Desde Vertele hemos inaugurado este viernes el Orgullo Diario Fest, un festival para celebrar la diversidad con un maratón de encuentros durante cinco jornadas en nuestro Instagram y el de eldiario.es. Y los primeros protagonistas han sido Javier Calvo y Javier Ambrossi, “Los Javis”.
En una charla en directo con nuestra redactora Laura García, hemos conocido qué hay que aprender de la lucha de las mujeres trans con el trasfondo del estreno del segundo capítulo de su serie Veneno Venenoeste domingo, en el Día del Orgullo, en Atresplayer Premium.
Desde la primera pregunta, Javier Ambrossi ha querido aclarar que su intención de visibilizar, normalizar y reflejar referentes del colectivo LGTBI “no parte como algo deliberado”, sino que ambos “estamos muy involucrados con ello en nuestro día a día y nuestra vida. Intentamos transmitir quiénes somos de manera natural”. El creador de Veneno, Paquita Salas y La Llamada ha reconocido con agradecimiento que están “muy influenciados por todos los referentes LGTBI que han venido antes”.
Javier Calvo, por su parte, sí ha asumido que “hay algo de compromiso con visibilizar y con contar historias que a nosotros nos habría gustado ver de pequeños”, pero enfocándolo siempre desde un prisma que supere las visiones que hasta ahora se habían tenido: “Escribimos historias porque nos gusta contar el mundo como nos gustaría que fuera”.
A ese respecto, Ambrossi ha explicado que en el caso de La Llamada “queríamos que fuese un musical sobre el respeto. Y la mejor manera de generar respeto es, primero, teniéndolo, y luego con tramas espejo como las de María y Susana, en las que no le quitamos el derecho a ninguna de las dos a vivir su vida como quieran”. En el caso de Paquita Salas, cuentan que su intención era “hacer un homenaje a todas las actrices que luchan y a las que el mundo se lo pone difícil”.
Por su parte, con Veneno, ambos afirman que tuvieron muy claro que querían contar esa historia. Ambrossi recuerda que fue “al leer el libro de Valeria Vegas, que es un referente que nos ha inspirado mucho”, y Calvo añade que “fuimos a la presentación, que estaba también Cristina. Cuando lo leímos lo supimos y en seguida pusimos en marcha el proyecto”.
A la hora de plasmarlo, Ambrossi cuenta que en todos los casos “no parte de un plan cuando estás escribiendo, sino que sale de dentro”, y ejemplifica con Veneno, en la que quieren reflejar “la lucha trans y de Cristina, que también es evidentemente inspiradora”. “Nos gustan los personajes que aportan y que creen que un futuro mejor es posible. Supongo que es lo que pensamos nosotros”, resume con positividad.
Al rememorar un tuit que publicó Javier Calvo para responder a un insulto homófobo, que le sirvió para defender lo necesaria que es una ficción como Veneno, el creador de la serie ha incidido en que “el momento en el que estamos nos recuerda que no podemos bajar la guardia. Porque en cualquier momento podemos perder todo por lo que han y lo que hemos luchado. Veneno nos recuerda cómo eran las cosas, y cómo no pueden volver a ser”Veneno .
Javier Ambrossi aporta también otro punto de vista sobre su serie, y que él mismo convierte en importante reivindicación: “VVeneno, que el discurso que decía que no había y que tenía que ser un señor con peluca es mentira. No sólo hay una en esta serie, hay muchas, hasta las figurantes lo hacen muy bien”.
Siguiendo su argumento, el creador de la serie insiste en que esa historia “es una patraña que nos hemos creído mucho tiempo y en todo el mundo”, y para ejemplificarlo da un referente audiovisual actual: “Hay un documental ahora en Netflix, Disclosure, que demuestra muy bien cómo se les ha convertido en objeto de burla”.
“Cuando uno echa la vista atrás es para avergonzarse”, zanja Ambrossi, antes de plasmar un deseo en voz alta: “Ojalá Veneno sirva para que el día de mañana, cuando se haga otro documental, se diga: sí había una serie que hizo las cosas bien. Me gustaría pensar que estamos siendo el faro de esta situación”.
Esa “historia” o “patraña” que Veneno desmiente ha provocado que las actrices y actores trans no hayan podido trabajar. Algo que ahora les sitúa en desventaja con el resto. Javier Calvo lo resume lamentando que “muchas veces los directores no se enteran de que tienen que dirigir a los actores. Todos tenemos que aprender, y muchas actrices y actores trans no han tenido esa oportunidad de aprender”.
Ambrossi encuentra una comparación clara: “También en su día se decía que una mujer directora no, que mejor un hombre”. Y con vehemencia y claridad, verbaliza lo que para él debería cambiar: “Es obligatorio que en todos los ámbitos todo el mundo puedan tener su lugar. No es valorable, es obligatorio”, señalando también el compromiso de productoras, de cadenas y de plataformas.
“Es una cuestión estructural. Para las cadenas, plataformas y productoras tiene que ser obligatorio que las personas trans puedan tener su lugar”, valora Ambrossi, poniendo otro ejemplo: “Kerry Washington, de Scandal, comentaba que ella había sido la primera protagonista negra de una serie de televisión. Con la enorme responsabilidad y presión que eso produce. Pero funcionó”.
Desde ese hilo, Javier Ambrossi aprovecha para asumir su parte de responsabilidad, y pedir lo mismo al resto del mundo de la ficción con un breve discurso que preferimos transcribir literalmente, y en el que también nos pide responsabilidad a los medios de comunicación:
“Los que tenemos voz tenemos que ser responsables y utilizarla. No vale ser un privilegiado y mirar para otro lado. 'Ay, es que yo tengo mi casa, y entonces sigo haciendo mi cine de lo que me interese'. No, perdona. Oblígate, mira quién trabaja contigo, quién está en tu equipo, quiénes son tus actores. Es fundamental exigirnos. ¿Quién hace tus productos contigo? Las pelis y las series no se hacen solas. ¿Estás ayudando a que dentro de 10 años las personas que trabajan contigo hayan subido en la escala social y sean jefes de departamento? ¿Estás ayudando a que haya una actriz trans que recoja un Goya o sea invitada a El Hormiguero o sea portada en El País Semanal? ¿Estamos ayudando a eso, o mientras yo esté bien me quedo tan ancho? Yo creo que nos tenemos que exigir mucho la gente que pertenemos al colectivo primero, y la gente que somos privilegiados más aún”.
En el caso de su serie, Javier Calvo celebra ver que “historias como la de Veneno tienen su hueco, tienen éxito y buenas críticas. Hay que demostrarlo, y lo estamos demostrando”, y valora especialmente que gracias a ella “se ha dicho basta ya de invisibilizar a los actores y actrices trans”.
Al cuestionarles si, como en el caso de Scandal, ellos también han notado esa presión por ser pioneros, Javier Calvo valora: “Teníamos presión, pero siempre está ahí. Era un añadido, pero valía la pena”, y Ambrossi amplía: “Había presión, pero también relajación. Presión porque no podemos cagarla al hablar sobre la lucha de un colectivo enorme. Pero también relajación de saber que no lo estás haciendo para ti y para tu ego como creador. El hecho de que hubiera un equipo tan grande, con Atresmedia detrás, relajaba. Y el día que se animen a ponerla en abierto, será maravilloso y habremos hecho historia de verdad”. Calvo se suma al reseñar que “creíamos de verdad en lo que estábamos contando, no era por el ego del creador”.
Tras su buena experiencia con el biopic de La Veneno, Ambrossi nos confiesa que “tenemos varias ideas, pero no hemos comprado los derechos, así que no lo puedo decir”, y Javier Calvo reconoce que “le hemos cogido mucho gusto a hacer biopics, porque la realidad siempre supera a la ficción”.
Los Javis también han querido aclarar por qué los capítulos de la serie están llegando con tanto retraso. “El coronavirus nos pilló a mitad de rodaje, y como es una miniserie se ruedan partes de distintos capítulos. Teníamos completos rodados los dos primeros; el segundo lo hemos terminado de montar en el confinamiento y por eso se emite. El dos es tan bueno que no lo querían guardar”, ha explicado Calvo. De momento siguen a la expectativa de poder retomar las grabaciones: “Ahora toca volver al rodaje. Ya veremos cuándo y cómo se puede” estrenar los demás, ha añadido Ambrossi.
Conscientes de que su posición les permite disponer de un altavoz, Javier Calvo aprovechó la gala de los Premios Feroz para denunciar el acoso y la falta de visibilidad que sufren las minorías. “En los colectivos más minoritarios, o que no hemos tenido una educación o referentes claros al crecer, nos hemos sentido muy solos. Y al ver en televisión una historia de un personaje gay o trans, puedes hacer mucho bien. Hacer que esa niña se sienta menos solo o sola”, ha destacado el intérprete. Por su parte, Ambrossi ha considerado que, pese a ser una cuestión “fundamental”, estamos yendo “muy despacio”: “Primero los gays, luego las lesbianas... pero el abanico de letras que quedan por representar es muy amplio. Nos tenemos que poner las pilas los que hacemos ficción”.
Ambrossi ha querido reflejar la importancia de este tema contando su propia experiencia: “Yo aprendí lo que era ser homosexual por Farmacia de Guardia. Porque iba a un colegio del Opus Dei que no me lo iba a enseñar, ni mi familia. Así que bendita Farmacia de Guardia. Si no, quién sabe, quizás me habría suicidado directamente. La televisión tiene que ser un espejo que nos represente a todos”.
Pese a lo mucho que todavía queda por andar, Los Javis también han destacado el trabajo que ya se está haciendo para dar visibilidad a las minorías y romper estereotipos: “Que Atresmedia nos haya dejado ser absolutamente libres en todo indica claramente que hay un montón de gente deseando abrir la puerta”, ha señalado Ambrossi.
Antes de despedirse, Javier Calvo ha querido insistir en su principal reivindicación: “También hay un montón de gente que sueña con acceder a puestos de equipo técnico, electricistas, de arte, vestuario, todos los departamentos, que también necesitan su espacio y tener su trabajo”.
De este modo, el cambio se produce en la raíz, como resume Ambrossi: “Es un reto estructural, que es el más grande y el que más cambia el mundo. Dejen entrar, rompamos los techos de cristal. Más representación delante y detrás de las cámaras, pero también en los despachos”.