'Maestros de la costura 5' expulsó a otro de los “novatos” y vivió una reconciliación con beso final
La cuarta entrega de Maestros de la Costura 5 fue una de las más emotivas de la edición, hasta la fecha. La emisión de la visita de Verónica Forqué - que se grabó antes de su fallecimiento- mostró a unos concursantes y jueces emocionados por verla, y a ella alegre por colaborar.
Tras su salida, Lorenzo Caprile, María Escoté y Palomo Spain decidían que fuera Jesús - uno de los nuevos concursantes- el que se marchara del taller, por haber presentado una prenda “muy floja”.
Todo ello, en un programa en el que Lluis y Pablo confirmaron su relación fuera del programa y hasta su ruptura temporal. Sin embargo, tras una prueba de eliminación que el “novato” bordó, el catalán bajó del palco para felicitarle y pedirle una segunda oportunidad que sellaron con un beso.
Prueba de habilidad con el brillo de Pablo y el error de Caterina
Los jueces presentaron la primera prueba “para divertirse”. La modelo y actriz Daniela Santiago (que ha dado vida a la Veneno en la serie de Atresplayer Premium) y se ha convertido en musa de Roberto Cavalli, visitó el taller junto a otras drags.
Con ellas de visita, los aprendices tuvieron que realizar un nuevo estilismo “cuidado, trabajado y pensado a la altura de las drags” en 30 minutos. Eso sí, con cuidado de no cruzar la línea del “disfraz ni las mamarrachadas”, sino mejorar lo que traían.
Pasado el tiempo, el trabajo de Isabel provocó los halagos del jurado por estar “elegido todo con muy buen criterio”, como el “lookazo” de Pablo inspirado en la Pantoja, el de Navarrete que también mejoró lo que traía su drag y el de Judith que demostró haber encontrado su sitio al acertar con un vestido de María Escoté.
Mientras el trabajo de Borja fue criticado por apostar por “lo evidente”, la prenda de Jesús también se quedó “pobre al no soltarse la melena”, Lluís presentó una “madrinona terrorífica”, Caterina disgustó por la prenda “sin sentido” que cosió y Lili se limitó a hacer “un apañito”.
Tras las valoraciones, el aprendiz con mejor puntuación fue Pablo y el último puesto se lo llevó Caterina.
Prueba de exteriores con un reto inédito
Los aprendices viajaron hasta La Alberca (Salamanca) para aprender a coser y bordar los trajes-joya más valiosos y antiguos de Europa. Se dividieron en dos equipos para hacer una réplica de un traje de vistas, el vestido de novia tradicional de La Alberca desde el siglo X, compuesto de varias capas como el manteo, la mandila, el ceñidor, el jugón y la toca, en solo 200 minutos.
Pero para mayor complejidad, les prohibieron que hubiera jefe de taller y por primera vez en la historia del talent, los aprendices tuvieron que coser todo el vestido puntada a puntada, sin máquinas. Pablo se ocupó de formar los dos equipos: el naranja lo compuso con Pablo, Borja, Lluis, Lili y Caterina y el verde con Eduardo, Judith, Isabel y Jesús.
Durante la prueba, Navarrete se indignó al pedirle al equipo contrario “un poco de paño” y recibir una negativa por respuesta. Tampoco le fue bien a Caterina al hacer un “error garrafal” en la falda y ser señalada por sus compañeros. Pero, con todo en contra, acabó el tiempo y lograron salvar la prueba sin precedentes.
Los jueces señalaron tres grandes fallos: la elección de tejidos, también el “trabajar a ciegas” sin estudiar los trajes antes de confeccionarlos y el desinterés general. Por todo ello, la decisión fue que todos fueran directos a la prueba de expulsión. Eso sí, Lluis e Isabel obtuvieron la felicitación del jurado por su trabajo.
Prueba de expulsión con Verónica Forqué y el adiós de Jesús
En la última prueba de la noche, los aprendices - excepto Lluis y Caterina- se jugaron la permanencia dando una segunda vida a prendas estropeadas, deterioradas o encogidas por la lavadora, convirtiéndolas en otras totalmente nuevas, pero que a la vez fueran exclusivas, sostenibles y artesanas.
Todo ello, con la visita de Verónica Forqué al taller (que el programa no recortó como ocurrió con Masterchef, sino que prefirió dejarla) como homenaje a la actriz, con el beneplácito de su familia.
Tras un trabajo bajo mucha presió y contrareloj, los aprendices mostraron sus prendas. A Borja le aceptaron el trabajo pero también la falta de “una perfecta ejecución”. Jesús hizo un trabajo “justito” por el temor al ridículo. A Navarrete le felicitaron por una prenda de señora “bien hecha”. Lili demostró “frescura y creatividad”. Judith apostó por un diseño “cuqui” acertado pero le pidieron algo más “guerrero” también. Isabel decepcionó con una prenda “sencilla y muy básico”. Pablo les “alucinó” con su apuesta que mostraba totalmente su identidad.
Unas valoraciones que acabaron con la siguiente decisión: “El aprendiz que abandona el taller es Jesús”. El ya ex concursante se abrazó con sus compañeros y agradeció la oportunidad: “Gracias a todos por hacerme crecer como persona, al final nos tenemos que caer y levantar, para madurar y crecer. Me voy triste pero mis compañeros son la caña”, aseguró.