La aparición del millón de euros

Las banderas de Israel y Palestina, hermanadas por sorpresa durante la actuación de Madonna en Eurovisión

Redacción

Las banderas de Palestina e Israel han aparecido simbólicamente hermanadas durante la esperada actuación de Madonna en la gran final del festival de Eurovisión. La cantante ha utilizado el centro de convenciones de Tel Aviv para mandar un mensaje de “hermanación” y proclamar que “la música hace que la gente esté unida”.

Cabe recordar que la participación de la diva del pop había estado marcada por las críticas de diversos artistas. El fundador de Pink Floyd, Roger Waters, había reclamado a la artista que no actuara en Israel hasta que el Gobierno reconociera el derecho de autodeterminación de los palestinos. Como este, personalidades internacionales han protestado ante el “blanqueamiento” de la ocupación de territorios palestinos por parte de Israel que supone la celebración del festival en Tel Aviv.

“Nunca dejaré de tocar mi música para complacer la agenda política de otro, así como nunca pararé de hablar contra las violaciones de los derechos humanos sin importar en qué lugar del mundo ocurran”, dijo tras cerrar su acuerdo in extremis esta semana, la estrella.

Minutos antes de su intervención, Madonna había rehusado explicar cómo iba a ser su esperado número al presentador, hablando de preservar las sorpresas. Estas llegarían en el último de los casi 11 minutos que duró su paso por el escenario.

Dos de sus bailarines, cada uno con una bandera cosida a la espalda, subían la escalinata montada en su actuación cogidos de la mano. Ante esta inesperada propuesta de la artista, la realización de la televisión israelí decidió abrir el plano lo máximo posible para evitar que se vieran los detalles en pantalla, cambiando rápidamente de plano.

A pesar de la censura improvisada, el momento no pasó inadvertido y se convirtió en lo más comentado de una actuación, por otro lado, poco memorable.

Así fue la (poco memorable) actuación

El espectáculo arrancaba con la simulación de una catedral, en lo que parecía un homenaje a Notre Dame. Una impresionante escenografía que quedó deslucida ante la cuestionable interpretación vocal de la estrella.

Tras Like a Prayer, llegarían dos nuevos temas, Madame X y Future, en los que contó con la colaboración del rapero Quavo. El nivel mejoró ligeramente, aunque la sensación de que la cantante estaba a medio gas no se pudo quitar de la cabeza, especialmente teniendo en cuenta el caché desorbitado que ha cobrado: 1,25 millones de euros.

[Se reproduce automáticamente a partir del 2:56:00 de la gala, con su actuación]