Pide a todos que se queden en casa

Lorenzo Caprile presta su ayuda para hacer mascarillas mientras sigue confinado en el hotel en el que vive

Redacción

Con prácticamente toda la actividad del país paralizada y el sector servicios bajo mínimos, muchos se han preguntado dónde estará pasando la cuarentena Lorenzo Caprile. El diseñador de moda, jurado en Maestros de la costura, vive desde hace años en la habitación de un hotel de Madrid, así que sus seguidores le han trasladado su inquietud ante esta situación.

Caprile ha respondido con un vídeo-mensaje publicado en su cuenta de Instagram en el que cofirma que está bien y hace un llamamiento: “Os agradezco que os estéis preocupando por mí. Estoy divinamente. Me permiten quedarme en mi habitación de hotel porque esta es mi casa. Y yo me quedo en el hotel donde vivo, que es mi casa”, ha confirmado el diseñador, que ha pedido a sus seguidores que no hagan “viajes absurdo o recados tontos”.

Caprile ha publicado otro vídeo para hacer una petición: “Se necesita tejido de algodón, con un mínimo del 70% de algodón, de cualquier color, y gomas para la confección de mascarillas”, ha explicado el coach de Maestros de la costura, facilitando a continuación dos formas de contacto para quienes puedan facilitar estos materiales. Además, dice estar dispuesto a pedir permiso para “montar un taller de campaña en el hotel” para producir mascarillas, según cuenta El Mundo.

También a través de Instagram, su compañera Raquel Sánchez Silva, presentadora del popular concurso de La 1, ha lamentado el fallecimiento de un familiar como consecuencia del coronavirus. “Hoy se me ha ido una mujer importante en mi vida y aunque ya era muy mayorcita, 83 años, creo que también le ha llegado demasiado pronto. Se llamaba Carmen y era una luz brillante y sonriente. Hablaba sin parar y se vestía y arreglaba cada día con muuucha dedicación. Era muy coqueta. Súper. La más coqueta de todas. Pequeña y chisposa. Activa. Buena gente, muy buena gente. Llevaba un tiempo algo triste pero siempre sacaba lo mejor cuando, cada jueves, traía croquetas a casa, jugaba y bañaba a mis hijos. Para ellos era su tercera abuela y así la llamábamos, abuela Carmen. Era muy fuerte pero esto ha sido demasiado fuerte como para muchos. Desde aquí mi abrazo profundo y sentido para todos los que están pasando la peor parte de esta etapa. Dormid abrazados al amor por todos los que son importantes en nuestra vida”.