Como cada semana, Jorge Javier Vázquez aprovecha su columna en Lecturas para valorar el día a día televisivo, tanto en lo que le concierne a él como a la actualidad general del medio.
Por una parte, el showman ha querido hacer balance de El diario de Jorge, después de algo más de dos meses en las sobremesas de Telecinco. Algo más de dos meses en los que el programa parece haber ido asentándose y experimentar una lenta mejora en sus datos, acercándose al 8%. Sin ir más lejos, este martes anotaba un 8.6% de cuota de pantalla, su mejor martes hasta la fecha. En todo caso, el presentador ya había insistido con anterioridad en el cambio de actitud con respecto a las audiencias, y vuelve a hacerlo esta vez.
“Desde hace un par de semanas he puesto en marcha una rutina que me está dando la vida: desconecto el móvil cuando me voy a dormir. Cerrado. Como si estuviera muerto. Desde que estrené El diario de Jorge esperaba las audiencias con ansiedad. Incluso con miedo. Salen a las ocho y si no me las mandaban inmediatamente me echaba a temblar. Hasta que dije: ”Se acabó“. Parece una idiotez pero desde entonces vivo mucho más tranquilo”, afirma Vázquez, que considera que “mirar el dato más tarde le resta peso, trascendencia”.
“Ahora miro la audiencia como quien mira los números de la bonoloto. Con esperanza. También es verdad que tenemos motivos”, afirma destacando que se siente a gusto con el programa, porque le ha provocado ese cambio de dinámica: “Me gusta El diario de Jorge porque los resultados exigen constancia y paciencia, cualidades de las que siempre he ido escaso”.
La llamada “errática” de Carmen Borrego es “maná televisivo”
Saliendo de lo que le atañe, Jorge Javier también ha querido comentar una de las controversias más recientes y chispeantes de Telecinco en los últimos tiempos: la del cisma entre Carmen Borrego y su hijo, José María Almoguera. Lo ha hecho reflexionando, con cierta sorna, sobre el comentado episodio vivido en De viernes el pasado día 4 de octubre, cuando la tertuliana de Mediaset intervino por teléfono en el programa, durante la entrevista a su hijo.
La propia Borrego ha pedido perdón por dicha llamada, que incomodó a los presentes en plató, el propio Almoguera y Terelu Campos incluidos, y que ha recibido críticas hasta del universo Sálvame. María Patiño afeaba que se hubiese dejado participar en el directo a la realizador “en tales condiciones” (cabe decir que la aludida reiteró que ella no fue quien hizo la llamada, sino que contactaron con ella) y consideró que se ha sido más permisivo con De viernes de lo que se hubiera sido con Sálvame de haber albergado un momento así.
Vázquez opta por dejar de lado la polémica sobre el programa en sí, y se centra en el juego que da a nivel mediático la familia Campos. “Dicen que puedes salir del barrio pero que el barrio nunca sale de ti. Pasa lo mismo con el apellido Campos: por mucho Almoguera que seas, date por sentenciado si luego viene un Campos”, dice sobre un apellido que “implica tener una clara predisposición a una exposición mediática complicada y contradictoria”.
De la llamada dice, a las claras, que “no estuvo bien”. De hecho, considera que fue “errática y lastimera” aunque también sea “maná televisivo”.
“Una mala noche de una Campos significa semanas de bonanza para toda la parrilla televisiva. Con las Campos: cuando peor estén, mejor para todos”, dice, repitiendo un mantra que ya ha pronunciado con anterioridad, y que ahora hace extensible a José María, de quien predice que “siguiendo la estela familiar, nos va a dar muchas tardes de gloria”.