La actriz Manuela Velasco denuncia insultos y agresiones de los taxistas durante la jornada de protestas
Manuela Velasco ha denunciado haber sido agredida verbalmente por un grupo de taxistas cuando regresaba a su domicilio procedente del rodaje de Traición, en un coche de la producción. La actriz ha relatado el Instagram el incidente, que ha tenido lugar durante la jornada de protestas de los conductores contra la actividad de Uber y Cabify.
“En estos días escucho y comprendo las reivindicaciones de los taxista y la huelga de hoy”, escribía la intérprete, quien afirmaba no haber utilizado ninguna de las dos empresas privadas de transporte mencionadas.
“Por eso me duele profundamente que esta mañana, cuando un compañero del servicio de transportes de la productora con la que estoy trabajando en televisión, y que lleva con nosotros más de cuatro años, me ha dejado en casa después de trabajar, un grupo de taxistas nos han agredido”, explicaba.
Insultos e improperios machistas
Velasco puntualizaba que los manifestantes habían atacado al vehículo en el que se desplazaba y que tanto el conductor de Bambú Producciones como ella habían sido increpados, “sin preguntar primero” si se trataba de un servicio privado.
Entre los “lindezas machistas” e insultos que cuenta haber recibido, cita algunos como “Comepollas”, “Vete a comer pollas a Antena 3, pesetera” y “Ya nos vamos a encargar de que nadie te vea en la tele”. Además, agrega, “han golpeado el coche de mi compañero y nos han tirado huevos y objetos”.
Apoyo de actrices y actores: “Vergüenza”
La publicación de Manuela Velasco no ha tardado en ser difundida por numerosos compañeros de profesión, que han hecho suyas las críticas de la actriz.
“Aunque fuera un Cabify sigue siendo el objetivo equivocado. Vayan a los empresarios no a los clientes y trabajadores”, les reprochaba Nathalie Poza, compañera de reparto de Traición, en un mensaje luego compartido por Tristán Ullóa, Olivia Molina, Cristina Brondo o el propio productor de Bambú, Ramón Campos. “Cuando uno tiene razones pero pierde la razón. ¡Qué vergüenza!”, les afeaba también Israel Elejalde.
