Carol Rovira, antes del adiós a 'Amar es para siempre': “Teníamos ganas de apostar más por Luimelia”

Amar es para siempre ha sido una de las primeras series que ha dado la oportunidad a Carol Rovira de mostrar su talento en la interpretación. Tras ella, también estuvo en La Riera (TV3) y en Presunto culpable (Antena 3), pero fue en su regreso al serial diario cuando vivió en sus propias carnes la importancia de dar vida a un personaje de ficción que se convierte en referente para la sociedad.

Su Amelia es el 50% del fenómeno conocido como “Luimelia” que protagoniza junto a Paula Usero (Luisita) y que ha dado paso al spin off homónimo que este domingo estrena el segundo capítulo de la segunda temporada. Una apuesta inédita en una ficción de sobremesa que ha tenido tan buena acogida que Atresmedia la ha renovado por una tercera temporada.

Hablamos con la actriz sobre este “doblete” inusual que ha llevado a ella y a su compañera a tomar la decisión de dejar 'Amar es para siempre', precisamente cuando están en lo más alto de dicha vorágine. Rovira nos da detalles de esa despedida de la Plaza de los Frutos que se emitirá el próximo miércoles, también nos cuenta cómo ha vivido todos estos años la evolución del personaje “más importante de su carrera”, la química con su compañera, la reacción de los fans y sus proyectos de futuro.

¿Recuerdas cómo te llegó el papel de Amelia Ledesma?

Me llegó un verano, cuando estaba de vacaciones en una casa de montaña, me enviaron el casting. El otro día haciendo limpieza encontré el papel de la escena que me enviaron para interpretar y lo voy a guardar toda la vida porque no me esperaba para nada que ese texto que me preparé ahí mismo, me traería tantas alegrías y tanto amor. Ha sido el papel de mi vida.

Cuando leíste más información sobre el personaje, ¿te gustó desde el principio?

Cuando empecé a saber más sobre ella pensé que me parecía muchísimo a ella. Quería ser cabaretera, su manera de ser… me fascinó y creí que me podía salir bien. Me lo preparé y fui a la prueba en el plató de Amar vestida con tejanos pero con una mochila llena de ropa de vedette, porque la secuencia representaba que ella estaba en el camerino. Pero al ver al resto de chicas que iban todas normales para hacer la prueba empecé a dudar de si hacía lo correcto al ponerme unos pedazo de tacones, vestidazo con minifalda… me pareció exagerado. Me fui al baño, me miré al espejo preguntándome qué iba a hacer y finalmente me repetí una frase de mi madre: “Por demasiado que no sea” y salí vestida de vedette. Todos me miraban alucinados. Y cuando terminé de hacer la prueba Álvaro Haro [director de casting de la serie] me dijo que me sentara con él para hablar. Ese detalle me hizo pensar que le había gustado y que me iban a dar el papel. Fue todo muy bonito. En realidad, todos estos años lo han sido.

Sin embargo, tú aún no sabías que Amelia iba a evolucionar como lo ha hecho y que, junto a Luisita, ibais a convertiros en un fenómeno…

¡Qué va! Yo nunca me imaginaba, nunca, que esto hubiera llegado donde ha llegado. Está siendo una locura. Una no se lo espera de una serie diaria, con una historia lésbica que me parecía muy arriesgada porque el público creía que era mayoritariamente adulto. Creía que no lo entenderían o que lo verían con otros ojos. Y esto me ha demostrado que no, que muchísima gente joven ve la serie. Incluso la gente mayor lo vive de forma bonita. Al final ha provocado todo lo contrario a lo que yo pensaba mostrando una realidad que para mucha gente no era tan normal y la hemos normalizado.

¿Cuándo detectaste que los espectadores también se enamoraban de 'Luimelia'?

Creo que a partir del primer beso. Ellas dos empiezan siendo amigas y aunque Amelia tiene clara su inclinación sexual, Luisita no. Entonces empieza a sentir cosas por la otra y poco a poco se van enamorando. Y a partir de ese primer beso consensuado por las dos empezamos a ver tuits, a hablar con Paula de lo que estaba pasando… ese fue el comienzo de la locura [risas].

Para que funcione una pareja en la ficción, en la realidad tiene que vivir una buena conexión, ¿qué tal la química con Paula?

La verdad es que muy buena. Ha sido muy fácil trabajar con ella porque, por ejemplo, en Luimelia que trabajamos con tan solo una cámara, aunque ésta no te enfoque, el actor lo da todo igual que si lo estuviera haciendo. Eso es un indicio de que las dos vamos siempre a una, también el resto de actores. Es una manera muy generosa de trabajar. Ambas hacemos la escena y aunque no enfoquen a una, esa se emociona y está a tope para que la otra brille. No es algo tan habitual. Pero es un trabajo en equipo al 100%.

Después de la “locura” como dices que provoca 'Luimelia', ¿cómo te sentiste cuando os propusieron el spin-off?

Maravilla. Casi me explota la cabeza porque era el spin off de una serie diaria, sobre dos mujeres lesbianas y no sería de época, sino que contextualizábamos al 2020. ¡Fue muy fuerte todo! Luimelia ha sido un regalo: hay mucho amor, muchas ganas de contar esta historia pero con otros formatos, rompiendo la cuarta pared, es todo muy gamberro y muy valiente por parte de los guionistas.

Tras estos años tan “bonitos”, según los defines, ¿cómo tomáis la decisión de dejar 'Amar es para siempre'?

Ha sido un tema consensuado entre muchos. A veces hay tramas que se intentan alargar y creo que no hace falta con ellas. Más áun teniendo este espacio exclusivo donde podemos contar nuestra historia. Teníamos ganas de apostar más por Luimelia, de hacer otros proyectos, con otros personajes… todo es compatible pero hay que saber canalizar la energía. Fue muy duro pero está bien soltar a tiempo.

¿Dar vida a Amelia, te ha subido las ofertas de trabajo?

No me han ofrecido más papeles pero sí que al ir a los castings ya me conocen, que eso es mucho. Tenemos que ir sembrando porque no regalan nada, pero visibilidad sí que me ha dado.

¿Cómo va a ser la despedida de 'Amar es para siempre'?

Dejamos la puerta entreabierta, de alguna manera no son personajes satélite, así que la vida da muchas vueltas y siempre pueden volver por Navidad o dentro de unas temporadas… Lo bonito es que no ha sido un final cerrado.