“Los que creyeron que el periodismo iba a morir, ya han descubierto que no”. Iñaki Gabilondo se muestra firme, crítico y atento al analizar las posibles consecuencias que va a tener en todos los ámbitos, incluida su profesión, la crisis sanitaria del coronavirus. Una situación sin precedentes a nivel mundial y de la que todavía es difícil valorar qué consecuencias va a tener en el futuro.
El veterano periodista va a plantearse qué quedará la humanidad cuando todo esto haya pasado en Volver para ser otros. El mundo después del coronavirus. Un especial de cuatro entregas que Movistar+ emitirá desde este jueves, en el que contactará con expertos para entender la dimensión de la pandemia. Gabilondo, que lleva más de 50 años siendo una de las voces de mayor referencia de nuestro país, lidera así un nuevo formato con la mira puesta en un futuro -no sabemos cuánto de próximo-, que será diferente a lo que habíamos conocido hasta ahora.
Al descolgar el teléfono, lo primero que hace es preocuparse por la compañera que le habla desde el otro lado de la línea. Por cómo está sobrellevando la cuarentena, por cómo estamos continuando con nuestra labor en Vertele. Y al colgar, nos desea suerte y mucho ánimo. Derrocha humanidad antes y después de reflexionar sobre cómo el Covid-19 se está forjando su propio capítulo en la historia de nuestro país y planeta. ¿Cuál será el siguiente?
El título es 'Volver para ser otros. El mundo después del coronavirus'. ¿Esperan llegar a alguna conclusión?
Nadie está en condiciones de concluir nada, por lo que el programa tampoco pretende llegar a ninguna conclusión. Va a ser una reunión de enclaustrados para reflexionar, conversar y cambiar impresiones en torno al mundo que nos vamos a encontrar cuando volvamos a encontrarnos. Damos por sobreentendido que cuando todo esto acabe, las cosas van a ser bastante diferentes, y cambiaremos nuestras impresiones sobre lo que va a ocurrir en la economía, en la geopolítica, en nuestra vida personal, en las relaciones sociales, etc.
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¿Cómo se ha enfrentado a un análisis que pone el foco en el futuro, siendo sobre crisis sin precedentes en nuestro país y en el mundo?
La mayor dificultad para hacer cualquier cálculo es que no sabemos en qué fase del proceso estamos; si estamos empezando, en el medio o terminando. Por lo tanto, como no sabemos cuánto va a durar, no sabemos cómo vamos a terminar saliendo desde el punto de vista psicológico, sociológico, económico, político, etc. Solo podemos ir haciendo cálculos, porque sí creemos que esto no va a ser como era antes. Va a ser distinto. ¿Qué grado de distinto? A saber.
Para empezar, porque esto no se va a acabar la mañana en la que nos dejen salir a las calles, mientras suenan las campanas de las ciudades. Va a ser una cosa progresiva. Igual que cuando después de la guerra hay un tiempo de posguerra y después de una enfermedad hay un periodo de convalecencia, aquí va a haber un tiempo en el que veremos si nos apetece abrazarnos, si tendremos todavía mucho recelo para acercarnos a los demás y miedo a que nos toquen. ¿En cuánto tiempo vamos a superar eso? ¿Con qué tipo de sociedad nos vamos a encontrar? El otro día comenté medio en broma que 2021 va a ser el año del 'Baby boom', y por otro lado el del 'Divorcio boom', porque también va a haber muchos divorcios como consecuencia de esto.
"Esto no se va a acabar la mañana en la que nos dejen salir a las calles. Va a ser una cosa progresiva"
En un momento de tantísima información sobre el coronavirus, ¿qué va a aportar su programa?
El elemento diferencial es que en vez de proyectarse sobre qué está pasando ahora, que es lo que estamos escuchando en los medios de comunicación todo el día, nos colocamos imaginando que esto ya ha pasado y la situación nos vamos a encontrar. En cómo estará esto después del terremoto, una reflexión después de la tormenta.
¿Piensa que haría falta un poco más de entretenimiento en televisión, y menos información?
Posiblemente si. Tengo la impresión de que la información que está siendo consumida en grandes cantidades es un seguimiento que está generando pánico en bastante gente. Se sigue y demanda información, pero también un poco más de evasión. Si la situación dura más, sí que va a haber una creciente petición de más evasión, distracción y acompañamiento, porque va a ser duro vivir encerrados en las casas durante todo este tiempo.
¿Cómo piensa que se está abordando la crisis del coronavirus desde los medios de comunicación?
Los medios de comunicación están cumpliendo muy bien con su labor. Admiro y aplaudo a mis colegas porque lo están haciendo de cine en unas circunstancias extremadamente difíciles. Casi al límite económicamente porque prácticamente todos los medios están sin publicidad, viviendo casi sin oxígeno. En ocasiones tengo cierta sensación de estar siendo arrollado por la información. Todo ese chorreo en sociedades enclaustradas, donde se vive una determinada sensación de agobio, puede intensificarla. Los medios están haciendo lo que tienen que hacer, y ahora posiblemente van a ir siendo demandados para seguir informando, pero al mismo tiempo para relajar un poco la espera, porque esto va a ser duro .
El programa va a analizar cómo será la humanidad cuando todo esto haya acabado. ¿Qué piensa que va a pasar con el periodismo?
Se van a confirmar cosas. Por ejemplo, ¿qué habría sido esto sin Internet? ¿Qué ocurriría si ahora de repente Internet se fuera a pique? Esto va a reafirmar a las nuevas tecnologías como una segunda piel de la sociedad, de nuestra vida. Están aprendiendo a manejarlas hasta los que no sabían hacerlo. También la confirmación de que el periodismo no ha muerto y no solo no ha muerto, sino que es absolutamente imprescindible para la sociedad. No se puede vivir sin periodismo. Los que creyeron que el periodismo iba a morir, ya han descubierto que no.
"El periodismo no solo no ha muerto, sino que es absolutamente imprescindible para la sociedad"
También está la necesidad de que los medios entiendan que tienen una responsabilidad muy grande como punto de encuentro. No solamente como una especie de fuente de la que mana información, sino también como un elemento aglutinante de la sociedad. Está aumentando mucho el consumo de la televisión. En ese sentido, la televisión va a salir fortalecida, con tal de que sea capaz de entender que la sociedad le espera no solo para que le informe, que sí, sino para que le acompañe y le ayude a salir de este trance lo mejor que pueda. Está siendo difícil porque los medios están teniendo que hacerlo en situación apurada. No sé cómo van a aguantar, pero creo que la sociedad sí está valorando la importancia y su mérito. El periodismo saldrá fortalecido.
¿Cree que el periodismo está contribuyendo a politizar la crisis? ¿Hay que pedir ya responsabilidades políticas, o habría que esperar a salir de lo más profundo del agujero?
En España no se están haciendo las cosas como en el resto de Europa. Ellos están reprochando a sus líderes que no se enteraron de que esto era muy grave, pero están aplazando la guerra política. Se critica Boris Johnson, a Emmanuel Macron, al gobierno italiano, a Donald Trump, porque hasta los que lo vieron venir, no pudieron imaginar las proporciones de la catástrofe.
Aquí oficialmente la guerra política no se está librando, pero está asomando la patita por debajo todo el tiempo. En los medios se libra esa batalla. Yo leo mucha prensa inglesa, americana, francesa, y eso está por el momento muy atenuado. Ya pasarán al juego cuando sea. Incluso el caso de Johnson, que comenzó tomándose el tema a broma. Están, por el momento, tratando de mantenerse unidos todos en torno al gobierno. Aquí en España oficialmente también, pero extraoficialmente no tanto. Ya llegará el día de reprochar lo que deba ser reprochado, pero no creo que ahora sea el momento.
"En España la guerra política no se está librando oficialmente, pero extraoficialmente sí"
Algo que casi lleva a temer lo que nos encontraremos cuando todo esto acabe y empiece esa “guerra” que comenta, pero ya sin tapujos y sin el “escudo” del coronavirus.
Ya veremos lo que ocurre. La política tiene a veces estas cosas. Se recuerda últimamente el caso de Winston Churchill, que fue el héroe de la II Guerra Mundial, del mundo entero, y cuando acabó el conflicto perdió las elecciones. Desde luego, lo que deben de saber todos los políticos es que les estamos mirando. No solamente estamos juzgando los errores que tuvo el gobierno al calcular mal, también estamos viviendo cómo se están portando los demás.
Lo mismo con los comportamientos ajenos, no solo se va a juzgar al gobierno. Se nos va a juzgar a todos porque no solo se colaron solo ellos, también me colé yo. Nos colamos muchos periodistas que no creíamos que esto iba a ser tan grande. Cuando esto acabe, miraremos al gobierno y les pasaremos la factura, pero que no se olviden de que España entera está mirando a todos. Y que tiene mucho tiempo porque no tiene otra cosa que hacer.
"También nos colamos muchos periodistas que no creíamos que esto iba a ser tan grande"
¿Quién cree que va a salir más perjudicado, y quién más beneficiado de esta crisis?
Ahora mismo se está librando una batalla por la vacuna entre Rusia, China, Estados Unidos, etc. Hay una batalla comercial desatada por conseguirla, porque el que lo haga va a hacerse ultramultimillonario. La historia nos dice que siempre, cuando hay un problema, los que peor lo pasan son los más débiles. Por lo tanto, aquí también serán seguramente los más débiles los que peor lo pasen.
"En la crisis de 2008, el presupuesto de ciencia se recortó en un 30% y ahora hemos descubierto que eso es una locura"
Posiblemente, si hay un poco de cabeza, ganará también la conciencia para todos, de que un estado fuerte solo puede serlo un estado socialmente fuerte. Es clave. Dije en su momento que tenía que haber elementos preideológicos, que al margen de que seas de una u otra ideología, esta crisis nos debería enseñar que son previos a la disputa ideológica. Por ejemplo, la necesidad de un estado social fuerte, que tenga una sanidad potente. Es algo en lo que deberíamos ponernos de acuerdo todos, seas de derechas o de izquierdas. Después empezamos a pelear.
Hasta ahora parecía que la disputa social era un tema ideológico, que si eres de izquierdas, te preocupan más los temas sociales, y si eres de derechas te importan más o menos un huevo. Ahora hemos aprendido que no, que unos cimientos potentes son completamente imprescindibles para toda la sociedad. Pienses como pienses. Sería muy importante que se aprendiera como elección. Y si no se hace, no sé que nos tiene que pasar para que lo entendamos.
Igual que la ciencia y la investigación, también son preideológicas. Aquí con la crisis de 2008, se redujo el presupuesto de ciencia en un 30% y ahora hemos descubierto que eso es una locura. Espero que cuando la crisis acabe, comprobemos antes de empezar a discutir, a pegar al que merezca castigo y premiar al que merezca premio; que tenemos un estado social, sanidad pública, investigación, ciencia e inversión en educación potentes. Tengo la convicción de que ahora no puede haber nadie que dude de eso. Hay que estar ciego para no verlo. Al margen de quienes sean ganadores y perdedores, esta es la especie de moraleja compartida que quisiera que quedara. La existencia de unos principios antes de entrar a discutir. Que todo regateo en sanidad pública es un suicidio, que todo regateo en investigación y en ciencia es un suicidio.