Juan Carlos Girauta hizo este lunes su debut como tertuliano de Todo es mentira con una entrevista especial donde Risto Mejide y el resto de colaboradores tuvieron vía libre para preguntar cuanto quisieran al exportavoz parlamentario de Ciudadanos. Una semana después de anunciar su retirada de la política activa, naranja no tuvo inconveniente en analizar algunos de los puntos más discutidos y comentados de la reciente campaña electoral, reconociendo que “no es la mejor que ha hecho Ciudadanos y se ha pagado con este precio” su partido.
Entre chanzas, el presentador quiso conocer la opinión del nuevo colaborador sobre el vídeo en el que Albert Rivera realizó con el ya famoso cachorro “que todavía huele a leche” y que se convirtió en el “arma secreta para el debate” en la previa del encuentro televisado entre políticos del 4 de noviembre.
Girauta ha sido claro: “Lo del perro Lucas a mí no me gusto”, reconoció. Sin embargo, también ha querido ponderar el trabajo del equipo de comunicación más allá de esta metedura de pata. “Es muy injusto que el recuerdo que quede de la comunicación de Ciudadanos sea un error. Aparte de que el alma del partido sea Albert, para que un partido pase de tener un diputado en un parlamento regional a cogobernar en cuatro gobiernos autonómicos, en 400 ayuntamientos y a estar en congreso y senado, hay gente en comunicación que lo ha tenido que hacer muy bien”, argumentó, antes de hacer una reverencia a Fernando de Páramo, responsable en esta materia del partido y “un genio” en palabras del expolítico.
“No ha sido la mejor campaña de C's y se ha pagado”
El exdiputado también reconoció, como avanzábamos más arriba, que esta no había sido la mejor campaña electoral de su formación, algo que se había pagado con el desplome en el número de escaños, de 57 en abril a solo 10 en noviembre y que motivó la dimisión de Albert Rivera. Salió como ejemplo el adoquín que utilizó el entonces candidato a las generales en el debate organizado por la Academia de TV. “El problema es que la gente se esperaba que salieran aparatos y objetos y les dimos lo que esperaban”, decía con resignación Girauta, que insistió en los mismos motivos ya publicados con anterioridad para su salida de la batalla política.
“Al marcharse Albert, yo perdí todo interés en seguir haciendo política activa. No me imagino una reunión de ejecutiva sin él al frente ni quiero experimentarla. Me metí en esto por él y me marcho porque él se marcha”, declaró, y aprovechó para diseminar pullas sobre la escena política actual, “que no es un sector lleno de gente cultísima”.
“En algunos partidos es perfectamente acertado pensar eso cuando alguien se queda sin escaño. La inmensa mayoría de los diputados tienen sus profesiones, oficios, empresas, despachos... Si la gente no los vota vuelven a su actividad y pueden seguir o no en su puesto orgánico de partido. Cuando digo que dejo la política no digo que dejo el escaño, porque no salí elegido, sino que dejo la ejecutiva”, concluyó el también abogado, asegurándose aliviado de haber dejado de hablar en nombre de otros. “Ahora cuando hablo no represento a nadie más que a mí mismo”.