“Quien no sea capaz de cocinar bajo presión no será capaz de sobrevivir a una cocina de verdad”. Con estas palabras advirtió anoche Jordi Cruz a los concursantes de MasterChef antes de la prueba de exteriores. Sin embargo, y visto el resultado, sus palabras cayeron en saco roto. Al menos entre los integrantes del equipo rojo, que protagonizaron uno de los hitos negativos de la historia programa: “Primera vez en MasterChef.
Con esta contundencia resumió el juez la desastrosa labor de sus pupilos, capitaneados por una Carmen que en ningún momento supo liderar a sus compañeros para que, al menos, pudieran elaborar uno de los dos platos que debían servir a los 150 comensales presentes en Peñíscola: guiso de patatas con langostinos y pastissets de calabaza con compota de clemenules.
Y eso que pudo elegir a los integrantes de su equipo al haber sido la segunda mejor concursantes de la prueba anterior. Un privilegio que aprovechó para 'fichar' a Marcos, Aleix, Valentín, Laly, Sara y Gloria, que al igual que ella, se llevaron la correspondiente bronca de Jordi.
Después de que hubiera pasado media hora desde que los comensales se comieron el entrante, elaborador por el equipo azul, el chef decidió cancelar el primer plato al ver que iba a tardar aún más en salir. “Y no os digo más, porque si os digo más no os va a gustar nada”, comentó Cruz visiblemente molesto.
“El nivel de vergüenza que siento es indescriptible”
Todo fue a peor con el postre, que tampoco salió. “Esta compota tardará 30 días. Esto no es una compota, es un puré. La masa está saturada de aceite”, dijo el juez para enumerar los fallos que estaba viendo a simple vista y que le llevaron a cancelar el postre. El equipo rojo se quedaba así sin sacar ninguno de sus dos platos. De ahí que instara a Carmen, como capitana, que pidiera “disculpas a cascoporro porque es inadmisible”.
“Me siento muy responsable del fallo de los postres. Y ya no solo he decepcionado a Jordi. También he decepcionado a Carmen. Y me duele”, se lamentaba Valentín a la vez que Samantha reconocía ante los comensales que “el nivel de vergüenza que siento es indescriptible!”.
Carmen y Laly fueron las encargadas de disculparse públicamente ante los asistentes, aunque ambas irrumpieron en el salón esbozando una sonrisa. “¿Os reís o qué?”, les preguntó Samanta. “No, no. Si parece que me río es de nervios”, explicó Carmen de inmediato antes de pedir perdón a los comensales. “Lo sentimos muchísimo. Ojalá esto no hubiera pasado. Si lo podemos arreglar con los clemenules de alguna manera...”, dijo antes de entregar una clemenule, una mandarina muy apreciada por su sabor, a cada una de las 150 personas que se quedaron sin degustar sus platos, que no dudaron en darles ánimos ante el desastre protagonizado y que llevó a todo el equipo rojo directamente a la prueba de eliminación.
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