✉️ Si te has emocionado con esta despedida...
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Late Motiv cerró el telón de su “televisión elegante” este jueves, 23 de diciembre, tras 6 años de emisión en Movistar+. La última entrega - la número 945- arrancó a ritmo del 'Your song' de Elton John, mientras repasó imágenes de momentos inolvidables que dejaba su historia catódica: desde entrevistas a Pau Donés, Verónica Forqué o Penélope Cruz, entre otros, hasta las actuaciones de Rosalía, Joan Manuel Serrat, los “descubrimientos” de Eva Soriano y David Broncano, las imitaciones de Raúl Péres y Cimas, memorias de confinamiento y retazos de monólogos de Andreu Buenafuente.
Seguidamente, el presentador arrancó su habitual monólogo con “mucha emoción contenida” y apostando por una despedida más profesional: “Hoy acaba Late Motiv. Cuando era más joven y más tonto solía dar un discursito en momentos así, pero ahora he aprendido que el trabajo que haces ya habla por ti. En este momento hace falta menos épica y más corazón”, señaló.
Para continuar con agradecimientos a quienes han formado parte del formato: “Seis años en los que me he reenamorado de este oficio y me he rodeado de mi equipo, el que quería que estuviera hoy aquí. Gracias a Movistar por hacerlo posible y a ustedes por elegir un momento de risa”.
Pero esa primera parte del último programa fue la única esperada para el presentador, porque el resto estuvo plagada de sorpresas, tan llamativas como emocionantes y casi directas al corazón de Buenafuente:
Pedro Sánchez: “Mi agradecimiento por promover la cultura”
El primero de los invitados sorpresa fue Pedro Sánchez que aparecía por videollamada ante la incredulidad del presentador. “Esto cuenta como asunto de estado ahora que has sido Premio Nacional de Televisión. Como cena de trabajo”, bromeó. A lo que Andreu respondía en la misma línea: “Aunque estás hablando con un catalán, esto no cuenta como mesa de diálogo”.
Y el presidente del Gobierno le dedicó unas palabras de “agradecimiento por promover la cultura” al conductor y a su equipo: “Muchas noches nos has hecho ir a la cama con una sonrisa. Es un don que tienes y quería reconocerlo”. Y Buenafuente las acogió con cariño y humor: “Le despido que tengo que hacer un programa y usted cumplir otro. Qué manía tienen los presidentes de comparecer por plasma...”
La hija de Buenafuente y Silvia Abril vestida de Niña de Shrek
Seguidamente, llegó la sorpresa “más bonita de la semana” para Andreu: por la puerta entraba Joana, su hija con Silvia Abril, disfrazada de La Niña de Shrek: “Esto no lo vi venir”, confesaba él emocionado.
A lo que la pequeña explicaba su visita: “La mama está confinada, y este es el último programa, así que vengo para sustituir a mamá”. El presentador, entre orgulloso y aterrado, le pedía que estudiara y no siguiera los pasos de sus padres. Silvia Abril también entraba por videollamada para hacer oficial el “relevo” de personaje.
Fue entonces cuando Buenafuente aprovechó para subrayar la importancia de tenerlas como apoyo: “Todo este tramo que hemos hecho con la famlia, en el que nos vinimos a Madrid y fuisteis mi apoyo, sin vosotras no lo hubiera podido conseguir nunca”. Abril intentaba contener las lágrimas, mientras Joana pedía a su padre que “practicara el humor inteligente, por favor”.
Serrat y el resto de colaboradores “en paro”
Joan Manuel Serrat no se quiso perder el final de un programa que se ha declarado fiel admirador del cantante. Allí tuvo una cariñosa charla con el presentador, sobre la vida, sobre la retirada de los escenarios y sobre el futuro de cada uno.
Y seguidamente, Buenafuente dio paso a todos los colaboradores del programa que aparecían sentados en el sofá, definiéndose como “gente en paro”. Así Javier Coronas, Berto Romero, Victoria Martín, Carlo Padial, Maldonado, Raúl Cimas, Pere Aznar y Raúl Pérez mostraron recuerdos que se llevaban de su paso. Para despedirles, el presentador agradeció su compañía: “Gracias por todo, pasarlo muy bien, sed felices y seguro que nos volvemos a ver”.
Y la entrega hizo su “chimpún final” con “la mejor banda de la tele” interpretando la canción al completo que siempre habían dejado a medias.