'Gran Hermano' salvó a dos nominados, dejó que Maica y Tomasso hablaran y contó la “dura” vida de Ruvens

Paula Hergar

30 de octubre de 2024 02:06 h

La octava entrega de Gran Hermano: Límite 48 horas, además de frenar en seco los comentarios machistas de Adrián y Óscar, también vivió la salvación de Maica y Juan, reduciendo la lista a tres nombres: Luis, Lucía y Óscar.

Como era de esperar, al estar cerca de Halloween, el programa asustó a sus concursantes que algunas palabras “terroríficas” de las suegras de la carpeta que están protagonizando: como le ocurrió a Nerea, Luis, Edi y Violeta, con las madres de “los otros”.

Pero el reality no dejó de lado su punto romántico que lo logró con la videollamada que hizo Maica con el italiano Tomasso, al que conoció en el intercambio. “Te echo de menos un poco. Me alego mucho de hablar contigo, me acuerdo mucho de ti. Tienes un alma limpia”, le dijo ella con una sonrisilla nerviosa que él compartía.

Las cartas de los familiares a las parejas tóxicas y a las buenas amistades

Si algo demostraron las cartas de los familiares de esta edición, es que las parejas que se han formado no gustan a ninguno de ellos. En cambio, las amistades sí.

El primer llanto lo echó Violeta al recibir una carta de su madre que le decía “nunca des más de lo que te dan”. Una frase que ella rápidamente relacionó con el gallego y que le hizo volver a alejarse de él, mientras él alegaba que siempre había sido claro con ella.

Por otro lado, Nerea y Luis también tuvieron noticias de sus respectivas madres, pero no todo lo felices que les hubiera gustado. Ambas lamentaron el trato y las peleas que estaban protagonizando en la casa.

A ella le pidieron que disfrutara más de la experiencia, sin estar siempre enfadada. Mientras que la madre de él le aconsejó: “Quiérete más a ti mismo y no dejes que te hablen de cualquier manera”.

Unas palabras que derrumbaron a su pareja que reconocía haber actuado de una forma inapropiada con él. “Sé que me salen los males y lo pago con él. No se lo merece. Me siento mal”.

Seguidamente prometía cambiar eso: “Sé como soy, tengo valores increíbles, pero cuando me pongo así me siento mal porque no me reconozco. Mi cabeza da vueltas y no lo hago lo mejor que lo debería de hacer”.

En contraposición, las parejas de amigos tuvieron mensajes mucho más positivos de sus seres queridos, como Ruvens recordó a su perrita, Daniela a su gato, Maica una mariposa blanca, u Óscar sus mensajes familiares.

La dura curva de la vida de Ruvens: “Me pegaban e insultaban a diario”

Ruvens explicó parte de su vida, entre lágrimas: “En mi familia siempre me he sentido el rarito, la oveja negra”. Describió el bullying sufrido: “Estaba en el colegio y todo era horrible. O me pegaban a diario, me insultaban, me cortaban el pelo delante de todos y yo era un pringado. Por sentir la aceptación del grupo también me sumaba”.

Continuó con sus momentos mejores y peores: “Cuando por fin me fui a Italia sentí a mi grupo de amigos perfecto. Al regresar a Albacete entré en una ligera depresión, no quería amor de nadie, solo de mi perra”.

Para acabar con su traslado a la ciudad: “Me fui a estudiar cine y empecé a hacer una nueva vida más libre. Allí pude tener preferencias de todo tipo, a mí me ha jodido encasillarme tanto en amigos como sentimentalmente. Toda la vida he sido muy cambiante. Creo que ahora estoy en el mejor momento de mi vida”, expresó.