Laura Escanes visitó este miércoles Días de tele para hablar, entre otras cosas, de su trabajo en las redes sociales. La influencer, que cuenta con casi 2 millones de seguidores en Instagram, desveló unos de los detalles que más interesan sobre su profesión: el dinero que cobra por cada post patrocinado. “En mi caso, por un post con una marca pagado, pon unos 5.000 euros”, afirmó la catalana, puntualizando que no cobra esta cifra por todos sus post, sino únicamente por aquellos que son “patrocinados”.
“La mayoría son sin patrocinador. Son tuyos contando tu vida. Eres tú, digamos, alimentando una red para que piquen las marcas y vengan a contratarte”, señaló Julia Otero ante la respuesta afirmativa de Escanes. “Exacto”, dijo la influencer, que explicó que suele poner “poquitos” post patrocinados en su feed, pero que otra cosa son las stories. “Como son más dinámicas, y son momentos que duran 24 horas y no están permanentemente en tu perfil, [el valor del post patrocinado] se reduce. No son 5.000 euros porque [el patrocinio] no va durar permanentemente ahí”.
Su relación con Risto duplicó sus seguidores
Escanes, que el viernes disputará la final de la tercera edición de El desafío (Antena 3) contra Mariló Montero, Ana Guerra y Rosa López, también habló de la repercusión que tuvo en su carrera de influencer su relación con Risto Mejide. Concretamente, cómo su número de seguidores subió notablemente cuando se dio a conocer su noviazgo con el presentador de Mediaset, con el que rompió hace unos meses.
“El cambio fue muy de repente. Yo tenía 20.000 seguidores, que parecen pocos en comparación a los que ahora tengo, pero a mí en ese momento me iba fenomenal. Y de un día para otro, cuando todo salió a la luz, los dupliqué. Tenía muchísimos comentarios en todas las fotos y muchísimas críticas”, comentó a Julia Otero.
“Para mí, sin duda ese fue el cambio para poder llevarlo bien. Para que de repente no se me subiera nada ni para cambiar mi vida. Yo quería seguir teniendo mi círculo, mi familia, mis amigos y mi vida normal. Pero fuera había tantos estímulos distintos que a veces son difíciles de gestionar. Además, yo era muy jovencita, tenía 19 años.”
“Ha sido un cambio muy natural porque he ido creciendo con ello. Sí, fue de repente, pero considero que me adapto bien a los cambios e intento surfear un poco las olas que van viniendo. Aunque tampoco me esperaba tanto”, concluyó Escanes.