“Que vayan vestidos como ellos quieran”. Esta es la única premisa que Gestmusic y Amazon Prime Video pidieron al departamento de vestuario de OT 2023 el pasado mes de noviembre, antes de que diera comienzo la duodécima entrega del formato en su salto a la televisión de pago, que fue adelantado en exclusiva por verTele. Así nos lo asegura Verónica Febrero, jefa de estilismos del programa, y una de las protagonistas 'en la sombra' de una edición que cuenta ya los días para su gran final.
El talent musical de Gestmusic celebra este lunes 12 de febrero su penúltima gala, donde Bea, Lucas, Martin y Ruslana se juegan las tres últimas plazas de finalistas que aún quedan en liza y a las cuales pueden acceder, tal y como explicamos, a través de una novedosa mecánica en la que jueces, profesores y público tendrán la última palabra. Naiara, Juanjo y Paul Thin, por su parte, vivirán una velada tranquila después de conseguir hace una semana su pase a la final, tras la expulsión de Chiara y las polémicas calificaciones del jurado.
En siete días, Amazon Prime Video echará el cierre a una edición que parece haber resucitado el fenómeno Operación Triunfo. Y decimos 'parece' porque el de OT 2023 es un éxito que realmente no se puede medir, ni comprobar, dado que la compañía, siguiendo la política que emplea en todos sus productos, continúa sin facilitar las cifras oficiales de audiencia cosechadas por el programa. No obstante, a la vista de la repercusión que los concursantes están generando, tanto en redes sociales y plataformas de escuchas como en sus multitudinarias firmas de discos y la venta de entradas de los conciertos de la gira, podemos decir que la triunfomanía ha resurgido, al menos, entre el sector más joven de la población.
Y, como cada año, como en cada edición desde los orígenes del formato, hay un aspecto de OT que sigue teniendo tanta relevancia como los propios participantes o las canciones que van interpretando a lo largo de la temporada: la ropa que lucen en sus actuaciones y que provocan semana a semana un aluvión de comentarios, memes, y también duras críticas entre los espectadores. Sin embargo, la gente, como dicen lxs influencers, “no sabe todo el trabajo que hay detrás” de cada look. Para descubrirlo, hablamos directamente con Verónica Febrero -responsable de vestuario, que repite en OT 2023 tras su debut en la temporada de 2020-, que reconoce desde el principio que la preparación de cada gala “es una locura”, debido al “poco tiempo” del que disponen y la gran cantidad de personas a las que tiene que atender.
Su equipo está compuesto habitualmente por seis personas: cuatro estilistas (contando con ella como jefa de departamento) y dos sastras (la jefa de sastrería y su primera ayudante). A todas ellas, se les une un quinto estilista, centrado exclusivamente en OT al día, magacín que conduce a diario Xuso Jones en Amazon Prime Video. Juntos trabajan de lunes a lunes, prácticamente sin descanso, en los estilismos de todos los concursantes, todos los bailarines, de los músicos que participan en algunos números, de la directora de la Academia Noemí Galera, la miembro del jurado Buika, la presentadora de la posgala Masi Rodríguez y el mencionado Xuso Jones. Otros rostros del programa, como Chenoa, tienen a su estilista particular, ajeno a Gestmusic, aunque están disponibles para ella, y para todos, ante los imprevistos que puedan surgir. En total, Febrero y los suyos diseñan semanalmente, de media, unos 40 o 50 outfits, una labor que abordan cual carrera a contrarreloj cada martes después de gala.
Así se diseña cada semana el vestuario de las galas
Verónica Febrero arranca la semana los martes -único día que su equipo descansa-, cuando por la mañana acude a una reunión en la sede de Gestmusic junto al resto de jefes de sección (iluminación, arte, coreografía, realización y fondos), la dirección del programa y la dirección de la productora. “Ahí nos dicen la lista de canciones para cada concursante: los solistas, los duetos, la grupal y el invitado de la siguiente gala”, explica la responsable en palabras a verTele. En ese momento, los encargados de arte explican las puestas en escena que han elegido para cada actuación, las cuales repercuten de forma directa en el estilo y el color de la ropa que deben comenzar a buscar o confeccionar: “Depende del set que hayan ideado, te dicen las vibes en las que les gustaría que fuesen ellos. Si el fondo es de un color, vemos el color del que nos gustaría que fuesen ellos”, señala. Por la tarde, le toca reunirse con Vicky Gómez, coreógrafa de OT, para centrarse en el vestuario de los bailarines.
Una vez iniciada la hoja de ruta, Febrero elabora un dossier para pasárselo a su equipo y ponerse en marcha para encontrar todo lo que necesitan: “Llamamos a diseñadores, que es lo que más 'tarda' en llegar, hacemos compras, etc.”, señala, afirmando que el miércoles realiza junto a su primera estilista una lista con todo lo que hace falta: zapatos, pedrería, prendas, joyas, telas... “Vamos solucionando cada una por un lado como pollo sin cabeza”, dice con humor. “Normalmente, conseguimos todas las telas los miércoles, que lo suele hacer sastrería para que puedan ponerse directamente a coser”, explica destacando que tienen para reunir todo el material hasta el viernes, día de la primera prueba de vestuario en la Academia.
Por la mañana, el equipo se traslada hasta el Parc Audiovisual de Catalunya en el que se graba el concurso para su primera cita con los participantes. Allí, en Terrassa, realizan las primeras pruebas con los diferentes estilismos que Febrero y los suyos han encontrado para cada concursante y se van buscando soluciones a los problemas que vayan pudiendo surgir. El trabajo va cogiendo entonces forma, dejando el sábado para la búsqueda de alternativas o detalles de última hora que han podido quedar pendientes. “Cuando les estoy haciendo la prueba de vestuario de gala a los concursantes les voy preguntando qué les gustaría para la siguiente semana. A lo mejor te dicen: 'Nunca he ido de verde'. Y les pregunto: '¿Qué quieres de verde?' Y te dicen que un traje. Entonces, o lo buscamos, o lo confecciono, o me acuerdo de un diseñador que lo tiene y se lo pido. Les llevo diferentes opciones, compra, confección o cesión... Todo lo que veo. Y luego ellos eligen. Creamos entre todos”, deja claro la modista.
Verónica Febrero asegura que el viernes es el día clave, ya que si no dejan “bien perfilados” los looks, a los concursantes les crea mucha inseguridad: “Mi experiencia desde 2020 es dejar las cosas cerradas el viernes porque les ayuda. El viernes solo han tenido un pase de micros y cuando se ven vestidos y les gusta, es como que sienten que van a cantar superbien de repente. Es como un actor, que les ayuda a interpretar mejor verse en el papel. Si voy con cosas y nada funciona, que no me ha pasado todavía tampoco, al principio se rayan. Siempre empiezo: 'Calma, tranquilos, hay un montón de cosas. Vamos a ir poco a poco'. Esto es como cuando vas de compras, que hay mucha frustración ahí si no tienes a nadie que te ayude”, explica, insistiendo en que, pase lo que pase, siempre cuentan con “una base de ropa grande” para que puedan elegir hasta el último momento.
El proyecto semanal se acaba de cerrar los domingos, cuando se realiza la prueba definitiva de vestuario en plató, con concursantes y bailarines. Después de comer, todos bajan al estudio con los zapatos que llevarán en la gala para ver si se sienten cómodos, si necesitan alguna plantilla o tienen alguna molestia: “Y los ensayos de sus actuaciones son con toda la ropa puesta. En principio, sólo sería de la parte de arriba, porque es una cosa para el equipo de luces, pero lo típico... Igual se tienen que tirar por el suelo y no saben si resbalan. Y yo prefiero que lo prueben porque no tenemos tiempo. A lo mejor al probarlo, si pasan cosas, tenemos tiempo de solucionarlo”, advierte.
Yo se lo digo 20.000 veces: De aquí no te vas si no estás contento
Finalmente, llega el lunes, día de gala, en el que todo el trabajo realizado en los últimos siete días ve la luz. A media tarde, cuatro o cinco horas antes del arranque de la emisión del programa en Prime Video, los concursantes van apareciendo en el Canal 24 Horas de Youtube con los looks que vestirán en sus esperadas puestas de largo. ¿Por qué se les viste con tanta antelación? ¿No temen que se puedan manchar o que se les rompa la ropa? “Yo tengo un miedo con eso que me muero... Pero es un programa para que les vean”, reconoce Febrero, que explica que su equipo se activa después de que cada uno vaya concluyendo su ensayo general en plató.
“Van terminando y a partir de las 4 van saliendo, entonces van directos a maquillaje y peluquería, que es algo largo, y si tengo a algún chico, que son los primeros que acaban, me los pasan a las 5 ó 6 de la tarde. Así ya les ven vestidos, pueden cenar y les damos un babero horroroso, pobrecitos...”, bromea la estilista, recordando algunos incidentes de última hora que este año han tenido que afrontar. “A Juanjo se le rompió una camiseta por el lateral, se la cosimos enseguida. Chiara tenía un vestido en Kill Bill de agujeros y llevaba zapato de aguja. En la actuación, se sentaba y se levantaba y el zapato iba al agujero del vestido todo el rato, se le enganchaba. Entonces decidimos cortar el bajo como si fuesen flecos, poner silicona para que no se cayese la pedrería y al final cambiamos los zapatos. Según lo hicimos, ya se sentía bien. Se les nota un montón en el cambio postural”, desvela.
La jefa de vestuario del talent insiste en que “nadie sale de esa habitación sin estar contento”: “Esto se lo digo 20.000 veces. 'De aquí no te vas si no estás contento'. Y los viernes, si están preocupados, les digo: 'Hasta el domingo tenemos tiempo...'”, indica Febrero, que asegura que a cada concursante “se les da tres o cuatro vestuarios y a veces más” para que ellos elijan, siempre en coherencia con el set elegido para su actuación y con el look elegido para el resto de bailarines que les pueden acompañar.
La polémica con el vestuario de Bea
Entonces, ¿qué ocurrió con Bea hace unas semanas, cuando la concursante se quejó ante Abril Zamora de sus opciones de vestuario? A finales de enero, la joven mantuvo una conversación con su profesora de Interpretación en la que parecía deslizar que, por su talla, tenía algunas limitaciones en los estilismos que les presentaban para las galas. La madrileña, que había encadenado varias actuaciones luciendo varios trajes de pantalón y chaqueta de diferentes colores, desató con sus palabras una oleada de críticas hacia el programa, obligando a Noemí Galera a pronunciarse a través de su cuenta personal de Twitter, donde compartió la larga lista de outfits que el equipo de Gestmusic había preparado para Bea.
“Creo que fue que se sintió un poco reñida por Abril, que lo único que quería decirle es que saliera de su zona de confort y ella respondió: 'Es que no tenían más [looks] y ya está”, empieza diciendo Febrero. “Ella misma siempre dice que se siente superquerida por vestuario, que tenemos un montón de cosas para ella. Yo para Bea tengo una burra y media de ropa. Y me encanta la ropa de ella”, revela la estilista, que quiere dejar claro que no está teniendo “ningún problema” para idear el vestuario de Bea. Eso sí, comparte la queja de que algunos diseñadores y algunas marcas “no tienen muchas tallas, al menos en ropa de gala”. “Estoy un poco enfadada porque debería haber más tallas”, admite.
“Con los zapatos podrían darle un poco más de vuelta, porque jolín, háganlos un poco más anchos, no pasa nada. Pero bueno, aún así lo hemos ido salvando muy bien porque existen marcas que funcionan”, añade, explicando que, en todo caso, siempre están dispuestos a confeccionar ellos mismos lo que Bea necesite. “El vestido rojo [de la Gala 10] lo pidió ella, pero que fuese de manga larga. Y se lo hicimos”, cuenta la responsable, que aclara que la concursante encadenó varias galas con traje porque “le encantan” y ella misma los ha pedido. “En River deep, mountain high, le pusimos un vaquero negro que se lo quiere quedar y un body negro. Cuando me lo devolvió me puso un papel: '¿Cómo puedo hacer para quedarme esto?' Más mona...”, recuerda.
Bea está contenta y se ha ido descubriendo a sí misma
En todo caso, Verónica resta importancia a su comentario: “Estaba nominada, no se le puede pedir más... tiene 19 años. Ya está, que me llegue a mi el hate, que me da igual. No es verdad y ya está. Me llamó Noe y todo diciéndome: 'No me lo creo, dímelo que lo voy a desmentir...'. Yo le dije: 'Haz lo que quieras, pero no te preocupes, porque yo sabía lo que había. No pasa nada, estaba agobiada, estaba nominada y ya está'”, rememora.
Pese a todo, Febrero considera que Bea “sí está contenta” con su vestuario en las galas de 'OT: “Yo entiendo que teniendo 19 años, que los he tenido yo también, y siendo diferente a las otras chicas que hay ahí, te puedes sentir juzgada incluso por ti misma. Como persona, igual te comparas y ves cosas de las otras que tú no tienes. O piensas que si lo tuvieras tú no te lo pondrías porque te vas a ver mal. Bea tiene unas curvas preciosas y estoy cansada de decírselo, le queda bien todo. Ella es guapísima. Pero ha sido guay porque ella se ha ido descubriendo a sí misma también. El escote era algo que no se había visto y después, al verse, te reconoce que le gusta”, valora.
“Cuando lo hago mal soy 'Rosa de vestuario'...”
En esta misma línea, Verónica Febrero admite que no le presta mucha atención a las críticas y bromas que, semana tras semana, puede recibir por parte de los fans del programa por la ropa que su equipo ha elegido para los concursantes. “No lo suelo mirar. No tengo Twitter y no suelo mirar nada. Hay algunos memes que sí me hacen mucha gracia porque me han llegado. Incluso me parecen muy guays. Me parece algo muy natural. Yo, cuando veo un programa en el que no estoy de estilista, estoy con mis amigas y también lo comento. Es algo muy subjetivo. Todos nos vestimos y todos nos compramos ropa. Entonces, hay opiniones y me parece genial”, asume tranquila.
Aun así, reconoce que hay gente que se lo toma todo demasiado en serio: “Una chica me escribió y me dijo que Cris un día iba vestido como un barrendero. Y yo le dije que a mí eso no me parecía un insulto. Todo por un pantalón de pana. A Cris le encanta la pana, llevaba gala tras gala pidiéndome un pantalón de pana. Al final conseguimos la pana con el rollo que le quedaba bien y, de repente, era un insulto llevar pana. Era un tejido de algodón maravilloso y a él le gustaba”.
Febrero asegura además ser consciente del meme en torno a “Rosa de vestuario”. La estilista se toma con humor que los seguidores del talent se refieran a ella de esta manera, en referencia a Rosa Planas -su antecesora al frente del equipo de vestuario de OT-, cuando quieren criticar alguno de los looks ideados por su departamento. Lo único que lamenta es que todo esto pueda perjudicar a la imagen de la aludida, motivo por el que pidió a la dirección de Gestmusic que aclarara públicamente que Rosa Planas ya no es la responsable de vestuario, sino ella.
“Le dije a Tinet Rubira que lo desmintiera. Sobre todo por Rosa, la otra estilista, que la pobrecita no se merece nada de esto. Pero sé que ya es como un ente. Cuando lo hago mal soy ‘Rosa de vestuario’, cuando lo hago bien no dicen nada... y ya está”, sentencia con naturalidad Verónica Febrero que, como dijera ya Planas en el pasado en alguna entrevista ante las críticas que también recibía, recuerda que buscan y diseñan “ropa para televisión y con un set”. “Yo no visto a nadie de rosa fucsia para que se suba a la Academia a comer. La subo de rosa fucsia para un set que hay con taquillas rosas, unas chicas de equipo de rugby... Yo sé que el negro es fantástico, pero ese escenario es muy oscuro”, concluye.