¿En qué ha consistido su colaboración dentro de esta adaptación?
Mi colaboración ha consistido en leer los guiones, y que no se pierda la línea con la novela. He vuelto locos a los guionistas con mis notas. También mi empeño fue que Irene [Escolar] fuera la protagonista. Yo siempre lo tuve absolutamente claro, y di muchísimo la lata. Siempre pensé que no podía ser otra actriz.
Es más, si no hubiese sido Irene, yo no hubiese querido que se hiciera la serie porque realmente no veía a otra actriz en el papel de Amelia. Es una mujer con muchísimo talento. Tiene muchos resortes, se ha implicado muchísimo. Y ella también se ha implicado en la elaboración del guión. Lo cual ha sido una suerte porque hemos estado bastante en sintonía. Para mí era una desconocida.
¿Cuando escribió el libro imaginaba a Amelia físicamente?
Claro. Cuando tú escribes pones colores, rostros a los personajes mientras vas describiendo. Por tanto, se trataba de imaginarte cómo podía ser Amelia, y tenía que ser la Amelia que yo había imaginado. Y la única actriz que yo veía que podía ser era Irene.
¿Y más allá de rasgos físicos?
Irene tiene una enorme personalidad. Es una mujer que es muy inteligente. Es una mujer culta, sensible, y tenía todos los registros para poder hacer un personaje tan complicado, tan poliédrico y contradictorio como lo es la protagonista de mi libro.
¿Y cuáles son esos rasgos que definen a Irene como esa mujer?
Yo creo que es una persona valiente en una época muy complicada. Es una mujer que coge las riendas de su vida aunque sea para equivocarse, pero que es capaz de cogerlas en una etapa de la historia en la que las mujeres no teníamos las riendas de nuestras vidas.
Entonces yo creo que lo que la define es por una parte esa fortaleza, y al mismo tiempo el tener que luchar contra todos los prejuicios de una educación y los códigos de una época que ella va quebrando con su actuación.
¿Qué preguntas le ha hecho Irene sobre la novela?
Con Irene hemos comentado sobre todo su interés por el personaje. De cuales eran las motivaciones de ese personaje. Que yo le explicara cuál era el alma de ese personaje.
¿Va a asistir al rodaje?
No no, porque yo soy respetuosa. Mi aportación termina con los guiones, hacer sugerencias, el decir por aquí no, esto no refleja bien lo que hace Amelia. Pero yo no creo ser quien para meterme en el trabajo de los profesionales.
Estoy muy tranquila con el rodaje. Muy muy muy tranquila. Yo creo que Eduard [Cortés, director de la serie] es un hombre muy tranquilo y a todos nos ha contagiado su tranquilidad. Y eso ha sido muy importante en un proyecto tan publicado como este.
Yo voy a ir a los rodajes pero por curiosidad. Porque me hace ilusión. Pero vamos, que iré un día o dos días, no voy a estar allí siempre.
¿Le han planteado algún cameo?
No no, y yo no me lo he planteado. Ahora, no me imaginaba la vocación de actores y actrices que tienen la mayoría de mis amigos porque, desde que saben que se va a hacer la serie, todo el mundo me llama. “Oye yo quiero hacer un cameo, yo quiero salir.”
Yo decía, pero bueno, tenéis todos una vocación oculta... El único que ha pedido hacer un cameo ha sido mi hijo, y mi hijo hará un cameo en una escena de estudiantes. Cuando están en Berlín, la parte final del libro, que hay un grupo de amigos estudiantes de Fede. Mi hijo estará sentado en un pupitre en la universidad, hará bulto.
¿Qué es lo que más le ha sorprendido de todo este proceso?
Ha sido un proceso complicado, porque efectivamente te das cuenta de que pierdes el control de tu obra porque tiene que trasladarse a un lenguaje diferente. En que ya no es solo lo que dicen los personajes, hay que visualizarlo, hay que acompañarlo. Y es complicado para un autor ver cómo, de alguna manera, pierdes el control sobre tu propia obra. Quizá por eso yo siempre me he resistido a que mis libros los lleven a la tele o al cine.
¿Te preocupa cómo pueden percibir eso los espectadores y los lectores?
Me preocupa que puedan verla de una forma distinta los lectores. Dime quién soy es una novela muy especial para muchos lectores. A mí todavía se me acerca mucha gente para decirme que Dime Quién Soy ha sido la novela de su vida.
Me pasa en España, en América Latina, en Italia, Alemania, Polonia, en tantos y tantos países donde ha llegado la novela, que la gente se me acerca a decir que para ellos Dime quién soy significó algo especial.
Entonces yo lo que he estado haciendo todo el tiempo es defender a mis lectores. Yo podría haberme desentendido y decir, bueno, ya está, que mis lectores reinterpreten la serie como crean. Y por eso he sido especialmente pesada, porque yo siempre pensaba en mis lectores. Cada vez que me encontraba con algún lector y me hablaba de Dime quién soy, ese día, como tuviese reunión con José Manuel, me amargaba el día.
¿Cómo ve este fenómeno, el de las adaptaciones?
Tengo que confesar que debo de ser la única que no he visto Juego de Tronos. También tengo que confesar que veo muy pocas series. Yo no veo mucha televisión, veo mucho los informativos pero yo prefiero leer.
A mí hay una serie que me encanta, que es The Crown. Yo siempre a José Manuel le decía que nuestro objetivo tenía que ser hacer una serie de esa calidad. De esa elegancia, a mí es una serie que me parece perfecta.
Juego de Tronos no la he visto, y tampoco tengo mucho interés en verla, pero The Crown era mi referencia.
¿Y cómo se resume el personaje de Amelia en capítulos? Porque el personaje de Amelia es muy complejo.
Es verdad que ha habido que reducir mucho la novela, parte de la novela no va a estar pero yo de eso no entiendo. Manuel lo explica muchísimo mejor. Ahora para vender las series, lo que te exige el mercado es tener unos 12 o 16 capítulos, pero ahora estas series internacionales no pasan de los seis.
Entonces yo ahí ya si que no me meto. Digamos que ese ya no es mi negocio.
De otras novelas que ha escrito, ¿cuál más cree que podría ser adaptada?
Nunca pienso en mis novelas en términos de que se puedan llevar al cine o a la televisión. Es verdad que aquí hemos tenido algún acercamiento a la editorial y me lo han planteado, pero yo he dicho siempre: “Mira, no”.
Si no hubiese sido José Manuel [Lorenzo, productor de la serie], que yo no conocía pero es muy amigo de un buen amigo mío y no me hubiese dicho, oye, habla con José Manuel, yo creo que no lo habría hecho.
Luego para mí es una garantía molesta, tener una compañía como Movistar detrás, que es verdad que están apostando por la calidad, primando la calidad sobre otras variables. Para mí también eso es motivo de tranquilidad.
Yo escribo, mi compromiso es con los lectores. Yo pienso en ellos, nunca pienso en que se lleve un libro mío a la tele. Este proyecto ha sido un proyecto que ha cumplido muchas cosas, pero no tengo especial interés en que se lleve una novela mía a la tele o al cine. Mi mundo es el escribir.
De todos los géneros de la literatura, ¿en cuál se sientes más cómoda?
Pues en el que hago, en la novela. A mí me gusta, me siento cómoda escribiendo ese tipo de novelas río. Tengo una fascinación por los escritores de finales del siglo XIX, sobre todo con los escritores rusos de finales del XIX que te cuentan una historia, pero para contártela al mismo tiempo te reflejan una época.
Todos somos hijos de la época en la que nos toca vivir, y si tú no cuentas el telón de fondo en el que trascurre la historia, no entiendes nada. Si tú lees Anna Karenina, nada de lo que hace Anna tendría sentido si no es en el contexto en el que le toca vivir. Yo siempre tengo especial cuidado en que el escenario esté bien contado y bien construido.
Yo no hago novela histórica, yo hago novela de personajes. Y todas mis novelas transcurren en el siglo XX, por lo tanto no hago novela histórica. Pero dicho eso, es verdad que cuido mucho el contexto en el que transcurre la historia porque, lo que decía antes, todos somos hijos de nuestro tiempo.
A Amelia tú no la puedes comprender si no es con los parámetros que le toca vivir, si no la sitúas en los años previos a la caída de la II República Española, si no la sitúas en la Guerra Civil, si no la sitúas en el Moscú de Stalin, en esos momentos.
¿Hay algún posicionamiento ideológico en la obra?
El siglo XX es el que yo mejor conozco, yo he vivido el siglo XX, vosotros también. No se debe a mis años. Es un siglo en el que yo me siento cómoda contando mis historias.
Me siento más cómoda intentando contar como es una mujer de ese siglo que si te intento contar como es una mujer del siglo XV. Por eso yo escribo novela contemporánea.
Algunos de mis personajes se describen clarísimamente desde el punto de vista ideológico. Yo creo que cualquiera que lea mis novelas sabe muy bien lo que yo pienso de todo. Y el que no lo sepa, lo sabe por mi papel como periodista. Yo creo que no hay sorpresas. no intento decirle a los lectores lo que tienen que pensar. Yo cuento una historia y el lector que piense lo que quiera de esa historia y de las motivaciones de los personajes.
Últimamente estamos viendo muchas adaptaciones. ¿A qué se debe esa búsqueda de la televisión en el mundo de la literatura?
No tengo ni idea. Las motivaciones del mercado, del por qué buscan novelas para llevarlas a la pantalla, es algo que vosotros sabréis mejor que yo que estáis ahí todo el día.