Itziar Ituño: “Espero que cuando termine 'La casa de papel' no se cree un vacío existencial”
La llamada de La casa de papel colocó a Itziar Ituño (Basauri, 1974) en una posición tan privilegiada como abrumadora, pues no hay rincón en el mundo donde su Raquel Murillo (ahora Lisboa) no sea reconocida. La actriz, presente desde siempre en producciones de su Euskadi natal, pasó de la noche a la mañana a estar bajo el foco de millones de fans de todo el mundo, pero basta con charlar un par de minutos con ella al teléfono para comprobar que esa fama súbita no le ha despegado los pies del suelo.
Tampoco ha cambiado su perspectiva a la hora de elegir proyectos, pues en estos momentos compagina el rodaje de la superproducción de Netflix con Alardea, una serie producida por K 2000 (The Mediapro Studio) que este mismo miércoles emite su cuarto y último capítulo en ETB1, la cadena autonómica vasca. En la ficción se pone a las órdenes de David P. Sañudo en una historia que le toca de cerca y con la que trata de reivindicar el papel protagonista de la mujer en la sociedad.
“Me muevo en función de lo que me vibra, me dejo llevar por las historias que me emocionan. Siempre digo que no hay historias pequeñas, sino de bajo presupuesto. Y si hay historias grandes no me voy a parar a pensar en el presupuesto, sino en lo que cuenten”, dice sobre un momento en el que le toca mirar más allá de La casa de papel, de la que ya rueda su temporada final.
Sobre el empoderamiento de Lisboa en esta Parte 5, y sus sensaciones ante la despedida de la serie de Netflix, también nos habla en una larga charla en la que no se cierra a ningún tema. No se arruga al recordar el intento de boicot que sufrió en sus carnes antes de su debut en La casa de papel, ni tampoco al opinar sobre esa clase de campañas que han afectado recientemente a otro proyecto como Patria.
También nos habla de sus proyectos de futuro, de su nueva alianza con Netflix, y de su reciente paso por la versión francesa de Mask Singer, donde demostró sus dotes musicales.
Primero de todo, ¿cómo estás?
Ahora mismo estoy yendo y viniendo a Madrid porque estamos rodando la 5ª temporada de La casa de papel. Es un milagro que sigamos adelante en los tiempos que corren, y estoy contenta. No hemos parado y hemos podido avanzar bastante, ¡así que muy bien!
Estás rodando la Parte 5 de 'La casa de papel' y también a punto de cerrar la aventura televisiva de 'Alardea' con la emisión del último capítulo después de unos meses complicados…
Sí. Ha sido un poco accidentado, porque justo comenzamos a rodar poco antes de que decretasen el Estado de alarma, con el covid-19 ya dando vueltas por aquí, y nos contagiamos unos cuantos el mismo día que paramos el rodaje. Luego pudimos volver a retomarlo con suerte en julio. Ya pensábamos que no íbamos a poder terminar el proyecto y me daba mucha pena por la historia que es, que a mí como mujer me toca bastante.
En 'Alardea' interpretas a Amaia, una profesora que decide iniciar un movimiento para que se cuente con las mujeres en una tradición popular que les impedía participar activamente en las fiestas del pueblo. Es una serie que invita a reflexionar ya desde el mismo punto de partida…
Sí, sí. Es una serie que trata de tocar varios temas, pero está centrada en el derecho de las mujeres a participar- como cualquier otro ciudadano del pueblo- en las fiestas patronales. Es una historia muy local que se va a algo lo universal: que las mujeres hemos estado relegadas a un segundo plano durante siglos, y en muchos lugares lo seguimos estando. Hace reflexionar sobre eso, sobre qué es lo que pesa más, si conservar una tradición o cambiarla en aras de la igualdad entre los ciudadanos de un mismo pueblo. Es una reflexión tremenda en los pueblos donde sucede, porque la fisura que se ha abierto ha separado incluso a familias, y es muy fuerte.
Nos hemos metido en ese jardín, yo la primera de cabeza, y estoy muy contenta. No soy de ninguno de los pueblos en los que sucede, pero cuando conoces la historia te toca de cerca y te remueve. Me parecía súper interesante participar ahí.
Encadenas 'Alardea' con la temporada final de 'La casa de papel', donde también se espera que tu personaje se empodere y reivindique su papel
¡A mí me encantaría! No sé muy bien cómo van a ir las cosas porque nos dan la información con cuentagotas y nos vamos enterando de la historia a medida que vamos recibiendo los guiones. Es una sorpresa hacia dónde va todo, pero creo que son conscientes de que las mujeres estamos reivindicando nuestro lugar no solo en lo social, sino en todos los espacios de la vida. Creo que es algo que saben los guionistas de La casa de papel, así que vamos a ver cómo se portan [ríe]. Creo que sí, que ahí vamos empoderándonos.
¿Qué significa para ti que termine ahora 'La casa de papel'? ¿Crees que es el mejor momento, o da algo de rabia ahora que parece que tu personaje adquiere otra dimensión?
Creo que es un acierto cerrar la historia de La casa de papel ahí, y quién sabe si en un futuro se vuelve a replantear... Soy de las que piensan que las historias tienen que tener la duración justa para no cansar, que no se conviertan en un chicle que se estira hasta que se rompe. Es mejor dejar a la gente con ganas y no con empacho, pero me va a dar una pena… Ya te acostumbras al lugar, a la historia y sobre todo a los afectos que haces con el equipo. Esto ha sido una aventura gigante desde que empezamos, y creo que vamos a llorar mucho el último día de rodaje [ríe]. Pero bueno, también hay que probar cosas nuevas, ver qué más ofrece la vida para no quedarte estancada en lo mismo. Así que, a lo que la vida traiga.
Dices que los guiones te van llegando a cuentagotas. ¿Te has llevado muchas sorpresas en los que has recibido hasta ahora de la temporada final?
Pues sí. Me lo estoy pasando genial. No puedo contar absolutamente nada, porque es el código que tenemos, pero lo que he leído hasta ahora está potente. Vamos a ver cómo se va desarrollando todo, porque el final todavía no lo sé. Estoy intrigadísima.
Si algo te ha aportado este proyecto es visibilidad y fama mundial. Recientemente dos compañeros de 'La casa de papel' han admitido que esta fama repentina les ha hecho daño, que han pasado y siguen pasando por momentos complicados a nivel personal a raíz del 'boom'. En tu caso, ¿cómo lo has gestionado? ¿Se vive diferente si esto te llega a los 40 en lugar de a los 20, o no es cosa de la edad?
No lo sé. No sé si tiene algo que tiene que ver con la juventud o el momento de la vida en el que te pille. La verdad es que nadie te enseña a encajar todo esto, y cada uno lo hemos hecho lo mejor que hemos podido. Es potente lo que nos ha pasado de la noche a la mañana, y es verdad que trae muchísimas cosas buenas, pero te quita otras como la libertad, la privacidad, el poder andar por el mundo con cierto anonimato… Todo eso es una maravilla y se te va, porque te pone en el ojo del huracán de lo público y no hay un rinconcito en el mundo en el que te puedas esconder.
Es complicado de gestionar. Hay momentos que es desesperante, que agobia… te da muchas alegrías porque recibes el cariño de un montón de gente, pero cuando todo esto pase, porque todo pasa, vamos a ver si deja resaca o si nos deja normal. Y yo en esas estoy, esperando que no me afecte cuando todo el mundo se olvide de La casa de papel. Espero que no se cree un vacío existencial, porque es muy potente el fenómeno y crea conflictos dentro de uno mismo. Aún así, intento tener los pies en el suelo y mantenerme pegada a la realidad lo máximo posible.
Ahora que acaba 'La casa de papel' y puedes elegir entre proyectos que te llegarán de todo tipo, ¿cómo te planteas el futuro? ¿Quieres seguir arriba de la ola, o está en tus planes alejarte del foco mediático en producciones locales como 'Alardea'?
¿Sabes? No lo sé. Me muevo en función de lo que me vibra, me dejo llevar por las historias que me emocionan. Y ahora que puedo elegir, elijo esas historias que te ponen los pelos de punta cuando lees el guion. Ese es mi criterio: no busco cosas comerciales, sino proyectos que me hagan vibrar alguna fibra dentro de mí. Y, sobre todo, que aporten algo.
Es verdad que en esta vida te toca hacer un poco de todo cuando no tienes esa opción de poder elegir, y de ello también se aprende, pero ahora que puedo intentaré no dar puntada sin hilo y contar historias que aporten algo más. Que no sean cosas de consumo, de usar y tirar, que de eso hay mucho. Ya que yo no considero que lo que hacemos los actores sea cultura para consumir, sino para dejar un poso y cambiar algo en la gente, creo que voy a tirar por ahí. Siempre digo que no hay historias pequeñas, sino de bajo presupuesto. Y si hay historias grandes no me voy a parar a pensar en el presupuesto, sino en lo que cuenten.
¿Tienes algún proyecto ya atado? Sabemos que hay en marcha algo nuevo con Netflix en Euskadi…
Sí, hay un proyecto de serie con Netflix para hacerlo en Euskadi, que vamos a ver cómo se lleva a cabo con la pandemia. Es cerquita de casa y podré ir a trabajar en metro, que me hace muchísima ilusión [ríe]. También me han ofrecido un par de proyectos en cine súper interesantes, con dos productoras del País Vasco, y tengo muchísimas ganas. Y hay otro proyecto en francés, que no sé hablarlo, con lo cual es un reto tremendo… no sé si voy a ser capaz.
Ahora mismo estoy barajando todo eso. Hay otros proyectos que se han caído por el covid-19, que me da mucha pena porque eran interesantes, pero no me quejo… tengo trabajo en las circunstancias en las que estamos.
Precisamente te hemos visto este mismo fin de semana como invitada en la versión francesa de 'Mask Singer', que ha sido una sorpresa para todos. ¿Cómo se ha dado esta participación?
Yo estaba calladita porque me pidieron confidencialidad absoluta y no se lo había dicho a nadie. De hecho, hasta me había olvidado de que se emitía este fin de semana y me di cuenta cuando empecé a recibir notificaciones sin parar en Instagram. Dije, ¡uy! ¡ya lo han emitido!
Me suele gustar probar cosas nuevas y meterme en nuevas aventurillas, ¡y ahí fui de cabeza! La gente fue súper agradable y me acogieron de maravilla. Iba con bastante miedo, porque tengo que decir que soy actriz, no soy cantante profesional ni mucho menos, y no sabía muy bien cómo lo iba a hacer, me estaba jugando un poco el tipo... pero me he quedado más o menos contenta de haber salvado los muebles. Ha sido una aventura tremenda en la que he aprendido lo difícil que es cantar. Cantar bien, ¡digo! (ríe). Además, fue por intuición. No tuve a nadie que me asesorase porque no podía contar nada, así que estuve ensayando yo misma en casa, en la ducha, dale que te pego con Lady Gaga… que es una pedazo de cantante a la que admiro mucho, por cierto.
¿Te hacen muchas llamadas con prefijo internacional? ¿Te planteas seguir abriendo fronteras en proyectos largos, más allá de estas colaboraciones puntuales?
Propuestas de aventuras largas no me han llegado y de momento, como estoy muy bien aquí, voy a darle a los proyectos que ya tengo enfilados. La verdad es que da vértigo aventurarse en cosas así, pero tiempo al tiempo. Quién sabe el día de mañana… Si me llegan lo veré venir, y en el momento decidiré. Por ahora voy a piñón fijo en casa, donde más o menos controlo.
Volviendo a casa, el conflicto vasco ha vuelto a protagonizar debates por el estreno de 'Patria' en HBO. Se llegó a impulsar un boicot hacia la serie, como también ocurrió años atrás con el estreno de 'La casa de papel' por tu participación. ¿Qué piensas cuando ves este tipo de campañas?
Qué te voy a contar… me da entre rabia y vergüenza ajena que se metan con la gente que quiere contar historias. Esa falta de respeto, por principios, me parece terrible. Y que sigan pasando esas cosas en el siglo XXI me alucina y me recuerda que todavía hay ramalazos de la dictadura que hubo durante tantos años.
Pienso que es algo que no se puede evitar y menos a día de hoy con las redes sociales, donde la gente se escuda en un perfil fake para no dar la cara. Se puede hacer mucho daño. Pero creo que también la gran mayoría sabe colocarlo en su lugar, y en mi caso muchos se acercaron a ver el primer capítulo de La casa de papel precisamente por eso, porque había quienes decían que no había que verla. Pienso que es grave que haya cazas de brujas a día de hoy y que eso deje un estigma, pero también pienso que hay que contar historias y que el miedo a ese tipo de reacciones no debe frenar.
En tu caso, y aunque es evidente que a la serie no le afectó para su posterior éxito, ¿a ti a nivel personal te ha afectado y te sigue afectando todo lo que ocurrió y lo que se dijo en ese momento?
No, la verdad es que está más que olvidado. Queda como experiencia para saber en qué tipo de sociedad vives y cómo funciona el entramado social, aunque tampoco es que me pille por sorpresa. Había habido ya otros casos en mi alrededor con más compañeros actores vascos, incluso con Willy Toledo, que le conozco también.
Que nos pongan en la picota a gente del mundo del arte por contar una historia o por expresar ciertas ideas me parece gravísimo, pero sirve como experiencia y me alegro de haber salido adelante sin que me haya afectado. Al menos eso creo, que no lo sé. Igual ha habido quien me ha borrado de alguna lista de candidatos a algún papel en una serie, pero esa parte no la conozco. Lo que sé es que siguen contando conmigo, estoy súper a gusto con Netflix, me están ofreciendo trabajo y estoy más que agradecida. No me puedo quejar. Aquello pasó, quedó como un mal sueño, y ahora estoy feliz.
En un momento de inestabilidad e incertidumbre social por la crisis sanitaria y las nuevas medidas, ¿qué pasa por tu cabeza? ¿Qué reflexiones has extraído tras vivir en tus carnes el coronavirus?
Creo que no hay que bajar la guardia, y creo que se ha bajado la guarda en el verano. Hay gente incluso que niega la misma existencia del virus... Yo he pasado por ahí, sé que es verdad y que deja sus pequeñas secuelas. Yo por ejemplo no he recuperado el 100% del olfato, y noto que todavía hay algo ahí que sigue dando vueltas. No sé hasta qué punto me ha desaparecido totalmente… yo creo que no. Y creo que todavía hay que tener mucho ojo porque no se sabe cómo va a afectar a largo plazo. Hay que tener cuidado y hay que ser muy responsables, no es una tontería.
La preocupación que tengo es cómo va a afectar todo esto al sistema, a la economía, al trabajo... Tengo muchos amigos que son autónomos y lo están pasando fatal viendo cómo está el futuro cada vez más negro, y lo que más me preocupa es lo que está por venir. Creo que va a ser muy gordo. Vamos a tener que cambiar la manera de organizar las cosas en esta sociedad, porque si no, no vamos a poder tirar para adelante. Va a haber un montón de gente a la que le faltará todo porque le falta el trabajo. Habrá que estar preparados para lo que pueda venir, con cuidado. Y con la pandemia, con mucha responsabilidad.