'Ambrossipedia', entrega y competitividad: por qué Los Javis son la gran revelación de 'Mask Singer'
Mask Singer alcanza su sexta gala convertido ya en todo un fenómeno de audiencias y conversación en redes sociales, con dos elementos fundamentales que, más allá de las máscaras, las pistas y las apuestas, está consiguiendo imprimir al formato su propia dosis de emoción y entretenimiento: Los Javis. Sin duda, Ambrossi y Calvo están siendo dos de los grandes protagonistas del año, gracias a su serie Veneno, con la que han conseguido el reconocimiento de crítica y público, además de saltar al otro lado del charco recibida por los medios estadounidenses con los brazos abiertos. Pero más allá de su labor como creadores y directores, están siendo toda una revelación en el formato de Antena 3 en el que ejercen de Investigadores.
He aquí gran parte de su mérito, ya que mientras que en otros programas el jurado tiene poder sobre lo que ocurre en sus entregas, realmente su misión en Mask Singer es hacer lo que cada uno de nosotros está replicando en casa durante los visionados: romperse la cabeza para adivinar las identidades ocultas. No depende de ellos quiénes pasan de ronda ni quiénes son desenmascarados, sino que sus votos forman parte de los que el público del plató dio durante la grabación. Por ello, su reto era conseguir generar la máxima empatía con los espectadores, currarse sus propuestas, argumentarlas y defenderlas a capa y espada.
Sin desmerecer la labor de Malú, José Mota y Vanesa Martín, ninguno sabe desempeñar su papel con tanta credibilidad como ellos. Su carisma e implicación les ha llevado incluso a discutir por esconderse sus averiguaciones. Tarea especialmente complicada teniendo en cuenta que son pareja y que viven juntos. ¿Alguien se imagina cómo fueron entonces sus vueltas a casa? A juzgar por su actitud en plató, donde les hemos visto hasta discutir por las piernas de Camaleón, cuesta posicionarse. Ambos exprimen su competitividad, con humor, y sin dejar de escuchar a los otros dos investigadores.
El “rapado” de Ambrossi y el reventón de botella de Calvo
Al tomarse su trabajo como algo personal, divierte ver cómo por instantes se vuelven absolutamente locos -como muchos en casa cuando, gala a gala, seguimos sin tener ni idea de quien es nadie antes de meternos en Twitter a corroborar las teorías de otros-. Basta recordar la defensa de Ambrossi de que Calamar era Máximo Huerta, hasta el punto que confesó que se raparía en caso de no acertar; o a Calvo la semana pasada, prometiendo que se teñiría de rosa y reventando de un pisotón su botella de agua. Han sabido entender muy bien el juego, erigiéndose como propio descubrimiento de Mask Singer que, sin duda, Antena 3 debería mantener en su segunda edición.
Es cierto que no es su primera aparición televisiva. Los seguidores de OT pudieron conocer en mayor profundidad su talento en sus clases de Interpretación, donde en la edición de 2017 consiguieron sacar partido a los triunfitos para que en sus actuaciones derrocharan mayor nivel de emoción. Cierto es que en su regreso en 2018 tras del despido de Itziar Castro, el contexto en el que se dio su vuelta dejó un sabor algo agridulce.
Sin duda, tratan de trascender con todo lo que hacen. Actitud que en Mask Singer encaja como anillo al dedo para lo que el programa necesita. Sobre todo teniendo en cuenta que semana a semana, cada vez hay teorías más sólidas, cada noche se revela una única identidad y el horario de emisión está siendo exponencialmente menos conciliador; por lo que el hecho de que ambos se mantengan como avivadores de la llama de la intriga, es fundamental para seguir disfrutando del espectáculo.
El valor de la 'Ambrossipedia'
Más allá del gran repertorio de canciones con el que las máscaras están tratando de cambiar de registro y sorprender a la audiencia, Los Javis no dudan en confesar lo mucho que disfrutan de las actuaciones. Sabiendo que lo que importa en ese momento es tratar de caer en a quién pertenece la voz de turno, generalmente lo primero que viene a la cabeza no es lo mejor o peor que afinan alguien, sino cualquier detalle o matiz que pueda ayudar a descubrir quién es. Para ellos, forma parte del juego.
Eso sí, lo más sorprendente está siendo la ingente cantidad de datos sobre las celebridades de nuestro país que Ambrossi alberga en su cabeza, ya sea el nombre del perro de Huerta, que Cristina Pedroche tenga su propia estatua en el Museo de Cera o las lesiones de Gemma Mengual. Su cerebro parece más bien la Ambrossipedia porque, recordemos, el suyo es mérito doble dado que mientras en casa todos buscamos cada mínimo dato en internet -ya sea si Elsa Pataky tiene caballos, si Pastora Soler se llama en realidad Pilar o si Toni Cantó es ídolo de Paz Vega-, ellos tenían que lanzar sus apuestas sin la ayuda de las teorías de Twitter de media España.
En definitiva, Los Javis están derrochando profesionalidad al tiempo que el plató tiene para ellos un punto de recreo en el que, como cuando éramos niños, no hay nada más importante que jugar, y hacerlo lo mejor posible. Teniendo en cuenta que todavía quedan tres galas por delante, imaginamos -y esperamos- que mantendrán su nivel de intensidad y formulando sus teorías más o menos locas; mientras que entretienen a los que asistimos al programa histéricos, móvil en mano y en pijama desde el sofá.