El Staples Center de Los Ángeles acogerá esta noche en Estados Unidos -2:00 de la madrugada en España a través de Movistar Cine Doc&Roll- la edición número 61 de los Premios Grammy. Los “Oscars de la música” proclamarán a sus nuevos ganadores -entre ellos Julio Iglesias, que recibirá el Grammy honorífico- en una gala que seguro nos dejará grandes imágenes sobre el escenario.
Así ha ocurrido durante las seis décadas de vida de los gramófonos dorados, que en este tiempo han vivido toda clase de situaciones. Actuaciones legendarias, comportamientos políticamente incorrectos, otros sencillamente emotivos y ganadores que nadie supo pronosticar son solo algunas de ellas.
Esta noche podrían sumarse más. Pero hasta entonces, repasamos 11 momentos impactantes -para bien o para mal- de la historia de los Grammy en televisión.
1. “Twenty One Pilots”, sin pantalones a por el Grammy
Aunque siempre llama la atención, desnudarse en una gala de premios hace tiempo que dejó de ser algo rompedor. Ejemplos de ello hay muchos, como el de Silvia Abril y Andreu Buenafuente en los pasados Goya o el de Neil Patrick Harris en los Oscars 2015, cuando apareció en calzoncillos imitando la icónica secuencia de Birdman.
Los Grammy tampoco han escapado a esta 'tendencia' y en 2017 vieron cómo Tyler Joseph y Josh Dunn, de Twenty One Pilots, se quitaban los pantalones y los tiraban al suelo antes de recoger su premio a mejor canción de un dúo o grupo pop. Por si había algún espectador despistado, el cámara y el realizador se preocuparon de mostrar en primer plano las piernas desnudas de los dos galardonados.
15 años antes, en 2002, el cómico Jon Stewart se desnudó casi por completo como parte de un sketch que tenía un claro objetivo: reírse de las estrictas medidas de seguridad que los aeropuertos de Estados Unidos habían adoptado tras el 11-S.
2. Los Grammy y el escándalo de Milli Vanilli
¿Se puede ganar un Grammy por un disco en el que no has participado? La edición de 1990 demostró que sí premiando como mejores artistas revelación a Rob Pilatus y Fabrice Morvan. O lo que es lo mismo, a Milli VanillI, aquel dúo que arrasó con su primer y único LP, Girl You Know It's True, y después avergonzó y escandalizó a todo el mundo al descubrirse que no eran ellos quienes cantaban sus canciones.
La carrera de Pilatus y Morvan quedó sentenciada ese mismo año, perdiendo toda clase de credibilidad ante la opinión pública y el Grammy, que acabó en manos de Mariah Carey.
3. 1998, la edición más loca de la historia
Hace 21 años, los Grammy vivieron una de sus noches más descontroladas. Varios imprevistos pusieron a prueba a la organización, que no lo tuvo para sacar la ceremonia adelante. Sirvan como ejemplo estas tres situaciones que se vivieron ese día:
- El episodio “Soy Bomb”
Bob Dylan estaba interpretando Love Sick cuando un joven sin camiseta irrumpió en el escenario y se puso a bailar a su lado de forma un tanto estram. El pobre Dylan tiró de profesionalidad y siguió con su actuación, pero ni él ni el resto de los allí presentes supieron entonces por qué ese chico había aparecido de repente con las palabras “Soy bomb” (“Bomba de soja”) pintadas en el torso.
Aquel chico resultó ser Michael Portnoy, un artista multidisciplinar que había sido seleccionado junto a otros jóvenes para bailar detrás de la banda que ese día acompañó a Dylan. Sin embargo, Portnoy sintió en las horas previas a la actuación que “no podía subir a ese escenario y no hacer otra cosa” que la que acabó haciendo. “En ese momento de mi vida estaba trabajando como comediante. Era casi como contar una broma con mi cuerpo”, explicó en 2018 a The Hollywood Reporter por el 20 aniversario de su minuto de gloria. O exactamente 35 segundos, el tiempo que tardó la seguridad del recinto en llevárselo a otra zona alejada de las cámaras: “Me escoltaron detrás del escenario. Fueron muy amables, nada brutos y me pusieron fuera en la calle 50. Era febrero. No tenía puesto un sombrero o abrigo y algunos policías agradables me dejaron en el metro”,
Sobre el porqué de su mensaje, dijo que se pintó esas palabras porque la soja representa una densa vida nutricional y quería que el arte representara “una vida densa, transformadora y explosiva”.
- Ol' Dirty Bastard se queja públicamente de su derrota
Shawn Colvin y John Leventhal se las prometían muy felices cuando fueron reconocidos con el Grammy a mejor canción del año por Sunny Came Home. Sin embargo, su victoria quedó eclipsada cuando el rapero Ol' Dirty Bastard saltó a escena, micrófono en mano, y se quejó públicamente de la derrota que su grupo, Wu-Tang Clan, había sufrido minutos antes contra Puff Duddy por el premio a mejor álbum de rap. “Puff es bueno, pero Wu-Tang es el mejor”, exclamó antes de ser invitado a irse del escenario. Expuesta su opinión, Dirty pidió después disculpas a Colvin y Leventhal por robarles su gran momento.
- Aretha Franklin salva la función y hace historia con Nessun Dorma
La edición de 1998 iba a reconocer a Luciano Pavarotti con el Grammy a toda su carrera. Como agradecimiento, el tenor italiano interpretaría el clásico Nessun Dorma en lo que prometía ser el número principal de la gala. Sin embargo, Pavarotti cayó enfermo la noche antes y el pánico cundió de inmediato en cuanto comunicó que no estaba en condiciones para actuar.
Afortunadamente, el productor Ken Ehrlich había escuchado a Aretha Franklin cantar esa canción y le propuso a la reina del soul repetir experiencia. Aretha no solo aceptó y salvó la función, sino que dejó para el recuerdo una actuación memorable.
4. Queen Latifah casó en directo a 33 parejas
Las reivindicaciones sociales también tienen su espacio en los Grammy. Prueba de ello es lo que ocurrió en la gala de 2014, cuando Queen Latifah casó a 33 parejas -muchas de ellas gays- mientras Macklemore & Ryan Lewis cantaban sobre el escenario Same Love, un tema que precisamente defendía la homosexualidad como forma de amar.
Al dúo de Hip Hop -que aquella noche se llevó cuatro gramófonos a casa- se unió Madonna con una versión de Open your heart mientras los enamorados, debidamente puestos en fila, se ponían las alianzas y se daban el “sí, quiero”. Como curiosidad, Queen Latifah llegó a sacarse previamente la licencia para oficiar legalmente todos estos enlaces.
5. Pink “brilla en el aire” con una actuación histórica
La presencia de Pink en una gala de premios casi siempre garantiza actuaciones de altura. A veces, hasta literalmente. Sus puestas en escena, que rara vez dejan indiferente a alguien, encontraron en los Grammy de 2010 su punto de inflexión. La cantante fue un paso más allá con sus innovadoras perfomance y se alzó varios metros por encima del suelo para cantar Glitter in the air.
Haciendo honor al título del tema, la de Pensilvania brilló en el aire con una interpretación tan acrobática y compleja como bien ejecutada. Desde entonces ha sido habitual verla “volar”en diferentes ocasiones, pero ninguna sin la trascendencia de Glitter in the air, que es por derecho propio una de las actuaciones más icónicas de la historia de los Grammy.
Bien lo sabe Ruth Lorenzo, que en 2016 ganó la semifinal de Tu cara me suena 4 imitando precisamente esta actuación de Pink.
6. El homenaje de Jennifer Hudson a Whitney Houston
La gala de 2012 se celebró solo un día después de la repentina muerte de Whitney Houston. Sin apenas tiempo de reacción, los Grammy prepararon una ceremonia donde su figura estuvo muy presente y fue homenajeada a la altura de su portentosa voz.
Una de las encargadas de hacerlo fue Jennifer Hudson, que regaló a la audiencia una emotiva interpretación de I will always love you. Una actuación cargada de sentimiento por parte de una de las grandes pupilas de Withney Houston, que solo tres años antes le había entregado en sus manos el primer Grammy de su carrera.
7. M.I.A. actuó en los Grammy el día que salía de cuentas
Ir embarazada a una gala tiene sus riesgos. Sobre todo si acudes el mismo día que sales de cuentas. A M.I.A., sin embargo, no pareció importarle cuando se presentó en los Grammy de 2009 embarazada de 9 meses. “Dije que vendría si me sentía bien”, comentó en una entrevista en la alfombra roja.
“Seguro que no actuaré”, dijo también. Sin embargo, terminó la noche subiéndose al escenario a cantar -y dar algún pequeño salto- junto a Kanye West, Jay Z, Lil Wayne y TI al ritmo de Swagga like us.
8. La noche que Amy Winehouse ganó 5 Grammys desde Londres
La breve carrera de Amy Winehouse tuvo en el 10 de febrero de 2008 uno de sus puntos álgidos. Ese día, la fallecida cantante ganó cinco de los seis Grammy a los que optaba por su segundo disco, Back to black: Mejor grabación del año, mejor canción del año -Rehab-, mejor artista novel, mejor álbum del pop vocal y mejor trabajo pop vocal de una solita femenina. Sin embargo, ninguno de ellos acabó esa noche en sus manos. Básicamente, porque no pudo asistir a la gala al serle denegado el visado para entrar en Estados Unidos. Y es que por aquel entonces, Amy Winehouse llevaba varias unas semanas en rehabilitación por sus problemas con el alcohol y las drogas. Precisamente los problemas que impidieron que viajara a Los Ángeles.
De esta forma, no tuvo más remedio que seguir la ceremonia desde una pantalla en los Riverside Studios de Londres, donde cantó varias canciones y dio los pertinentes discursos de agradecimiento por cada uno de los Grammys que ganó -y no alzó- esa noche.
9. Jethro Tull y Metallica: la derrota que nadie jamás imaginó
Año 1989. Por primera vez en su historia, los Grammy abrían sus puertas a la potencia del Hard Rock y el Heavy Metal con una categoría propia que premiaba, precisamente, la mejor interpretación en ambos géneros. AC/DC, Jane's Addiction e Iggy Pop eran algunos de los nominados, aunque todas las miradas apuntaban directamente a Metallica. Los de San Francisco eran los grandes favoritos -por no decir únicos- a alzarse con el primer gramófono dorado de la historia del metal. Algo lógico teniendo en cuenta que habían cambiado para siempre la escena metalera con la creación de un nuevo estilo, el thrash metal, y el lanzamiento de 4 discos de calidad incontestable: Kill' Em All (1983), Ride the lightning (1984), Master of puppets (1986) y ...And justice for all (1988), por el que estaban nominados aquella noche.
De hecho, la gran canción de ese LP, One, fue la elegida por Metallica ese día para convertirse en el grupo de metal en actuar en los Grammy. Una circunstancia que refrendaba aún más su claro favoritismo. Sin embargo, todo dio un giro inesperado cuando Alice Cooper y Lita Ford abrieron el sobre y proclamaron como mejor interpretación de Hard Rock/Heavy Metal al Crest of a Knave de Jethro Tull, un grupo que ni siquiera podía clasificarse dentro de esos estilos, pues se movía por terrenos más cercanos al folk rock y al rock progresivo.
La sorpresa fue tan mayúscula que hubo abucheos entre el público. Algo que no pasó desapercibido para la organización, que aún hoy tilda de “polémica” la victoria de Jethro Tull. Pasados casi 30 años de aquel 22 de febrero del 89, sus protagonistas siguen recordando lo que ocurrió ese día. “Nuestra compañía discográfica en Estados Unidos me dijo que no nos molestáramos en ir, lo cual era un eufemismo para decir: ”No vamos a pagaros un vuelo ni a conseguiros un hotel porque no creo que vayáis a ganar“. Se suponía que no ganaríamos porque estábamos contra Metallica e Iggy Pop y Jane's Addiction. Así que definitivamente fuimos los más extraños, porque se nos consideraba más como una banda de folk rock, ciertamente no de hard rock o heavy metal”, declaró hace unos años Ian Anderson, flautista y cantante de Jethro Tull.
“Así de jodido fue: la compañía discográfica ya había hecho 10.000 hojas sueltas para colocar en tiendas de discos que decían que [...And Justice era un disco] ”Ganador del premio Grammy“. Así que dijimos: ”¿Por qué no les ponemos una etiqueta adhesiva que diga: “Perdedor del premio Grammy”?“, contó a su vez Lars Ulrich, batería de Metallica, a Rolling Stone en 2014.
En la gala de 1992, el propio Ulrich tiró de humor y agradeció el Grammy que esa noche sí ganó Metallica “a Jethro Tull, por no publicar ningún álbum este año”.
Pese a tener 8 premios en su haber, la relación entre Metallica y los Grammy no es ni mucho menos idílica. Y no solo por el episodio de 1989. También por el de 2017, cuando interpretaron su tema Moth into flame junto a Lady Gaga y un fallo técnico impidió que se oyera la voz de James Hetfield, cantante de la banda californiana.
Por suerte, la propia Gaga subió a Internet el ensayo de esa actuación sin fallo de sonido alguno.
10. Lady Gaga llega en un ¿huevo alienígena? a los Grammy
Y siguiendo con Lady Gaga, solo a ella se le pudo ocurrir presentarse en los Grammy 2011 dentro de... ¿un huevo alienígena? No quedó claro muy que era aquello, pero sí que 5 personas y varios guardaespaldas fueron necesarios para portar y custodiar esa especie de esfera semitransparente con la que la artista desfiló por la alfombra roja. De hecho, no salió de ella hasta que se subió al escenario para interpretar Born this way.
Hablamos, obviamente, de otros tiempos. La Lady Gaga de ahora ya no nos regala estas excentricidades que tanto marcaron sus inicios en la industria musical. Y no parece haberle ido mal si tenemos en cuanta que, en apenas dos semanas, podría ganar su primer Oscar como actriz.
11. Eminem y Elton John, juntos pero no revueltos
Sí, ver a Metallica y Lady Gaga actuando juntos es raro, pero al menos la de Nueva York coqueteó en sus inicios con el rock y es fan declarada de Iron Maiden. Lo de Eminem y Elton John compartiendo escenario en la ceremonia de 2001 parece, a priori, más difícil de explicar.
Sin embargo, hay un motivo detrás de esta extraño dúo. En 2001, la carrera del rapero estaba en pleno apogeo gracias al éxito de The Marshall Matters, su tercer disco. Mientras millones de personas lo compraban en masa, otras tantas llevaban un par de años tachando a Eminem de homófobo y misógino por las letras de su anterior LP, el también exitoso The Slim Shady. Parte de la comunidad gay se puso en su contra, pero otros, como Elton John, le mostraron su apoyo porque ese Slim Shady del título no dejaba de ser una especie de 'alter ego maligno' creado por el rapero para explorar su lado oscuro.
Un personaje, en definitiva, al que el artista británico no le dio mucha importancia. Y por eso decidió apoyar públicamente a Eminem y cantar Stan junto a él encargándose de las partes de Dido en la versión original. “Prefiero derribar muros entre personas que construirlos. Si pensara que [Eminem] es odioso, no lo haría”, explicó entonces Elton John sobre su sonada decisión.