decisión de abandonar la tomamos los dos. Ella es la primera que siempre cree en mí. Los dos somos uno. Todo lo que tengo a día de hoy y todo lo que soy es gracias a ella. Desde el día de mi cumpleaños, con el vídeo de mi niña, me quedé rallado, la vi demasiado seria e incluso triste”, confesó por lo que tuvo ganas de marcharse.
Palabras que no convencieron a Aramendi que insistió en la razón de no haber defendido su sueño de seguir en el reality: “Es mi sueño, mi todo, pero el día que me presenté al casting quien me cogió de la mano y me animó a apuntarme fue Vanessa. Estoy aquí porque mi mujer me necesita”, insistió.
Un argumento que desesperó al presentador que no pudo aguantar su opinión: “La mía también me necesita y estoy aquí trabajando. Para mí el amor es generoso y quiero que mi mujer sea feliz, crezca, pero que no tenga dependencia de mí. Javier tenías que defender tu sueño”.
Aún así, el ya exconcursante reiteró: “Era un momento de necesidad, hay que entenderlo. Si me dice que está mal y que me necesita, mi lugar es estar a su lado”. Lo que aplaudió Frank Blanco: “Ha hecho la declarción de amor más grande de la historia de GH”.
En cuanto a las peleas continuas con Vanessa: “Son auténticas pataletas de niña pequeña. No soy persona de decir 'te quieros' ni de estar todo el día abrazando, etc. Soy de demostrarlo con hechos”. Eso sí, lo que asegura que no aceptaría son los cuernos si hubiera tenido algo con alguno en la casa: “Hay líneas rojas que no se deben traspasar.