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'Los Iglesias' se pusieron 'manos a la obra' en TVE con poca “verdad” y demasiado lujo, pero buena química

La 1 estrenó este martes 9 de julio Los Iglesias. Hermanos a la obra, el docureality en el que Chábeli y Julio José Iglesias reforman las casas de varias celebrities.

El programa se emitió tarde, de 23:48 a 01:09 horas, después del partido de fútbol entre España y Francia. Eso le ayudó a ser líder de audiencia, pero también le desplazó a la madrugada.

Como siempre, el horario tardío fue una queja del público, pero esta vez fue más polémico el contenido del programa que su ubicación dentro de la parrilla.

En las redes sociales abundan los comentarios negativos sobre el formato producido por RTVE y Beta Entertainment.

En la primera entrega, los hijos de Julio Iglesias e Isabel Preysler reformaron la casa que Yotuel Romero y Beatriz Luengo tienen en Miami. Chábeli se encargó del diseño y Julio junior, del que “nadie” sabe que es “un manitas”, ejecutó la reforma de la vivienda que comparten los famosos cantantes.

Antes, durante y después la atención del programa se desvió hacia la relación entre los hermanos protagonistas y, por supuesto, hacia la familia Iglesias. Sus archiconocidos padres salieron a relucir constantemente. La química que exhibieron ante las cámaras gustó a parte de la audiencia.

El docureality contó con las clásicas entrevistas personales y las dosis de 'suspense' que se les suelen dar a este tipo de programas en las que están en juego –por así decirlo– los 'casoplones' de las estrellas. En este caso, además, también estaba sobre la cuerda floja el matrimonio entre Yotuel y Beatriz, pues ella, al parecer, no tenía constancia de las obras: “Es complicado hacer una reforma sin tu esposa porque, si sale mal, la cagaste. Te tienes que andar con pies de plomo”, declaró el cubano para añadir dramatismo al objetivo del nuevo programa de TVE.

A Yotuel le 'temblaron' las piernas con el proyecto de Julio. “Obra pequeña, enfado pequeño; obra grande, ¡me mata!”, exclamó mientras su amigo le explicaba cuántas paredes iba a tumbar. La actriz española no estaba presente y dio a entender que desconocía por completo los planes de su marido.

La cuenta atrás echó a correr y empezaron a sucederse los momentos de tensión, como si Chábeli y Julio José fueran dos cocineros de MasterChef a los que se les acaba el tiempo para entregar sus platos. Beatriz llegó por sorpresa e incrementó el nerviosismo.

“No hay ni una sola secuencia que huela a verdad”

A la audiencia le pareció un teatrillo demasiado impostado. “No hay ni una sola secuencia que huela a verdad”, comentó en X (antes Twitter) un espectador. “Es surrealismo elevado a la quinta potencia. Los diálogos forzados con la cámara delante, Yotuel impostadísimo, la inexistencia de un arquitecto, las colaboraciones VIAIPI. Me divierte el conjunto”, argumentó otra seguidora dando una de cal y otra de arena.

El lujo y las ostentaciones estuvieron presentes de principio a fin. No faltó la escena de Chábeli entrando a un vestidor (no, no era el de Beatriz Luengo) en el que había tropecientos bolsos valorados en más de un millón de euros. Esta fue otra de las críticas recurrentes, que se haya utilizado el presupuesto de TVE para reconstruir las mansiones de famosos a los que no les falta el dinero.

Spoiler: A Luengo le gustó la reforma.