María Teresa Campos ha concedido sus primeras declaraciones tras recibir este mediodía el alta médica. Sentada en una silla de ruedas y con gafas de sol, la veterana presentadora ha comenzado dando las gracias a todos aquellos que se han preocupado por su estado de salud.
También al equipo médico de la Fundación Jiménez Díaz, desde los neurólogos García Cortés y Herránz hasta “el personal de la planta 9, que han sido maravillosos conmigo”. Sin olvidar a “todos mis jefes, a Mediaset en general y a su consejero delegado, Paolo Vasile”, tal y como recoge Look.
La presentadora ha explicado que, cuando comenzó a sentir mal, hubo varias personas que estuvieron a su lado. María, su asistenta, fue una de ellas. También Rocío, amiga de la Fundación Jiménez Díaz, y quien en un principio apuntó a la “ansiedad” sus problemas de salud.
“Parece que no me ha pasado nada, aunque me ha pasado mucho”
En este sentido, María Teresa Campos ha destacado la figura de Gustavo, su chófer y hombre de máxima confianza. “Yo hice una campaña sobre el ictus, y Gustavo se dio cuenta de que yo tenía una de esas cosas que yo dije en la campaña, por la que cual nos dieron un premio a Mediaset. Eso fue lo que hizo que yo hoy esté aquí, que parezca que no me ha pasado nada aunque me ha pasado mucho” ha asegurado la periodista, cuyo rostro era una mezcla de emoción, felicidad y también cierto cansancio tras todo lo vivido esta última semana.
Para concluir su comparecencia, María Teresa Campos ha prometido, esbozando una sonrisa, que hará “todos los ejercicios” que le han recomendado los médicos.