“Lo que más me sorprendió fue lo jóvenes que eran y todo lo que tuvieron que pasar para decidir formar una organización así”. Patrick Criado explica con estas palabras lo que ha sentido al encarnar a Txema, uno de los primeros miembros de ETA en la serie La línea invisible. Su compañera Anna Castillo coincide. En su caso da vida a Txiki, una antifranquista que se hizo responsable del aparato político y de la propaganda de la banda.
La convicción de este grupo de jóvenes les llevó a querer optar por la lucha armada y acompañar a su líder Txabi Etxebarrieta en los prolegómenos de lo que terminó siendo el origen de años de horror en España. Los seis episodios de la ficción están ya disponibles en Movistar+, en los que se pone el foco en el principio, el contexto, las motivaciones y los individuos responsables del “inicio de la tragedia”, como describe la actriz en el comienzo de la propia producción.
Ambos intérpretes son conscientes del componente inédito de La línea invisible, al abordar un momento histórico del que no se ha hablado demasiado. Avanzan además que no está “no está contado desde una perspectiva política”. Criado viaja a la España de los 60 tras la segunda temporada de Vivir sin permiso y tiene pendiente Antidisturbios con Rodrigo Sorogoyen, mientras que Castillo aterriza con Paquita Salas, Estoy vivo y Vamos Juan a sus espaldas.
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'La línea invisible' explica el origen de ETA desde la ficción. ¿Cuál es la labor de vuestros personajes en el inicio de la banda?
Anna Castillo: Txiki entra en la organización siendo muy joven. Es la única chica de la banda, algo que hace interesante al personaje porque es una más y se la trata como tal. Es novia de otro de los integrantes del grupo, Maxi. Se queda embarazada y eso le genera un conflicto moral, al tener el dilema de estar creando vida dentro de una organización que habla de quitarla.
Patrick Criado: Txema entra en la banda gracias a Txiki, justo antes de que empiece la lucha armada. Es el brazo ejecutor, un tipo que ejecuta órdenes sin plantearse por qué una u otra. Confía plenamente en sus compañeros, es leal a ellos y a la causa. Un perfecto soldado.
Contar el origen de ETA no es tarea fácil, teniendo en cuenta lo poco o nada que se ha hecho hasta ahora. ¿Cómo pensáis que lo va a recibir el público?
PC: Habrá de todo, pero por lo general va a ser bien recibida porque no es una serie que esté contada desde una perspectiva política. Está contada desde un lugar humano, desde la emoción, desde el corazón de estas personas y lo que sufrieron. Permite entender muy bien el contexto en el que todo ocurrió, que es esencial para conocer esta parte de la historia de España, entender a nuestro país y lo que hemos atravesado.
AC: Es importante hablar del origen de ETA. Todavía no se ha hecho y hay que empezar a hacerlo para tener conocimiento de lo que fue. En ese sentido es una serie histórica.
¿Qué es lo que más os ha sorprendido a vosotros mismos al meteros en la piel de los que fueron los primeros etarras?
PC: La juventud. Lo jóvenes que eran estas personas y lo que tuvieron que pasar para decidir formar una organización así. Si miras a la gente de 19 años de hoy en día, no te imaginas que pudieran organizar algo así. Es necesario entender por lo que tuvieron que pasar para que con 18, 19 e incluso 17 años tuvieran la necesidad de crear una organización que fuera en contra del franquismo y de toda la opresión que vivían.
AC: El País Vasco estuvo muy oprimido en esa época. Eran chavales que buscaban justicia. Todo nace de la injusticia realmente, nunca una acción de este tipo nace de otra cosa que no sea injusta. Me sorprendió también lo jóvenes que eran, lo mal que lo tuvieron que pasar no antes de crear la organización, sino durante. Toda esta cosa de estar escondidos, continuamente en peligro, cerca de morir todo el tiempo. Que les pillaran, lo que podía pasar y cómo se hermanaban entre ellos.
¿Pensáis que es una situación que se podría repetir si se instaurara una opresión semejante?
AC: Sí, no me parece tan descabellado si de repente volviéramos a sentir la opresión y castración que hubo durante esos años. Espero que nunca evolucionara como evolucionó, que aprendiéramos también un poco de la historia, pero me creo completamente que surgieran grupos anti un sistema opresor.
Si se diera tal caso, ¿sería inevitable la violencia a la que ellos tuvieron que llegar para defender su lucha?
AC: Es lo que pido en mi cabeza, que si esto volviera a pasar en algún momento, ojalá aprendiéramos de nosotros mismos y de la historia que nos precede para no cometer los mismos errores hasta llegar a los atentados y al terrorismo.