Gran Hermano pasará a la historia por ser el programa que marcó un antes y un después en la televisión española.
Es el representante más fiel de una nueva tendencia que se ha impuesto en todo el mundo: el realismo televisivo, que consiste en convertir en espectáculo las situaciones habituales y extremas por las que pasan personas “normales”, como podrían ser un vecino o un familiar nuestro.
El concurso se presentó como un experimento sociológico, que consistía en analizar el transcurso de la convivencia de los participantes, diez personas anónimas encerradas en una casa bajo la vigilancia permanente de las cámaras.
Denostado por los medios de comunicación y aclamado por las audiencias, Gran Hermano lanzó al estrellato a los jóvenes que en él participaron.
Los avatares diarios de los concursantes podían ser seguidos las 24 horas del día a través de las plataformas Quiero y Vía Digital.
A partir del 18 de marzo de 2001 se emite la segunda parte de Gran Hermano.
Actualizado: 10 de abril de 2002