Jesús Vázquez (Ferrol, A Coruña, 1965) arranca un nuevo reto profesional este miércoles en Cuatro. Se trata de Bake Off España, adaptación del fenómeno internacional The Great British Bake Off que se emite desde 2010 en Reino Unido (primero en BBC y desde el pasado año en Channel 4), y que viene de haber funcionado en otros países como Francia, Dinamarca, Argentina o Chile.
“No tenía ni idea de que existía este programa, me puse a buscarlo y vi que, aparte de que visualmente es precioso, había sido todo un éxito”, reconoce el comunicador, que acostumbrado a talent shows centrados en exponer las habilidades artísticas de los participantes, ahora se pasa al subgénero culinario, que tan buenos resultados ha dado en la última década a TVE (MasterChef) y Antena 3 (Top Chef).
A juego con la temática, la experiencia ha resultado de lo más dulce a Vázquez, como asegura en esta entrevista a Vertele. “Tiene unos ritmos con los que yo no había trabajado tampoco. Los tiempos de cocción son reales, y estás cuatro horas esperando a ver cómo va cada uno con su postre”, indica. Con todo, asegura que se le ha hecho “muy ameno”, especialmente por la oportunidad de enseñar las tramoyas de la pequeña pantalla a los tres reputados jueces del concurso, Betina Montagne, Dani Álvarez y Miquel Guarro.
Bake Off España, que se estrena esta noche a partir de las 22:45 horas en Cuatro, llega cuando La Voz, el formato que condujo durante cinco años, atraviesa el ecuador de su primera edición en Antena 3. “Me gusta mucho vivir en el momento, no quedarme en el pasado”, explica sobre sus sensaciones al respecto del cambio de cadena.
De todo ello nos habla en una entrevista en la que también hay espacio para tratar la actualidad y mostrar su preocupación por la convulsión política reciente. No en vano, su nuevo proyecto debuta apenas dos días antes de la huelga feminista del 8M, que secunda completamente: “Quieren tener a las mujeres en casa, sometidas, obedeciendo, porque es lo que les gusta”, clama.
También ha hablado sobre libertades para los homosexuales, ya que el suyo fue uno de los primeros matrimonios entre personas del mismo sexo en España.“Creía que los derechos conquistados no se podían perder”, afirma refiriéndose a aquellos partidos políticos que han decidido poner algunos de estos derechos en tela de juicio.
¿Qué significa este programa en su carrera?
Es un formato totalmente distinto a lo que había hecho hasta ahora, y dentro de un campo que ni me había planteado explorar. Sé cocinar, he cocinado mucho sobre todo cuando era más joven, estaba tieso, vivía solo y tenía que buscarme la vida, pero es verdad que el mundo de los postres no lo había tocado. Sé hacer cuatro cosas, filloas porque soy gallego, torrijas en Semana Santa y poco más.
¿Cuál fue su primera reacción cuando le hablaron del programa? ¿Sabía de su existencia?
No tenía ni idea de que existía, me puse a investigar y descubrí que, aparte de que visualmente es precioso, había toda una lista de países en las que se hacía. Empezó en Inglaterra como algo sencillo en la BBC2 y se ha convertido en el programa más visto del país de todas las cadenas. La final de la última edición la vieron 16 millones de personas. Llega avalado por esos datos de audiencia por todo el mundo. Me lanzo a todo, vi que era un buen formato y aunque no es mi mundo, me acabé metiendo.
En la tele siempre me han pasado así las cosas: ha habido algunos programas que sí deseaba hacer y hay otros que ojalá algún día llegue a hacer, pero también hay formatos que llegan sin querer y se convierten no solo en grandes éxitos, sino en grandes experiencias personales. Este, de momento, se ha convertido en una gran experiencia personal y profesional. Ahora solo esperamos que tenga éxito.
¿Cómo ha sido la inmersión en el mundo de la pastelería?
Lo desconocía casi por completo y ahora pienso que es casi como una ciencia. Cuando escucho a Miquel hablar, me recuerda a los profesores de un laboratorio de química, porque todo son palabras técnicas, sobre procesos químicos, temperaturas o proporciones. Casi como una alquimia.
Comentaban en la presentación
Ha sido maravilloso, ahí es donde empecé a disfrutar del programa. Para mí fue muy bonito trabajar con tres grandes profesionales, que son de los mejores en lo suyo, pero que televisivamente son totalmente vírgenes. Nunca habían estado en un programa de televisión ni en un plató, no habían trabajado con cámaras, ni conocían los ritmos. Me encantaba contarles cosas, porque ha sido un mundo que les generaba mucha curiosidad y todo el rato hacían preguntas. Les explicaba qué hace el regidor, el control, la diferencia entre el realizador o el director. De hecho, acabaron probando las cámaras y alucinaron mirando por el objetivo.
Son buenísimas personas, muy obedientes y eso que les hemos hecho perrerías, desde hacerles repetir valoraciones. Al principio no entendían nada, pero aún así se prestaban a todo. Pero claro, ellos son de los mejor de España, han ganado campeonatos en sus especialidades, y te daba reparo que tuvieran que volver a explicar determinadas apreciaciones. Han tenido que entender cómo se hace un programa de televisión.
Siendo su primer programa de cocina, ¿cómo se diferencia de otros formatos que haya hecho?
Ha sido muy divertido porque este programa tiene unos ritmos con los que yo no había trabajado. Los tiempos de cocción son reales, y estás cuatro horas esperando a ver cómo va cada uno con su postre, pero hay otros ratos en los que todos están cocinando y tú estás como el médico de guardia, sin que venga nadie. Esto es igual, de repente me decían por el pinganillo que parecía que a alguien le estaba saliendo humo del horno y corríamos con una cámara para ver qué pasaba. Cada media hora hacíamos una ronda para ver cómo iban. Ahí les consolábamos, los jueces les deban algún consejo, etc. Han sido muchas horas pero se me ha hecho muy ameno.
¿Cómo gestiona el trato con los concursantes?
Cultivo mucho la empatía porque es un rasgo de mi personalidad. Es espontáneo en mí, no he hecho un curso, es mi naturaleza. Me dicen que enseguida me pongo en el lugar del otro y conecto con la gente. Ese es mi papel en el programa, estar en el lado de los concursantes.
En las valoraciones, los jueces han llegado a decir cosas que yo creo que no emitiremos. Estaban muy implicados y a veces se ponían muy serios. Yo siempre estoy de lado del más débil, que en este caso es el concursante porque es el que tiene que aguantar el chaparrón y no puede replicar. Mi labor ha sido estar en el medio, quitándole hierro a determinadas situaciones y defendiéndolos un poco. Es mi papel natural, por eso creo que he presentado tantos talents rodeado de tantos concursantes. Es un sitio en el que yo estoy muy cómodo, ayudando a gente con talento en momentos en los que están bajo mucha presión.
¿Ha notado mucha diferencia de caracteres entre los que aspiraban a convertirse en cantantes o los que en Bake Off
En el fondo no se diferencian mucho, es gente que tiene un talento y a la que les gusta lo que hacen. La lucha es por ver quién lo hace mejor, y aunque a veces sí se lleva a lo personal intentamos que no se así. No es el objetivo, este no es un programa de convivencia. No es Gran Hermano, que es maravilloso. Aquí se pican, pero en base al talento que cada uno quiere demostrar.
Cambiando de tema, ¿ha seguido 'La Voz' en Antena 3? ¿Cómo fue el impacto de ver que se iba a la competencia?
No lo estoy viendo. Me gusta mucho vivir en el momento, no quedarme en el pasado. Cuando sucedió lo que sucedió fue un shock para todas las partes, pero pasó hace muchos meses. En el camino me he hecho un programón precioso. Prefiero ver a mi amigo Risto los lunes en Got Talent que me encanta, y a mi amigo Jorge los martes en Gran Hermano Dúo porque me entretienen más y duermo más tranquilo.
Estamos atravesando tiempos muy convulsos en nuestro país, con el auge de partidos de ultraderecha y con elecciones a la vuelta de la esquina. ¿Cómo lo ve desde su posición?
Está pasando en todo el mundo por desgracia, no solo en nuestro país. Ha habido una ola de conservadurismo feroz que intenta dar marcha atrás a lo mucho que se ha conseguido en cuestión de derechos sociales, de igualdad, de empoderamiento de la mujer o de libertades. Van a por todo. Van a querer volver a tutelar sobre el cuerpo de la mujer y decidir cuándo puede interrumpir un embarazo y cuándo no.
Hasta explicarles lo que llevan dentro, como si las mujeres embarazadas no lo supieran y fuesen ¿qué, vacas? ¿Cómo no va a saber una mujer si se queda embarazada mucho mejor que un hombre lo que lleva dentro y la decisión que tiene que tomar? ¿Cómo te atreves a ni si quiera osar saber lo que lleva una mujer dentro de su corazón, su cabeza y su vientre cuando está embarazada? No, ni un paso atrás.
Los homosexuales hemos ganado los derechos que no teníamos y que son buenos para toda la sociedad. Que yo tenga el mismo derecho a casarme que cualquier señor de estos políticos que dicen que no lo tengo, es bueno para la sociedad, porque significa que todos tenemos los mismos derechos y construyen sociedades que son mejores, más justas y más iguales. Mis derechos no le quitan derechos a nadie.
Entonces, ¿por qué tenemos que volver a hablar de cosas que ya estaban superadas? Es muy preocupante y más si lo unes con las banderas, el ver quién la tiene más grande o quién grita más. Hay que seguir luchando por nuestros derechos como lo hice yo hace veinte años, cuando luchaba por una ley que está ahora otra vez en tela de juicio.
¿Alguna vez imaginó que después de todo lo conseguido en algún momento se darían pasos atrás?
Nunca lo pensé. De todas formas, afortunadamente ahora son solo gritos desde la caverna, de momento es muy poco probable. Digo de momento porque pensaba que ni si quiera se iban a escuchar esos gritos ya se escuchan. No son muy fuertes pero se oyen. Creía que los derechos conquistados no se podían perder y confío en que no se perderán, pero hay que salir a la calle a defenderlos.
Y más esta semana, en la que se celebra el Día de la Mujer...
Sí. Esta semana hay que estar con las mujeres más que nunca. Las mujeres tienen que salir a la calle en tromba, los hombres con vosotras, pero tenéis que salir en tromba porque van a por vosotras también. Quieren tener a las mujeres en casa, sometidas, obedeciendo, porque es lo que les gusta. No les gustan las mujeres iguales, libres, poderosas, jefas y hay que luchar.
¿Estamos haciendo bien los medios dando cobertura a esta ideología extremista?
Para mí en este caso sí. El discurso lo tienen muy claro y está bien que todo el mundo lo conozca. Creo que no se está exagerando ni se está haciendo altavoz, porque además ellos no tienen complejos en gritarlo. Es bueno que sobre todo para los jóvenes, a los que a veces veo un poco en el limbo, especialmente a los que tengo cerca, porque son gente que quizás va a votar por primera vez y tienen que saber que hay quienes se plantean decidir sobre sus cuerpos.
Volviendo al estreno de 'Bake Off España', ¿por qué debe el espectador sentarse a ver el programa?
Porque es la mejor opción del miércoles, tiene todos los ingredientes para disfrutar de una gran competición de talento sobre postres, para que te vayas con un sabor dulce a la cama. Tiene humor, tensión, lágrimas, sacrificio, compañerismo y todas las recetas van a estar en la web de Cuatro para todo el que quiera convertirse en pastelero. Incluidas las que hago yo, que hago alguna. El que no sepa nada de pasteles también va a aprender porque yo voy a ser la prueba viviente de que sin tener ni idea se pueden hacer cosas que dejen a tus invitados con la boca abierta en poquísimo tiempo. Si en tantos países les ha gustado, seguro que aquí les chiflará.