La séptima entrega de La isla de las tentaciones 8 arrancó con varias situaciones inéditas, a pesar de llevar varias ediciones en emisión. Aún no había ocurrido antes que tras la fuga de un novio, la novia corriera detrás, provocando un efecto imitación del resto.
Eso es lo que pasó cuando Montoya irrumpió en la villa de las chicas, para gritar a Anita “¡la has cagado como nadie. Farsa. Te va a explotar en la mano la bomba. Me has destrozado!”, repetía mientras Torres le frenaba y lo devolvía a la playa.
Ella frenó su pasión con Manuel y salió al oír los gritos. Pero lejos de derrumbarse, le respondió con críticas: “¡Sinvergüenza, que te has lucido, no mereces ni una lágrima mía! El primero que la ha liado ha sido él. A mí me ha roto”, comentaba a sus compañeros.
Montoya se marchaba a la orilla, para reencontrarse con Sandra Barneda que le calmaba y le preguntaba qué había ocurrido: “Es la última vez que te la lío, Sandra, perdóname. Lo está haciendo por venganza con Gabriela”, concluía él. Sin imaginar que, en la villa Anita se arrepentía de su actitud y corría a su encuentro.
La joven abrazaba a Montoya y pedía a la presentadora marcharse con él en ese instante. Barneda les separaba, incrédula por toda la tensión del momento: “Os acabáis de saltar las normas, habrá consecuencias. No quiero más locuras esta noche”. Con la ayuda del equipo, cada uno se volvía a su villa.
Minutos más tarde, cuando parecía que todo se había calmado, en la villa de las chicas Anita se volvía a fugar en busca de Montoya y Andrea hacía lo mismo para ver a Joel. Sus compañeras corrieron para frenar sus intenciones y la devolvieron a casa. Mientras que Anita regresó sin ayuda de nadie: “No he llegado, estaba súper lejos”, alegó.
Tras la inédita situación, Anita puso distancia de Manuel durante un rato, pero acabó durmiendo con él. Como también hizo Montoya que hizo la cucharita con Gabriela.
Un novio congelado y la nueva hoguera de los chicos
A pesar de lo ocurrido, Barneda llegó al día siguiente con un “gran privilegio” para las chicas: la oportunidad de congelar a uno de sus novios y que no viera imágenes de una de ellas en la hoguera. Ninguna quiso que su pareja fuera la afectada, por lo que todas votaron a Álvaro, el novio de Alba que acababa de llegar y tenía poco que ver.
Llegada la noche, el primero en ver imágenes de su chica fue Tadeo que enfureció con las críticas que escuchó de Sthefany sobre él. Pero todo empeoró cuando la vio besarse con Anita: “¡Estoy flipando, qué asco!”, exclamó dejando la entrega y el resto de la hoguera para la próxima semana.