“Os vamos a contar todo lo que pasó esa noche y qué provocó su expulsión disciplinaria” advertía Marta Flich al arrancar la gala de Superhalloween de este jueves. Y es que, horas antes, el programa había perdido a tres concursantes en una misma noche: Javier Fernández (abandono voluntario) y Álex Caniggia y Gustavo (obligados por la organización).
Los espectadores no habían podido ver lo ocurrido porque el canal en directo censuró la discusión, desde poco antes de la medianoche hasta pasada la una y media de la madrugada, cuando el programa anunció en redes sociales la expulsión disciplinaria sin verse el porqué. En la línea del nuevo Código ético de Mediaset de protocolos de actuación en caso de comportamientos y actitudes prohibidas o reprobables en sus realities.
Por lo que en la gala tampoco emitieron las imágenes del momento de “forcejeo” y así lo explicó Flich: “No hemos puesto las imágenes del incidente porque no son edificantes. No son buen ejemplo ni para la audiencia, ni para los protagonistas. Forcejearon y los compañeros les tuvieron que separar”, detalló.
Pero sí mostraron cómo empezó a calentarse la situación. Todo empezó por una discusión por la comida, con la casa dividida entre los que gastaban para unos alimentos y los que comían más de la cuenta. En el salón, Gustavo apoyaba a Jessica, Susana, Zeus y Avilés, mientras en la habitación Álex criticaba junto a Laura, Naomi, Carmen a los contrarios.
La situación empezó a agravarse cada vez más, con las críticas de Avilés a sus enemigos, que acabaron poniendo tan nerviosa a Susana que acabó con un ataque de ansiedad en el vestuario. Hasta ahí es lo que dejó ver el programa y la presentadora recibió tanto a Álex como a Gustavo en plató, que se abrazaron al verse.
“Hubo un forcejeo, un enfrentamiento en el que habéis rebasado unas líneas de convivencia. Una invasión del espacio vital del otro, contacto físico que no podemos permitir”, lamentó Flich y ellos lo entendieron.
“Quiero pedir perdón al pueblo español, a Gustavo pero estar ahí y tener a Avilés 24 horas gritando en tu oído, vos no sabés lo que sufre uno. Estuve mal, se me fue un poco la olla. Entiendo mi expulsión, también la de Gustavo pero también deberían expulsar a Avilés”, aseguró el argentino.
Mientras Gustavo confirmó no haber dormido en toda la noche del disgusto, además de contar su surrealista llegada a casa, teniendo que llamar a la Guardia Civil. Cuando le dieron la noticia en el confesionario se echó a llorar, pero acabó comprendiendo la decisión del programa: “Entiendo la decisión, yo entré a la habitación para sacar a Avilés y con Álex nos encaramos. Pero yo le quiero mucho y vamos a ser amigos fuera. GH es una maravilla de programa y siempre os voy a dar las gracias por la oportunidad”, zanjó.