Kiko Rivera visita 'Secret Story' tras su reciente cruzada contra varios programas de Telecinco
La vida puede dar muchas vueltas. Y si no que se lo digan a Kiko Rivera, que este jueves se dejará ver por Secret Story apenas tres semanas después de haber cargado públicamente contra otros dos programas de Telecinco, Sálvame y Socialité. por informar de un supuesto acercamiento entre él y una joven de Matalascañas, ciudad en la que el DJ estaba componiendo sus nuevas canciones.
Tal fue el cabreo del hijo de Isabel Pantoja que a raíz de estas informaciones empezó una cruzada pública contra ambos formatos. De Sálvame dijo, para empezar, que estaba “cortito de audiencia” y que se iba “al carajo”, mientras que reaccionó de la siguiente manera a la guardia que un equipo de Socialité hizo a las puertas de su casa: “Viva Antena 3. Me mola mucho y lo veo muchísimo. Veo Tu cara me suena, lo de las máscaras, mola mucho...”
En aquellos días, que se remontan a mediados de octubre, Kiko Rivera también pidió a Sálvame que no le llamaran más porque no iba a volver a su plató. Una sentencia que no pasó desapercibida para El programa de Ana Rosa, donde primero dieron a entender que el ex-superviviente acabaría sentándose en el Deluxe y días después aseguraron que no lo hizo por una cuestión de dinero. Razón que más tarde corroboró Belén Esteban en Sálvame. “Que no diga que le dejen de llamar cuando quiere venir por un precio”, dijo la tertuliana, que cifró en 60.000 euros el caché que, supuestamente, habría pedido el hijo de la Pantoja para acudir a Sábado Deluxe.
Y tras toda esta tormenta llegamos a este jueves 4 de noviembre, día en el que Kiko Rivera visitará la casa de Secret Story. Pero no para hablar de su vida privada, sino para brindar una actuación a los concursantes del reality, tal y como ha informado Telecinco en un comunicado. Quién sabe, quizá aproveche su paso por el programa para promocionar uno de sus nuevos temas. Uno de esos en los que estuvo trabajando en Matalascañas, la ciudad donde comenzó el último y convulso capítulo dentro de su larga relación de amor-odio con Telecinco.