Kathy Griffin nunca hubiera imaginado que una broma le costaría tan cara, pero desde el momento en el que decidió posar con una falsa cabeza degollada de Trump no ha dejado de enfrentarse a problemas. En el último capítulo: la humorista ha sido interrogada por el servicio secreto estadounidense durante más de una hora, de acuerdo con un tuit del periodista Yashar Ali.
“La investigación sigue abierta”, apostilla en Ali en redes sociales. Y no es novedad que Griffin se encuentre bajo la lupa de las autoridades del país. Hace más de un mes, sus abogados confirmaron que había abierta una investigación y que la actriz estaba dispuesta a colaborar.
En cualquier caso, Griffin tampoco quiere amedrantarse. Si bien pidió disculpas en cuanto estalló la polémica por el gag y afrontó el despido de la CNN, también acusó a Trump y a su familia de acosarla y “tratar de arruinar su vida”.
Hace unas semanas, la comediante habló del tema, aunque sin aportar más información. A raíz de un artículo que acusaba a la web de entretenimiento TMZ de excesiva afinidad con el presidente Trump, Griffin contestó: “Hey TMZ [...] Nunca estarás bajo investigación federal como lo estoy yo ahora”.
Y parece que esto aún está lejos de terminar.