Si en la pasada entrega ya señalamos que MasterChef 11 está explotando su parte reality más que nunca, la gala de este lunes lo confirmaba con la primera aspirante que descubría estar embarazada en el programa: Larraitz. La camarera, de 32 años, de Barakaldo mostró una actitud muy distinta a la que había tenido hasta entonces y al preguntarle confesaba la noticia.
Al tener la “cabeza más fuera que dentro”, la concursante presentó un postre “terrorífico” que no le permitió seguir en el talent de TVE, a la vez que tanto los jueces como ella celebraban su estado. Y mientras ella dejaba su delantal, otro aspirante que se había quedado a las puertas entraba a las cocinas.
Todo ello tras una prueba con ingredientes típicos de la cocina tradicional española, italiana o china y una prueba de eliminación “muy dulce”.
Primera prueba con un Fray Marcos iluminado
En la primera prueba, para demostrar que la cocina de vanguardia se basa en la utilización de alimentos tradicionales de manera no convencional, el jurado invitó a tres gurús de estas gastronomías: Dani García, Andrea Tumbarello y José María Kao.
El reto que marcaron a los aspirantes fue crear un plato sorprendente usando de manera innovadora los ingredientes de una de las cajas. Durante el cocinado, Fray Marcos tarareaba cantos gregorianos, Tuki se desubicó y la tensión fue cada vez mayor.
Al terminar el tiempo, cada uno entregó sus elaboraciones. Los que mejor críticas recibieron fueron el repollo de Fray Marcos, la sardina de Pilu, la galleta de Jeremy, el pollo Pekín de Jorge Juan, la comida chica de Francesc, el tataki de atún de Merche, el risotto de Eneko, los noodles de Marta, la carne de Álex, la burrata de Camino y la pasta fresca de Luka.
Mientras que las valoraciones negativas se las llevaron el canelón de Ana, los fideos de Tuki, el plato sin emplatar de Sergio, las alcachofas de Laura, el salteado de Leti, el canelón de Jhota, el arroz “poco inspirado” de Larraitz y la cocina chica de Lluís.
Por lo que el jurado señaló el plato de Fray Marcos como el mejor. Mientras que el de Tuki fue el peor.
Una prueba de eliminación positiva para la expulsada y para “el nuevo”
Leti, Ana, Tuki, Sergio, Laura, Jhota, Larraitz y Lluís regresaron a las cocinas con los delantales negros. Pero antes de escuchar el reto con el que se jugarían su permanencia, Jhota expresó su descontento con los jueces: “Soy un tío de justicia y no estoy de acuerdo con vuestra valoración de mi plato. Los exaspirantes me dijeron que estaba bueno y vosotros no”, expresó y Pepe le respondió que para aprender debía hacerles caso. Algo que le hizo callar.
Como ya prometieron, los jueces también dieron otra oportunidad a David y Daniel, aspirantes del casting de Barcelona que se quedaron a las puertas. Tras la contrariedad y la nueva incorporación, les explicaron que debían reproducir uno de los postres creados por Samantha Vallejo-Nágera y la cantante Ruth Lorenzo, Verónica y Yannick (MasterChef 10); María y Amelicious (MasterChef 9); y Olivia, exaspirante de MasterChef Junior 9.
Para mayor dificultad, el reto fue reproducir esos postres tradicionales, pero en una versión actualizada. Durante el cocinado, Tuki se derrumbó al ver que quizá no podría sacar nada: “El pastel me ha quedado quemado, sin hacer por dentro y encima se me rompe al cortarlo”, lamentaba.
Pero quién llamó la atención de los jueces fue Larraitz por tener dificultades con el cocinado y mantenerse impasible. Samantha se acercó a hablar con ella y escuchó algo inédito en el programa: “Estoy embarazada, me he enterado aquí y estoy con la cabeza fuera. Estoy mala con la circulación, de estar tantas horas de pie y no me puedo centrar. Se lo quiero decir a mi chico”, explicaba la aspirante y la jueza la felicitaba. Se lo comunicaban al resto del jurado y todos se alegraron por ella.
En la cata, Leti no convenció por entregar un postre cual “arenas movedizas”, Ana entregó una red velvet “espectacular”, Laura aprobó con su primera tarta, Lluís entregó una pavlova “bonita pero con crema cortada”, Jotha asombró con una tarta “tan buena que no parecía ni suya”, Sergio dejó que probaran su cheesecake con “exceso de azúcar” y Tuki entregó su “especie de puré” que disgustó. Mientras que de las segundas oportunidades a David y Daniel, convenció más el primero que el segundo.
Mientras que, después de la bomba que había soltado, llegó Larraitz con una galleta a la que no quiso ni poner nombre. “Entiendo que tengas la cabeza en otra parte y ahora tenemos una explicación. El bizcocho está quemado y es terrorífico, pero la noticia que nos has es muy buena”, aseguró Jordi mientras ella escuchaba con una sonrisa.
Tras la deliberación, los jueces decidieron convertir en aspirante oficial a David y despedir a Larraitz. Al escuchar que se marchaba, los compañeros se emocionaban y la despedían entre lágrimas. “Me da rabia irme, me llevo a los compañeros, la experiencia, los viajes, a vosotros pero queda la repesca”, aseguró la vasca.