La quinta gala de Gran Hermano: límite 48 horas cumplió con todo lo que había prometido. Lo primero: devolver a Elsa a la casa, aunque fuera por unas horas.
Además, la audiencia pudo salvar hasta a dos concursantes de la lista de nominados y escuchó la historia de la curva de la vida de Laura, mientras María José Galera lloraba desconsolada en plató.
Para acabar, el programa preparó una habitación especial para que Edi y Violeta disfrutaran de la hora sin cámaras que habían pedido. Una suite a la que le dio un último toque la propia Elsa.
Pasada la hora, Jorge Javier conectaba con la pareja que estaba casi impoluta: : “Ha sido corta, estaríamos más tiempo aquí”, decía el gallego y Violeta se sonrojaba.
Adrián y Daniela, salvados de la expulsión
Adrián, Daniela, Edi, Nerea y Silvia eran los nominados que quedaban, a los que les mostraron los porcentajes ciegos: 46%, 30%, 9%, 6% y 9%.
A principio de noche, el presentador daba el nombre del primer afortunado: “La audiencia ha decidido que debe salvarse de la expulsión Adrián”. Unas palabras que llegaban días después de haber salvado él a Juan, a costa de perder 150.000 euros del premio.
Casi al final de la gala, era Elsa la encargada de leer la siguiente decisión: “La audiencia ha decidido que debe salvarse de la expulsión Daniela”. Palabras que provocaban las lágrimas de la salvada: “Es muy bonito sentir lo que siento ahora mismo”, confesaba agradecida.
Elsa, en la casa: del perdón a Óscar, al “fastidio” de Edi
Elsa entraba de nuevo en la casa para arreglar la habitación que disfrutarían Violeta y Edi en su hora sin cámaras. Algo que hizo con una sonrisa en la boca.
Para continuar, Jorge Javier pidió que todos los concursantes se quedaran congelados pasara lo que pasara y dejó que entrara la expulsada. Ella corrió a dirigirse a los que habían sido sus mayores apoyos.
A Laura le dijo que eran “familia”, a Ruvens que “le quiere”, a Edi que “le ama y le espera fuera”, a Juan que todos conozcan la “pedazo de persona que eres”, a Manu que tiene “un corazón enorme”, a Jorge que es “un máquina”, a Violeta que “siguiera su corazón”, a Vanessa que valore a su marido, a Nerea que le quiere ver sonreír.
Y a Óscar le dedicó unos segundos más para pedirle perdón: “Te pido disculpas porque me he equivocado en las formas contigo, me gustaría que tuviéramos una conversación fuera”, palabras que enternecieron al concursante.
Al marcharse, Edi confesaba sus sentimientos encontrados: “Estoy contento por verla pero fastidiado por no poder abrazarla. Sorprendido”.
Laura explica la curva de su vida, ante una María José Galera destrozada
Laura narró su curva de la vida empezando con el fallecimiento de su hermana: “Con 3 años mi hermana mayor se murió”, dijo y Galera se echaba a llorar en plató.
“Cuando se separaron mis padres me fui con él, empecé a bajar notas por el bullying y me mudé con mi madre a México. Tuve la oportunidad de cambiar, después por trabajo volvimos a España, me fui a Barcelona con mi padre, empecé con problemas alimenticios y mi hermana me salvó”, recordó.
Entre lágrimas aseguraba que su “familia es lo más importante que tengo y aunque no estemos las cuatro sabemos perfectamente que tenemos un ángel en el cielo”. Para acabar hablando de Manu: “A los 18 tuve la relación más dolorosa de mi vida, y cuando llegué aquí sentí por Manu algo muy fuerte”.