A la hora de pensar en la historia de laSexta, lo normal es separarla en dos etapas bien diferenciadas. Una primera, más variada e informal, en la que tan pronto podías ver a Andrés Montes preguntando por las llaves a Salinas como a Jordi Évole montando 'follón' por toda España. Y una segunda, la actual, donde Ferreras vive las jornadas electorales como noches de Champions y la práctica totalidad de la parrilla gira en torno a la actualidad informativa.
Las diferencias entre una y otra etapa son, por tanto, muchas y muy diversas. Pero ambas, a su vez, comparten un mismo punto en común: la importancia que los nombres propios tienen en ellas. Es decir, que la primera etapa no se hubiera entendido sin Montes, Évole o Ángel Martín como la actual no se entiende sin Ferreras, Ana Pastor o el propio Évole, que se mantiene desde el principio.
Evidentemente, este carácter “personalista” no es exclusivo de laSexta, pues todas las cadenas de televisión dependen en mayor o menor medida de los rostros que la componen. Sin embargo, cuesta encontrar un canal que haya hecho tanto hincapié en convertir a sus presentadores en marcas a lo largo de su historia. Y esto se ve en un pequeño detalle. En los 15 años que lleva en emisión, una de las prácticas más comunes de laSexta ha sido la de nombrar a sus programas basándose en los nombres de sus presentadores, consiguiendo con ello que estos últimos se conviertan en piezas insustituibles y, por lo tanto, en la razón de ser de sus propios formatos.
Un ejemplo de ello lo hemos visto este mismo año con Liarla Pardo, que dejó de emitirse en cuanto su presentadora, Cristina Pardo, dejó de conducirlo para liderar la nueva etapa de Más vale tarde junto a Iñaki López. Y lo hemos visto también en el pasado con un sinfín de formatos de toda índole. De hecho, para cubrir el hueco en parrilla de Liarla Pardo, laSexta ha optado por seguir la misma estrategia y este domingo (15:30h) estrenará La Roca, encabezado Nuria Roca. Es decir, otro programa que debe su nombre a su rostro principal. Una práctica anecdótica o superficial, a simple vista, pero que para laSexta se ha convertido en toda una seña de identidad.
Buenafuente, Flo y Pocholo abrieron la veda
Para encontrar los primeros ejemplos de esta tradición hay que remontarse a los inicios de laSexta, allá por 2006. Como decíamos al principio, la cadena poco se parecía entonces a la actual, pues en aquella época la actualidad informativa se reducía prácticamente a los informativos de mediodía y tarde. El resto de la parrilla la formaban programas de los más variopinto, entre ellos El Club de Flo y Pocholo Ibiza 06, dos de los primeros casos de formato que debían su nombre a sus respectivos presentadores: Florentino Fernández y Pocholo Martínez Bordiú.
La estrategia pasa por compensar con rostros conocidos la falta de esas grandes marcas que solo se construyen con el paso de los años. Flo, recordado entonces por El Mississippi y El Informal, y Pocholo, que gozaba de gran popularidad tras su paso por Hotel Glam, Aventura en África (la edición de Supervivientes emitida en 2005 por Antena 3) y Crónicas Marcianas, suponían un buen ejemplo de ello. Igual que Buenafuente, que llegó en 2007 tras su etapa previa en Antena 3.
Alessandra... solo sexo (2007), presentado por la sexóloga Alessandra Rampolla; Cocina con Bruno (2007-2008), de Bruno Oteiza; Las tentaciones de Eva (2007), con Eva Arguiñano, Algo pasa con Marta (2010-2011), con Marta Torné; o Con Hache de Eva (2011), con Eva Hache, fueron otros programas bautizados con el nombre de sus presentadores en los primeros años de laSexta. Igual que El programa de Berto (2009), por nombre, el mejor ejemplo de formato que se vendía primero por su presentador, Berto Romero, y después por su contenido.
Évole, Arús y Nuria Roca marcan el presente de la estrategia
El personalismo de laSexta en aquella primera etapa parecía responder, por tanto, a la necesidad de promoción de la propia cadena. Ahora, en cambio, es un lujo que puede permitirse gracias a los aciertos cosechados en todo este tiempo. Ahí está Lo de Évole, por ejemplo, un nombre impensable de no ser por los 11 años de éxito de Jordi Évole al frente de Salvados. O Liarla Pardo, que en ningún caso se hubiese llamado así de no ser por el impacto de Cristina Pardo en Al rojo vivo. O incluso Expediente Marlasca, que aprovechaba la reputación de su presentador, Manuel Marlasca, en el terreno de la investigación.
Por su parte, Alfonso Arús llamó a su magacín Arusitys -ahora llamado Aruser@s- para no distanciarse del Arucitys que presentó durante casi dos décadas en 8tv. Tiempo que La Roca firmaría permanecer en parrilla, aunque por ahora ha de conformarse con ser el último programa de laSexta que debe su nombre a su propio presentadora, que se ha ganado este 'derecho' tras su buen hacer como sustituta de Pablo Motos en El Hormiguero, entre otros méritos televisivos presentes y pasados.
Por tanto, La Roca pasará a engrosar este domingo una larga lista de la que no forman parte emblemas de la cadena como El Intermedio, Jugones, Pesadilla en la cocina y Al rojo vivo, aunque reconozcámoslo, ¿quién no se ha referido a ellos alguna vez como “el de Wyoming”, “el de Pedrerol”, “el de Chicote” o “el de Ferreras”? Y es que, al final, lo de laSexta siempre ha sido una cosa de nombres propios.
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