TVE emitió este sábado 6 de marzo la gala de entrega de la 35 edición de los Premios Goya, una cita tan atípica como emotiva que transcurrió sin apenas fallos técnicos y se convirtió en un espacio para la espontaneidad y la alegría más pura de todos los premiados en la gran fiesta del cine español, y también en un sentido homenaje a todas las víctimas de la pandemia del coronavirus.
La gala, celebrada en formato híbrido desde el Teatro Soho Caixabank de Málaga, contó con Antonio Banderas y María Casado como maestros de ceremonias. Su ritmo, y la emotividad de los discursos, convirtieron la cita en una de las más aplaudidas y elogiadas de los últimos años por saber adaptarse a las circunstancias.
El encargado de abrir la ceremonia fue Banderas, malagueño ilustre y anfitrión de la velada desde su tierra. Lo hizo acompañado de la Orquesta Sinfónica de Málaga, que puso tono a su solemne discurso de apertura. En las pantallas, los nominados llenaron un teatro vacío que lució mejor que nunca en TV gracias a la acertada realización de la gala.
Una apertura solemne y emotiva
“Todos los que estáis aquí habéis luchado muy fuerte para presentar vuestras creaciones, y eso ya es merecedor de un premio. Creedme, se os echa mucho de menos”, dijo el actor a sus colegas de profesión, que participaron en la gala desde sus casas.
“Me he preguntado en estos meses de pandemia cuál era mi papel frente a la cantidad de acontecimientos que se nos venían encima. Somos contadores de historias, y eso es lo que inevitablemente haremos. Contaremos la historia de estos días tratando de entender cómo nos ha afectado esta realidad. Tal vez este sea el inicio de un camino”, añadió Banderas. Tras unos instantes de silencio y respeto por las víctimas de la pandemia del covid-19, el anfitrión invitó a la cultura, y a la sociedad, a resurgir de las cenizas.
María Casado salió al escenario y se sumó al homenaje, invitando a nominados y entregadores a fundirse en un abrazo simbólico. “Afrontamos la gala cargados de esperanza y de emoción”, dijeron los dos presentadores y directores de los Goya 2021.
La gala, entre homenajes y reconocimiento a los colectivos que no caminan en alfombras rojas
Ya en marcha, los Premios Goya empezaron a repartirse ante la mirada de todos los nominados, presentes en la gala a través de videollamadas.
Los encargados de romper el hielo fueron Pedro Almodóvar, Penélope Cruz, JA Bayona, Alejandro Amenábar y Paz Vega, las figuras más internacionales del cine español, que dieron brillo y reconocimiento a las categorías que suelen pasar más desapercibidas en los Goya y cuyos nominados no se pasean por las alfombras rojas.
En otro momento de la noche, Antonio Banderas también quiso reconocer y recordar a los colectivos menos mediáticos de la cultura que también han sufrido este año: los técnicos, los transportistas, los eléctricos, los proyeccionistas y los taquilleros. “Son una parte importantísima de la familia del cine (...) De nuestro sector solo se atisba públicamente la punta del iceberg, pero miles de personas, cientos de familias, viven del cine. No podríamos permitirnos que en esta gala permaneciesen invisibles. Desde aquí nuestro cariño, gratitud y solidaridad a todos ellos”, expresó el presentador de la gala.
Para ellos, y para toda la familia del cine español, la agenda de amigos hollywoodienses de Banderas hizo acto de presencia en la gala de los Goya para mandar su calor y aplauso a la industria patria. Robert de Niro, Al Pacino, Dustin Hoffman, Helen Mirren, Charlize Theron, Isabelle Huppert, Monica Bellucci, Salma Hayek, Sylvester Stallone, Emma Thompson, Benicio del Toro, Ricardo Darín y Laura Dern fueron algunas de las estrellas que se sumaron.
El momento más importante de la noche llegó de manos de Ana Ruiz López, una enfermera que fue la encargada de entregar el Goya a Mejor película como homenaje y reconocimiento a todos los sanitarios. La elegida hizo una mención especial a los compañeros que han fallecido estos meses salvando la vida de otros, y “a todas las víctimas de esta maldita pandemia, en cualquier forma”. El 'cabezón' se lo entrego a Las niñas, la película triunfadora de la noche.
Ángela Molina y Berlanga, con honores
La única ganadora que pudo subir al escenario para recoger su Goya fue Ángela Molina, la premiada de honor de esta edición. La actriz, musa de Buñuel, no defraudó y después de tantos intentos pudo recoger su merecido premio dándole un beso y diciéndole al oído que es su “amor”.
El otro gran homenajeado de la noche fue Luis García Berlanga, protagonista en la fiesta del cine español por el centenario de su nacimiento. El tributo estuvo protagonizado por Carlos Latre, que se metió en la piel de Pepe Isbert, y por la artista Diana Navarro: “Supiste darnos a tus personajes la libertad hasta en la ficción. La libertad de pensar, de crear, de creer”.
La gala la despidieron Antonio Banderas y Maria Casado, de nuevo en el centro del escenario: “No queremos ser recordados como la gala del covid. Nos gustaría ser recordados como la gala en la que se prendió la llama de la recuperación”.
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